El regreso de Ben

Una película que se sale del cine típico de hollywood. Gran cantidad de altibajos, te lo da te lo quita, y lo hace con una sutileza inesperada magnífica. Toda una oda a la maternidad haciendo ahínco a la frialdad con la que son tratados los marginales en estados unidos y a la dureza de la adicción. Una historia de algo que puede ocurrir en la vida y también un thriller absorbente. Llena de momentos; alegría, tristeza, rabia, risa, ternura entre otros. Planos muy estudiados y una actuación excelente, sobretodo la de Lucas Hedges que consigue transmitirte los sentimientos que el director quiere transmitirte de una forma excelsa. Totalmente recomendable

Puro artificio al servicio de una fallida Julia Robert y es que la protagonista del drama no está bien, muy exagerada y muy de cara a las cámaras que la van siguiendo todo el metraje. Se salvan algunos momentos con su hijo cuando hablan del pasado o confrontan pero el resto es propio de telefilm del mediodía y no digamos las escenas con los hijos pequeños con unos diálogos de anuncio de seguros. Julia construye un personaje de refuerzo positivo con sus "cariño", " cielo", "eres grande", "cuanto vales" que resulta ñoño y forzado. El marido totalmente desdibujado sin apenas papel en la historia, esta solo de atrezo.
La hija mayor resulta más verosímil lo mismo que el hijo que da nombre al título y que dentro de un guión sin muchas opciones tiene la mejor actuación.
El nudo de la historia durante la noche es hueco sin intriga, ni emocion, con un hilo argumental forzado y un desenlace de lo más televisivo.

Un tema muy serio

Después de escribir y dirigir Retrato de Abril (2003) o Como la vida misma (2007), Peter Hedges se adentra, con El regreso de Ben, en el mundo de la adicción a las drogas. No obstante, Hedges se aparta del lado más oscuro de tan complicada temática y convierte 24 horas en la vida de una familia en una mezcla de road trip y thriller. Es ese tono de misterio que envuelve la película la mejor baza de Hedges para atraer al público a la sala. Lástima que sea también el aspecto que menos credibilidad aporta a la cinta.

El chico de oro

Desde que recibiera una nominación al Óscar por su trabajo en Manchester frente al mar (2016), Lucas Hedges se está ganando al público y la crítica a base de buenos papeles. Tan solo en estos dos últimos años, el joven actor ha trabajado en Tres anuncios a las afueras, Ladybird e Identidad borrada, que se estrenará en España el próximo año.

En El regreso de Ben, interpreta a un drogadicto cuya vuelta a casa pone en peligro a su familia. Si bien el aspecto físico de Hedges no es el que cabría esperar de alguien que ha atravesado una terrible adicción durante años, es remarcable la habilidad del actor para expresar el miedo, la vergüenza y la culpabilidad que atormentan a su personaje. Si es difícil trabajar a las órdenes de su padre o teniendo como compañera de reparto a Julia Roberts, Hedges lo disimula a la perfección.

La novia de América

A pesar de que el primer plano de El regreso de Ben no es indicación de ello, Julia Roberts hace un gran papel como Holly Burns, una madre luchadora y sufridora a partes iguales. Hay momentos en los que su sonrisa y luminosidad distraen al espectador del drama que se está desarrollando en pantalla, pero la veterana actriz consigue mostrar también un lado cruel y egoísta que hace a su personaje algo más creíble.

La actuación de Roberts destaca aún más si tenemos en cuenta que sus compañeros de reparto, exceptuando a Lucas Hedges, quedan relegados a interpretar personajes que fácilmente podrían promocionar marcos de fotos. Es por eso que el director hace bien alejando el foco de atención de la familia perfecta y dirigiéndolo al viaje plagado de baches emocionales que protagonizan madre e hijo.

Conclusión

A El regreso de Ben le falta realismo y le sobra esa pátina de cinta destinada a la pantalla pequeña. Sin embargo, el acelerado ritmo de la historia y el gran trabajo de Julia Roberts y Lucas Hedges hacen que esta sea una película fácil de disfrutar.

Escrito por Esther Alvarado
https://cinemagavia.es/el-regreso-de-ben-critica/

Siguiendo una costumbre familiar arraigada, asistir al cine el día de Navidad y, si es posible, ver una historia relacionada con la Navidad, es una tradición como otra cualquiera, mejor que cualquiera, diría yo, puesto que te lleva a la oscuridad mágica de una sala de cine. En este caso, la película transcurre durante una Nochebuena que poco a poco va transformándose de familiar a casi infernal, pero sobre todo nos narra un drama de relaciones materno-filiales cuyo máximo interés está en las interpretaciones, magníficas, de Hedges y Roberts. El resto, el retrato sombrío y lúgubre del mundo de la droga, a lo que lleva y lo que arrastra, es mucho menos interesante. Se desperdicia el retrato nocturno de una ciudad americana cuando se apagan las luces y las sombras de indigentes, drogadictos y demás habitantes del submundo urbano asoman. Ahí es donde la película flojea y todo parece o ya visto o poco creíble. Se ve sin más y casi alcanza a recordarse por su pareja de interpretes.

Película pensada para el gran público, que no aporta nada nuevo al recurrente tema de las adicciones, pero que sin embargo, y a pesar de transitar por muchos lugares comunes, acaba envolviendo y emocionando por ser capaz de dar una pequeña vuelta más. Y es curioso que consiga esto, porque los elementos son los de siempre:
- Familia feliz
- Ambiente navideño
- Típico barrio americano de clase alta
- Reparto de campanillas con predisposición a llorar un montón
- Dulces animales domésticos
- Niños
…
Pero ahí está la gracia del asunto, que ya desde el principio y a pesar de que los ingredientes son de sobra conocidos, la historia te atrapa, las interpretaciones se salen de lo habitual, y no me preguntes por qué, pero aún siendo consciente de lo artificioso de la historia, y de lo rocanbolesco de las situaciones, te descubres soltando una lagrimita.