El lugar donde estuvo el paraíso

Desde el principio te das cuenta de que esta es una de esas películas que posiblemente te hubiesen gustado más si te hubieses leído primero la novela. Y es que la sinopsis puede decir lo que quiera, que el papel todo lo aguanta, pero esta supuesta ciudad de Iquitos, aislada en la amazonía peruana, no pasa por haber sido nada ni en la época cauchera ni en la precolombina.

El que una adolescente prefiera vivir con su padre en la selva que con su madre en la ciudad, espero que la novela lo explique bien desde el principio. Si no, pasará con la novela lo que pasa con la película, que comienzas demasiado pronto a presentir la crónica del “edipazo” en la jungla que se nos viene pa’ encima… y cuando llega… pues poco más. Lo de la “ominosa atmósfera que pesa sobre esta vieja ciudad…”, debía de estar en el guión así, escrito de inicio ... Pero en la película, más allá de lo mucho que llueve en la primera escena… y aquello de “esto no es un país, es un clima”… na’ de na’… Ni tierra caliente, ni rastro del paraíso perdido ese…

Coproducción España-Argentina-Brasil-Alemania; Tornasol Films / Cartel / El Puente Producciones / Luna Producciones / Morena Films / Pandora Filmproduktion… Joder Herrero, ¡cómo te lo has montado y lo bien que te lo habrás pasado rodando allí! ¡Qué envidia! Por Dios, por Dios…

Hombre, Herrero, las dos actrices, tal vez hubiesen necesitado un director en las dos escenitas en las que tienen que elevar el tono de voz… pero bueno… en todas las demás escenas en las que las pillas de frente y les has dicho aquello que le dijo Mamulian a la Garbo en la escena final de “La Reina Cristina de Suecia”… Sí hombre, aquello de “ponga usted cara de nada” que luego esto se lo doy al montador y él sabe hacer maravillas… Pues eso, que en todas esas, ellas están muy bien… Y la fotografía de Alfredo Mayo también. Otro que ¡cómo se lo habrá pasado…!

Y Luppi, claro. Él sí. Muy bien, como siempre.

El cónsul de no se sabe dónde, residente en Iquitos con su novia, recibe en la pista de aterrizaje a su hija Isabel que viene a pasar unas vacaciones con él. La chica desde el principio no hace buenas migas con Julia la novia de su padre, por el que ella siente pasión y al que quiere acompañar en todas sus gestiones por la zona de la Amazonia peruana como si todavía fuera una niña. De las pocas cosas que hace el diplomático es interesarse por un refugiado político [Enrico] al que libera de la policía de frontera. Al parecer el refugiado político había entrado en zona aérea restringida buscando encontrarse con la mujer del cónsul con la que había tenido relaciones antriores. La hija del cónsul descubre el pastel y le hace ver a su padre que su novia no es de fiar. Enrico y Julia se fugan en una avioneta robada y se estrellan. El cónsul les da cristiana sepultura.- El director, más allá de enseñarnos el clima insoportable de Iquitos, donde llueve más de 3.500 l/m2 y de mostrarnos los exuberantes paisajes de la selva peruana, podría haber imaginado un mejor argumento para evitar la modorra del espectador viendo llover sin paraguas que te cobije. Y yo con estos pelos, por Dios.