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Cure

Thriller. Intriga. Terror El policía Takabe investiga unos extraños asesinatos. Las víctimas aparecen con una herida de arma blanca en forma de "x" y los culpables son personas totalmente normales sin ningun motivo para haber cometido el asesinato. Takabe empieza a sospechar que algo está influenciando a la gente para matar... (FILMAFFINITY)
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Críticas 14
Críticas ordenadas por utilidad
30 de junio de 2009
47 de 54 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una conocida anécdota del ámbito teológico explica que el profesor entra en la clase y dice: "Hoy estudiaremos la carta de San Pablo a los hebreos, que no es carta, no es de San Pablo y no es a los hebreos". Algo parecido puede decirse de la manera cómo se publicita la edición en DVD de esta película en España: "La obra maestra del cine de terror japonés". En que es japonesa acierta, pero a mi modo de ver resulta bastante más discutible considerarla de terror, como también una obra maestra.

La veo más como un gran thriller de cine fantástico, e incluso con ciertas pretensiones de lo que antiguamente se llamaba cine "de mensaje". Y me apena no poder considerarla una obra maestra —repito, según mi gusto personal— porqué pienso que reúne muchos ingredientes apropiados para serlo: una idea de base espléndida, un guión bien desarrollado, personajes muy ricos encarnados por actores muy competentes, un contenido que invita al espectador a la reflexión... Quizás se trate de un problema de puesta en escena. Conste que me parece muy buena la dirección del "otro Kurosawa", contenida —a pesar de un par de planos "gore" que no me parecen imprescindibles—, y manejando un tempo lento pero subyugante. Sin embargo, percibo que a la naturaleza onírica del relato la acaba de faltar lo que en términos lubitschianos llamaríamos ese "toque" especial que, por ejemplo, y cada uno con su estilo particular, Dreyer imprime en "Vampyr", Tourneur en "La mujer pantera", Weir en "Picnic en Hanging Rock" u Oliveira en "El convento".

En definitiva, se trata de reivindicar la vieja idea de que "lo fantástico" no es tanto una cuestión argumental sino de lenguaje; no es lo que se mira, sino la forma de mirar. David Lynch tiene esa mirada de gran capacidad perturbadora, y por eso no sorprende que sean muchos los que consideran "Terciopelo azul" como cine fantástico, a pesar de que su trama no traspase la barrera de lo irreal. Y, probablemente, el menor desarrollo de esta cualidad en Kiyoshi Kurosawa —o el hecho subjetivo de que a mi me seduzca menos— sea la que me impida considerar como magna una obra que, por lo demás, me parece magnífica e incluso con destellos cercanos a la genialidad.

Como se ha visto, no he hablado para nada de lo que en ella sucede y porqué. Con una película como ésta conviene no hacerlo, ya que si nuestro interlocutor no la ha visto, es preferible que la visione sin ninguna pista previa; y, si ya la ha visto, uno corre el riesgo que, si expone su interpretación, el otro le tome por tonto. He ahí el discreto encanto de las películas abiertas.
Quim Casals
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27 de octubre de 2010
27 de 30 usuarios han encontrado esta crítica útil
“Cure” es simplemente una cumbre de un género extinto. Tal vez Kiyoshi Kurosawa nos quiera detallar a través de una gran metáfora cinematográfica que a través del pasado podemos conducir el futuro. No existe cierta predisposición a acoplarse a los engranajes del género. El tradicional paradigma dice que el avance es sesgado, como si tuviera la forma de una sierra. Avance y retroceso, avance y retroceso… hasta llegar a un ansiado clímax. Aquí se construye una antinarración aplicada al thriller policial. “Zodiac”, con sus mismos méritos, es posterior.

Cualquier avance en el argumento que nos propone el director de “Kairo” es desmontado o aniquilado por el siguiente. El juego consiste en desbaratar el género mediante una lenta espera de pistas que no llevan a prácticamente nada. O tal vez no.
Un detective llamado Takabe, un antagonista llamado Mamiya, y unos homicidas anónimos que puede recordar a ese filme de Larry Cohen “God told me to”, donde los homicidas eran habitantes anónimos obligados a asesinar por una voluntad superior. Ni el detective consigue avanzar en la investigación ni el antagonista le ayuda debido a la amnesia que padece.

En “Cure” sólo hay espacios en blanco y renglones con líneas invisibles. Rellenarla no es cuestión del guión ni del avance en la trama por parte de los personajes sino por el propio espectador. No hay trampa pero sí se admiten numerosas posibilidades. El mesmerismo, la hipnosis pretende ejercerla sobre el propio espectador para que a través del pasado pueda descifrar parte del futuro. Es el paradigma de toda investigación criminal pero aquí parece que Kiyoshi Kurosawa pretende reforzar su discurso. Si el pasado es difuso la investigación tiene que serlo. Nos propone un filme tan desconcertante como oscuro, tan lento como arraigado en una tradición de un género que no dejaba huellas una vez finalizado el metraje.

