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El valle del fugitivo

Western En una América todavía llena de pioneros, un sheriff (Redford) persigue a un indio que huye de la justicia. Western de argumento sencillo que destacó por reflejar el punto de vista de los indios. (FILMAFFINITY)
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Críticas 6
Críticas ordenadas por utilidad
3 de octubre de 2006
25 de 43 usuarios han encontrado esta crítica útil
Abraham Polonsky cada vez que elaboraba un buen guión aprovechaba la publicidad y dinero que le repercutía para un año después ponerse a dirigir su propia historia. Así después del magnífico guión de “Cuerpo y alma” de Robert Rossen pudo hacer la cinta de cine negro “La fuerza del destino” también con el actor John Garfield que por lo que veo en filmaffinity los aficionados al cine en España la tienen demasiado considerada cuando no es más que una película con muchas lagunas de dirección y argumento espeso poco cinematográfico, ni siquiera en Estados Unidos la tienen en tanta estima.
Después de la caza de brujas que afectó directamente a Polonsky desapareció y trabajó en producciones bajo seudónimo en televisión.
Reapareció poco a poco hasta que hizo otro buen guión en 1968, “La brigada homicida” de Don Siegel (“Madigan” el título en inglés) y le valió para poder dirigir su segundo largometraje en este caso un western racial y de ambientación tardía con un joven Robert Redford que empezaba a convertirse lentamente en una estrella aunque aún no lo era. Ese año 1969 Redford se empapó de western ya que hizo también "Dos hombres y un destino", aunque cualquier comparación y comentario entre ambas en calidad sobra obviamente.
El resultado es un western fallido de argumento tan simple como visto una y otra vez. Un sheriff que persigue a un hombre inocente por valles y montañas hasta que lo alcanza.

Lo mejor sin duda las espléndidas localizaciones y paisajes que podemos degustar en este film así como la magnífica fotografía de uno de los cinco más grandes como Conrad L. Hall que consigue un gran trabajo por enésima vez.

Lo peor Katharine Ross con la cara pintada y haciendo el indio y el guión más soso que unas pipas sin sal.

Curiosamente en Europa tuvo una buena acogida, sobre todo por tratarse del rojeras de Polonsky y por abordar un tema de discriminación racial.

Prescindible.
vircenguetorix
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3 de enero de 2017
7 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cuenta la historia que, Willie Boy, era un indio paiute-chemehuevi de 26 años, quien sostenía un intenso romance con Ioleta (Carlota) Boniface, pero, por el hecho de ser primos, el padre de Ioleta se oponía a dicha relación, así que, los chicos acordaron fugarse… y al ser sorprendidos por aquel, el 26 de septiembre de 1909, en el acto de defenderse, Willie mata al padre de su novia y luego huye con ella por el desierto de California.

Su persecución y cacería -la cual coincidió con la visita del presidente William H. Taft a Riverside, hecho que atrajo a un buen número de periodistas- causó tanto revuelo en todo el Estado y motivó tantas mentiras y tergiversaciones que, luego, serían desacreditadas, que, el drama de Willie Boy pasaría a la historia como La Última Cacería del Viejo Oeste y sería el tema de dos libros: “Willie Boy: A Desert Manhunt” (1959) de Harry Lawton y “The Hunt for Willie Boy” (1994) de James Sandos y Larry Burgess.

El primero de estos libros, fue el resultado de tres años de investigaciones que, Lawton, llevó a cabo conviviendo con los indios morongo en su reservación, mientras trabajaba como corresponsal de The Press-Enterprise. Lawton (1927-2005) fue un humanista opuesto a la guerra, a los prejuicios y a la intolerancia, y pasó gran parte de su vida luchando por la preservación de las comunidades indígenas americanas. El caso de, Willie Boy, lo sensibilizó a tal punto que quiso saber toda la verdad sobre los hechos, y por esto, su libro es quizás el más objetivo que hasta ahora se haya publicado.

“Willie Boy: A Desert Manhunt”, fue la base de la que partió, Abraham Polonsky, para escribir y dirigir la que sería su segunda película… y presiento que, el motivo de haber elegido este tema, está asociado a la relación que puede hallarse entre la persecución del indio paiute y la que él mismo sufriera por el Comité de Actividades Antiestadounidenses (HUAC) que, en definitiva, fueron dos atropellos por el hecho de ser y pensar distinto.

