Una rubia auténtica

Una más que estimable película del interesante "indie" Di Cillo, centrada en el mundo del famoseo y sus imposturas (que como muchas rubias, son de bote), vicios y defectos que hacen de aquel un universo artificialmente maravilloso y mítico.
Cuenta con un humor suficientemente ácido e incisivo, a la par que con unas interpretaciones sólidas (Modine está brillante), consiguiendo situarse, sin duda, muy por encima de lo que acostumbra el oscuro cine americano de ahora.

Desde luego que cuando Tom DiCillo quiere meter hostias a Hollywood y la industria, lo hace sin problemas. Sin cortarse.

Algo digno de admirar.

¿Lo que tenemos aquí? Un pasatiempo entretenido, algo largo y con una temática romántica aburrida, además de que una de las tramas (y sí es la del amigo que busca una rubia auténtica) no tiene ningún tipo de gracia o ingenio,

Pero la de Modine, sí. Hay escenas acertadas y un poco de mala baba (la escena del videoclip, las ensoñaciones de Modine, Keener y las clases de defensa personal).

Y después tenemos las historias amorosas y unas reflexiones con las que me cuesta más tragar.

Pero desde luego se deja ver. No es una obra con la que entre una risa permanente o que sea una radiografía constante del ambiente de Hollywood y la hipocresía, pero si que tiene puntos acertados y alguna escena (el estupendo Christopher Lloyd) que hacen el filme un paseo decente.

Comedieta simplona sin nada que resaltar a favor. Es una composición de personajes estereotipados con vidas vacías y tan fracasadas como sus actores/actrices protagonistas, y me refiero a los reales, no a los personajes interpretados.

La que más pena da es Daryl Hannah, que tras un breve estrellato durante los 80 y principios de los 90, terminó en películas como ésta, haciendo de femme fatale, y con aspecto de ser de plástico. Pese a tener tan solo 37 años en este rodaje, parece que tuviera 10 años más debido a las operaciones de estética a las que se ha sometido. Nada queda ya de aquella esplendorosa belleza natural que lucía en '1, 2, 3, splash'.

Respecto a Elizabeth Berkley, siempre fue la amiga fea de Kelly Kapowski, el personaje que interpretaba la también bellísima Tiffani Thiessen. Y si Thiessen no triunfó ¿qué le hizo pensar que ella sí podría?

Volviendo a la película, se ve juvenil, alegre, cosmopolita, pero a la vez plana y fácilmente olvidable.