La huella del crimen es una X en forma de grandes cortes sobre las victimas, como la firma de un crimen que las relaciona. Sin móvil no hay crimen.

Algunos la compararán con “Dr. M” de Chabrol y posiblemente sus nexos comunes queden tan desligados de la realidad del caso que trata de resolver Takabe. Planos largos, ritmo pausado y estética Fincher con la que comparte su esquema anti-narrativo de la posterior “Zodiac” con un leitmotiv marcado por una X sangrante y en carne vivia: los enigmas muchas veces tienen y deben seguir siendo enigmas.
Maldito Bastardo
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31 de julio de 2012
24 de 26 usuarios han encontrado esta crítica útil
Interesante film japonés que nos presenta el descenso a los infiernos de un comisario de policía que investiga un supuesto asesino en serie que marca a todas sus víctimas con una X en el cuerpo.

Sigo en el spoliler, para no desvelar nada de la trama.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
elpadrino
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26 de octubre de 2018
22 de 23 usuarios han encontrado esta crítica útil
Kenichi es un hombre que va a descender al inframundo de su propio inconsciente tras haber sido hipnotizado por las palabras del Diablo. Pues el encuentro con él no le cambia, te cambia a ti.
Y es inevitable cuando sus palabras revelan a tu auténtico "yo".

Con una carrera de más de diez años (donde sobre todo destaca "Sweet Home"), Kiyoshi Kurosawa daría el salto definitivo del "V-Cinema" en el que había empleado mucho tiempo, y lo haría, siendo reconocido así a nivel internacional como un maestro del terror psicológico contemporáneo, con el que sería uno de los mejores "thrillers" orientales de todos los tiempos e influencia para la ola de terror que estaba a punto de explotar a finales de esos '90, justo cuando ese cine de suspense habitado por asesinos en serie resultaba una de las apuestas más seguras de cara a la taquilla (eran los tiempos de "Seven", "Copycat", "El Coleccionista de Amantes"...), cuya historia venía gestando el director desde principios de década.
Como no podía ser de otra forma, en "Cure" ya empieza jugando con nosotros: una mujer lee "Barba-azul" ante un doctor, donde ya se nos anuncia que bajo las apariencias hay misterios ocultos, incluso que va a haber un asesino y su víctima será una mujer; de repente, se perpetra el primer crimen, acompañado de una alegre música. Comienzo escorado hacia la extrañeza y enseguida al terror, pero además habitado por un retorcido humor negro que subyace al propio Kurosawa (y más aún empezando con la lectura del clásico de Perrault, que mucho influirá en la historia).

Takabe es el eficiente inspector de policía que ha de encargarse del caso, un hombre con una vida personal insatisfecha y que ha de cuidar de una esposa que padece amnesia progresiva mientras trata de resolver una serie de brutales asesinatos en los cuales la piel de las víctimas ha sido cortada en forma de "X" y no hay ninguna relación aparente entre los culpables. Pero sin duda existe una conexión, y quizá sea Kunihiko Mamiya, un extraño individuo que posee un don: introducirse en la mente de las personas y controlarlas a voluntad...
El individuo aparece en una playa desierta, salido de la nada, deambulando como un muerto vuelto a la vida. Entonces se acerca a la pantalla, hacia nosotros. ¿Quién es?, ¿de dónde viene? La secuencia está poderosamente impregnada de una sensación de agobio que se intensificará cuando el personaje tome partido en la trama; sus palabras, como la sombría atmósfera del film, ejercen un poder que atrapa. Para Kurosawa el ser humano en sí es incapaz de mostrar los sentimientos, encerrados tras un muro de opresión levantado por el entorno social; el objetivo de Mamiya es hacer aflorar al verdadero "yo" a través de la manipulación.