Como es de suponerse, <<EL VALLE DEL FUGITIVO>> también generó resistencias, pero, para quienes pensamos un poco a la manera de Lawton y de Polonsky, el personaje de Willie Boy nos llega al alma por los tristes hechos que rodearon su vida, por su integridad al enfrentarse al enemigo, y porque, de nuevo, se demuestra cómo la sociedad, en su ignorancia, se ha ensañado contra todo aquel que “subvierta” el orden establecido.

Polonsky, consigue un filme altamente equilibrado, en el que muestra a seres humanos creíbles, debidamente matizados, y exponiendo los hechos sin afanes de condena alguna y más con un firme propósito de reconciliación, como puede adivinarse en los principios que manejan personajes tan valiosos como el sheriff Cooper, la doctora Elizabeth Arnold y el joven Charlie Newcombe quienes, con su talante, dignifican a la raza blanca.

Robert Blake (el inolvidable Perry de “A Sangre Fría”), logra otra magnífica caracterización y Willie Boy luce con una potencia lejos de toda sensiblería, dispuesto a demostrar que la raza india posee un ímpetu inmortal. También, Robert Redford, logra tal carisma, que motivó a que otras páginas se añadieran a su personaje en el guion; y Susan Clark, con la belleza y el carácter que toda mujer debería irradiar.

Lo sucedido en el monte Rubí de California, es un hecho que nunca se puede olvidar.
Luis Guillermo Cardona
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6 de septiembre de 2011
11 de 18 usuarios han encontrado esta crítica útil
El televisivo Robert Blake, Baretta, es un indio que no soporta el trato discriminatorio hacia su persona y hacia los suyos por lo que, sin buscarlos, siempre anda con problemas con el jefe rostro pálido americano, y su regreso no será para bien.

Robert Redford es el sheriff. La exquisita Susan Clark es la doctora y es la única alma noble que defiende a los indios; según el juez, la doctora tiene las extremidades inferiores más bonitas incluido el reino animal. También tenemos a dos viejas glorias del cine negro: el duro Charles McGraw y Barry Sullivan. Este buen plantel incluye a Katharine Ross y John Vernon.

La película es de caza al hombre pero resulta algo inconsistente y de poca espectacularidad. Unos van a caballo y el pobre indio a pie, que es como decir que la película tiene un ritmo desacompasado.
floïd blue
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17 de diciembre de 2010
10 de 17 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ni la presencia de Robert Redford en su mejor época, ni la de la atractiva Susan Clark pueden hacer buena esta película, y lástima, pues con una excelente fotografía en Cinemascope en exteriores, y un reparto aceptable podía haber surgido un film mucho más redondo al menos, si no fuera porque, partiendo de una historia un tanto floja, el guión y la dirección no están muy a la altura deseada para contemplar un buen Western. Simplemente, se ve para pasar el rato y sin interés alguno.


José Antonio ZG
Jose Antonio ZG
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12 de noviembre de 2012
5 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
No hay mucho que pueda destacarse de este western, nada que lo distinga o que lo haga más apreciable que cualquier otra película del género. En su favor hay que señalar que tampoco llega a aburrir, nada más desatarse el drama ya se intuye el dramático final y sin embargo se deja ver. No porque salga Redford, que para lo que hace bien podrían haber fichado a otro, y ese es uno de los puntos débiles de la película, se habla de su padre y se sospecha que hay una historia detrás de él que merece la pena. La lástima es que no se profundiza en el personaje, apenas sabemos nada de él y prescindir de esa información le resta una definición moral de su actitud, algo que juega en contra del contenido. Porque se trata de la búsqueda y captura de una persona, el indio Willy Boy. También me he quedado con las ganas de saber más del indio, que en realidad es el centro de la tormenta, un pobre desgraciado, alguien que no encaja en la sociedad y que prefiere pelear y luchar a ponerse un imposible yugo que le mataría... Conocemos al dedillo su final, lástima que Polonsky no nos lo cuente todo, hubiera sido mejor para todos.
Luisito
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