¿Dónde vas triste de ti?

¡Por fin sale María Cristina! Ufffffff creía que no iba a llegar nunca. Después de tanta ñoñez y tanta tragedia shakesperiana de la primera parte con Merceditas no está aquí..........ya era hora que se lanzase un producto más realista y con más brío sobre la vida de este rey. El personaje de Maria Cristina es cien mil veces más complejo e interesante que la mezcla de Sissi-Cenicienta de Merceditas. Versión más completa en todos los niveles, tanto artístico como dramático, la historia de España continúa, desde otro prisma más atrayente. Canes y Balcázar han hecho una muy buena dirección con un reparto muy carismástico. Recomendable.

Le doy una buena puntuación a esta película por lo que supuso hacerla en aquellos tiempos, y sobre todo comparándola con lo que se hace actualmente en el cine español. Muestra la vida de Alfonso XII desde el momento del entierro de la reina Mercedes, y es bastante rigurosa en los hechos históricos que se narran.

Evidentemente, las conversaciones entre los reyes no las conocemos, pero sí el resto de anécdotas que se narran (las salidas nocturnas del rey, las visitas a los enfermos, el pañuelo rojo...). Nos acerca a la manera de funcionar del gobierno en aquellos tiempos, a las presiones para conseguir un heredero, y de refilón se nos habla de conflictos como las guerras carlistas o la guerra de Cuba.

Las interpretaciones son interesantes: Vicente Parra, muy bien acertado en su papel, y realmente si lo comparamos con algunos retratos de Alfonso XII, el parecido es asombroso; también destacaría a José Marco Davó como Cánovas del Castillo. Sin ellos dos, realmente quedaría todo muy deslucido. Las escenas entre los reyes cansan un poco, por redundancia del dramatismo de la reina, pero creo que la pequeña parte de historia que se narra está seriamente representada: la ambientación, el vestuario...

Por cierto, que en la primera visita del rey a Cristina en Francia, me pareció reconocer el Palacio Real de Pedralbes. Tendría que comprobarlo, pero apostaría a que lo es.

Continuación de la triste historia del monarca de la Restauración, que perdió a su gran amor, María de las Mercedes, sin haber disfrutado apenas de ella. La joven reina cerró los ojos a los dieciocho años, dejando viudo a un rey destrozado y sin descendientes al trono. Obligado por la etiqueta de la corte, tuvo que casarse en segundas nupcias con María Cristina de Habsburgo, pero él ya era un fantasma consumido por la pena y las ganas de olvidar.
Sigue el olor del alcanfor en esta almidonada conclusión de las desdichas de un Alfonso XII quintaesencia de los sueños románticos de las abuelas.

Tras el éxito cinematográfico y popular alcanzado con la primera parte, "¿Dónde vas Alfonso XII?", se presenta esta segunda con una estructura muy parecida y manteniendo buena parte del elenco.
Tampoco resultó mal la cosa. Ni en lo artístico ni en lo comercial.
El esquema es similar. Historia romántica bien conocida, guion desarrollado con la asesoría de historiadores solventes y una realización ágil y dinámica que se ralentiza un tanto cuando se centra en la desencantada Mª Cristina de Habsburgo (López), la verdadera protagonista, y los desmayados diálogos con su esposo el rey Alfonso XII (Parra).
Una vez más los personajes más interesantes son los de reparto, mucho más ricos en matices. Sobre todo esa camarilla de jefes políticos, consejeros, generales, criados, actrices y entretenidas, que marcarán bastante la política de la Restauración.
Destaca otra vez la ambientación. Lo mismo en el entorno cortesano con los reales sitios puestos con todo lujo a disposición de las cámaras de rodaje, que en el Madrid pipero que frecuenta el joven monarca en sus pícaras excursiones nocturnas.
También el mérito político de una mujer como Mª Cristina, "Doña Virtudes" le llamaban algunos en plan burlesco aunque sin imaginar lo acertado del calificativo, mérito que solo al final de su vida comprendió en toda su dimensión su esposo. Un personaje, una mujer de nuevo, muy poco conocido pero que ejerció una influencia muy beneficiosa en el equilibrio político de los partidos conservador y liberal durante la regencia de su hijo Alfonso XIII.
Impresionante la escena de la sala de coléricos de Aranjuez durante la epidemia con la presencia del Dr. Olaya. Desoyendo la orden del Jefe del Gobierno, el rey toma el tren de tapadillo para visitarlos en el Real Sitio. Hoy, sin embargo, nuestros ministros no se cortan un pelo para coger el Falcon y marchar con sus amigos a conciertos de rock, a bodas familiares o a hacer turismo por la Quinta Avenida.
En fin, una película digna, recomendable y muy poco conocida. Un melodrama romántico que hace un acertado repaso a nuestro pasado más reciente.