Una forma de terapia, de purga, de cura divina. Takabe reflexiona sobre ello ("¿Y si en el inconsciente de cada uno de los culpables hubiera enterrado un trauma bajo la forma de un odio latente?") ignorando que su propio interior también alberga un tenebroso "yo". El encuentro de Mamiya ante el protagonista en el ecuador del film (casi como el visto en "Seven") vira el esquema de la trama, donde ya la investigación no importa más que la enfermiza relación que se establece entre el asesino y el policía, actuando el primero como el catalizador para arrancar al segundo las perversas pulsiones que se hallan en algún recoveco de su psique.
Este hombre oprimido, incapaz de ser él mismo ("¡Me han enseñado a no mostrar mis sentimientos, incluso a mi mujer!", le espeta en el intenso cara a cara) se sumergirá de forma paulatina en una espiral de locura y descubrimiento íntimo donde la amenaza de lo monstruoso brota desde lo cotidiano convirtiéndose, al ser consciente de sus verdaderos sentimientos, en una perfecta figura de proyección de Mamiya (su tutor inconfesable). Kurosawa logra arrastrarnos, como a Takabe, versión más oscura y fatalista del policía de "En la Cuerda Floja", al interior de un espacio tan implacable como sugerente usando la curiosidad como pretexto.

Éste demuestra gran talento a la hora de distribuir señales ambiguas y crear un clima de conspiración permanente acrecentando la tensión al tiempo que la relación y transmisión entre Mamiya y Takabe y la perturbadora lógica de una intriga que alcanzará su sobrecogedor cenit al mostrar Sakuma la cinta de una vieja sesión de hipnosis donde sucede una irrupción estremecedora y brutal; la "cura" tiene un origen (y es que la primera sílaba del nombre de Mesmer ("me") en japonés se escribe "メ"...como una "X") y seguirá perpetuándose (detallado en Zona Spoiler). De ahí que se derive hacia una conclusión capaz de acoger toda suerte de interpretaciones (al contrario que Fincher, Kurosawa prefiere dejar en incógnita la identidad y los propósitos del "homicida").
Los protagonistas, oscuros, complejos, difuminados de cara al espectador y analizados a cierta distancia, son encarnados por un Koji Yakusho primero comedido y luego sorprendiendo con una actuación sentida y visceral, cara a cara contra un Masato Hagiwara tan hipnótico como desquiciante y repulsivo en la piel de un ser ambiguo, una suerte de John Doe metafísico y fantasma encarnado de un "otro", imagen especular de una pulsión de muerte que no se atreve a revelar su identidad. Tras ellos, unos muy solventes Anna Nakagawa y Tsuyoshi Ujiki, y los conocidos Ren Osugi y Yoshihiro "Denden" Ogata.

La abisal fotografía de Noriaki Kikumura y la absorbente puesta en escena logran unas atmósferas de puro terror capaces de transportarnos a un abismo de misterio e incesante pesadilla; desasosegante paleta de sensaciones las que nos transmite un Kurosawa pleno de facultades.
Poesía macabra con la esencia de la literatura de James Ballard sobre la locura interior y el sometimiento al infierno de la psique, heredera de "El Gabinete del dr. Caligari" y una suerte de versión moderna y torcida del "God Told me To". Una obra maestra del suspense moderno.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Chris Jiménez
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7 de julio de 2008
22 de 27 usuarios han encontrado esta crítica útil
Interesantísima película dirigida en 1997 por Kiyoshi Kurosawa, comunmente conocido por ser el autor de la magnífica "Kairo".

Diablos, cómo me gusta el estilo de éste director. Al igual que "Kairo", se trata de una obra de ritmo lento, quizás no tanto como en aquella, pero por ahí anda.
Y al igual que en "Kairo", la fotografia es fría, gélida, enriqueciendo unas imágenes en las que predominan los planos panorámicos, tirando de perspectiva lejana.

El estilo "reposado" de este director entiendo perfectamente que se pueda hacer inaguantable para la mayoría, pero a mi el señor Kurosawa ya me ganó con su apopeya apocalíptica y estuve dispuesto a entrar en el juego desde el principio. Juego bastante retorcido por cierto, en el que como es costumbre en este tipo de películas, se dejan bastante cosas en el aire y el final invita a la libre interpretación.

Un muy recomendable thriller (de ningún modo se trata de un film de terror) con mucha intriga y potentes secuencias de un director enormemente visual, cuya restante obra me pongo a buscar YA (me las voy a ver chungas, lo se).

Como se puede observar, he procurado contar poco por no decir nada de la trama, pues considero que en una pelicula así cuanto menos se sepa de ella antes de verla, mejor. Aun así, al igual que sucedía en "Kairo" (que por cierto es posterior a esta "Cure", creo que estoy dando la impresión contraria comparándolas), no es tan importante lo que se cuenta sino más bien el "cómo" se cuenta.

Por último, destacar al antagonista (por llamarlo así) de la historia, un tipo increíblemente irritante. Hacía bastante tiempo que un personaje de ficción no me llegaba a exasperar tanto, ¡qué desesperación! Aun así, hay reconocer que está genial.

Muy buena.
Arless
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