La serpiente voladora

Película de terror realizada por un especialista del género de los años 70, Larry Cohen, que ha envejecido pésimamente por su planteamiento setentero. De lamentable guión, haciendo aguas por todas partes, la película nos narra , de manera confusa, las dos investigaciones que lleva la policía a cabo, encabezadas por Carradine y Roundtree, y la historia de un ladrón de poca monta interpretado por Moriarty. Este ladrón resulta insoportable, tanto que piensas si Moriarty realmente es igual de horroroso. Estas deseando que lo maten, lo metan en el trullo o lo que sea para que no aparezca más.

Y la historia del monstruo es sí es completamente inverosímil. Aunque cuando el urbanita no mira hacia el cielo en una ciudad, hay una cosa que se llama perspectiva, y que te permite ver el horizonte sin levantar la cabeza.¿nadie ve al bicho volador en New York? Ya son ganas...

Y luego está el mimo... ¿que co** pinta un mimo ayudando a la policía? ¡y encima es mudo y no puede alertar a la víctima! Es una de las escenas más involuntariamente surrealistas que he visto en el cine.

Película mediocre, obsoleta y para consumo del especialista en historia de este género.

Una serie de personajes, dos policías (Richard Roundtree y David Carradine) y un ladrón (Michael Moriarty) giran en torno a un enorme reptil alado en la ciudad de Nueva York. La premisa resulta ligeramente disparatada, sobre todo en el contexto del cine de los años 80, en el que este tipo de "monster movies" no se llevaba tanto como en décadas anteriores, ni como en décadas posteriores, pero Larry Cohen se las apaña para crear una historia entretenida, con buenas interpretaciones de un buen reparto, y con sus apuntes de crítica social: a esos horteras que toman el sol en las azoteas de Nueva York, que se los cargue el monstruo, por favor...

Ese reptil alado, ¿es un dios o un monstruo? ¿Puede ser nada menos que el Quetzalcoatl de los aztecas? ¿Viene a restaurar un reino de crueles sacrificios rituales en los que la víctima se sacrifica voluntariamente a su dios? Todas estas preguntas no quedan muy claras, pero crean una intriga, una amenaza, y un suspense. Para mí es una joya que acabo de descubrir, y que puede ser reivindicada, en sus justos límites.

He tropezado con este engendro tras encontrar un pack de ciclo de terror en la biblioteca de mi barrio, y si la primera me gustó esta ha sido de lo peor que he visto en mucho tiempo.

Absolutamente disparatada pero con unos actores que le intentan dar un aspecto formal que da más risa todavía.
Una serpiente hecha de cualquier manera , un argumento sin sentido, atropellado que mezcla un ritual azteca con el dios azteca sin explicarnos que conexíón existe....

El pequeño saltamontes renacido en Kill Bill intenta darle seriedad al asunto pero la cosa es tan cutre que lo único que consigue es aburrir o en su defecto desesperar.

Alguno le ha dado un 7, hay que ser muy generoso o estar puesto de todo para decir que semejante tontería es una buena película.

David Carradine es un detective que investiga una serie de extrañas muertes. Michael Moriarty es un ladronzuelo que hace un macabro hallazgo.

El gran Larry Cohen pensó que el edificio Chrysler merecía su monstruo. El Empire State tuvo a King Kong; para el Chrysler el director ideó a una serpiente alada, adorada antaño por los aztecas, revivida a través de sacrificios rituales. Algo así, pues está contado de manera confusa. No creo que el guion se vaya a estudiar en las escuelas de cine.

El film cuenta con divertidas transiciones, diálogos infames, situaciones rocambolescas, muertes chungas, mucho humor negro. Moriarty debió tomarse algo fuerte antes de rodar, pues se le ve presa de una rara sobrexcitación. Su personaje es un cretino muy nervioso, un tipo irritante, egoísta, cobarde, torpe. Yo le cogí cariño.

La cosa es lo bastante absurda para entretener, aunque poco más. En cuanto al bicho, no se debieron gastar mucho en efectos especiales. Se te cae el alma a los pies cuando aparece.

Película de serie B, que mezcla, mediante una monster movie, comedia negra, con terror y policíaco, y que está dirigida por el responsable de títulos como Demon (1976), y protagonizada por Michael Moriarty (Torok, el Troll, 1986), y David Carradine (Kill Bill. Volumen 1, 2003).

Extrañas muertes y desapariciones de personas coinciden con una serie de asesinatos rituales en Manhattan. El detective Shepard descubrirá que todo tiene conexión: los ritos han servido para invocar al dios azteca Quetzalcoatl, un gigantesco monstruo prehistórico mezcla de ave y reptil, culpable de los sanguinarios crímenes para su alimentación. Jimmy Quinn un delincuente harto de su mala suerte, descubrirá la guarida del monstruo y, aunque no de buena gana, es el único que puede ayudar a la policía...(FilmAffinity)

La película cuenta con un escaso presupuesto, que resulta notorio en el hecho de que la serpiente voladora que da nombre al título de la película, aparece en contadas ocasiones, y lo hace con unos efectos prácticos casposos que resultan de lo peor del film. La trama se centra más en la investigación entorno a la bestia de turno que a la propia bestia en si, elemento donde la película suple su carencia económica, a la par que el director evidencia su auténtico fuerte, que no es otro que el guión, el cual está escrito por el y carga la película de intriga y humor. Las actuaciones cumplen, dentro de lo que uno espera de una película de este tipo, y el ritmo de la película resulta ágil y desenfadado.

La Serpiente Voladora es una monster movie diferente a lo que estamos acostumbrados, donde prima una trama entretenida sobre los efectos especiales, lo cual la hace igualmente recomendable.

Nota personal 6/10