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Rep. Dominicana Colombo (Serie de TV)
1971 
Richard Levinson (Creador), William Link (Creador) ...
12.000
Serie de TV. Intriga. Thriller. Drama
Serie de TV (1971-1978). 12 temporadas. 69 episodios. El teniente Colombo es un desaliñado y aparentemente despistado detective de policía que, a primera vista, suele ser considerado torpe e inofensivo. Lleva siempre gabardina y un puro mientras investiga y resuelve los casos más sorprendentes. (FILMAFFINITY)
3 de septiembre de 2011
57 de 62 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tiene algo hipnótico el Teniente Colombo, algo que transciende al personaje, un “no sé qué” incontrolado que escapa a los guionistas, una aportación que debemos a Peter Falk, pues estoy seguro de que hay mucho de él en el personaje.
Visto con el paso del tiempo el Teniente Colombo es un ejemplo prodigioso de lo difícil que es mantenerse fiel a sí mismo, él nunca va a renunciar a su gabardina, a su viejo coche, a su mujer, y sobre todo… nunca dejará de ser Teniente, porque Colombo es un personaje anacrónico, un espectador curioso de la sociedad consumista e individualista que le toca vivir; su recompensa es el trabajo bien hecho. Colombo es policía, quizá por un deseo nacido en la infancia, pero bien podría ser fontanero, ebanista, relojero y lucir esa aura de artesano satisfecho, y probablemente el precio de esa armonía sea la renuncia al éxito social, al ascenso.
Es curioso, y aquí radica una de las singularidades, que en los años en que comienza la serie, con la sociedad del “American way of life” ya tan cimentada sobre el consumismo como motor de progreso, Colombo haga del anticonsumismo una seña de identidad; su viejo coche, su arrugada gabardina, su puro barato son su altiva tarjeta de visita, ni los minimiza, ni los justifica, al contrario presume de ellos. La conciencia de clase en Colombo es digna de elogio, es el chico de barrio hecho policía. Obligado una y otra vez, a enfrentarse a los dominadores, a los triunfadores, a vencer sus recurrentes tentaciones, consciente de la sociedad dual que habita, Colombo va desvelando paulatinamente sus origines, sus principios, como si fuese un ejercicio de reafirmación frente a la clase dirigente.
Colombo no juzga, solo señala y opta por una vía fraternal en su hostigamiento, sabedor de que previo al asesino, hay una víctima, alguien que trata de huir del ensañamiento social que se aproxima, y que finalmente cede al vértigo amoral. Durante la investigación Colombo buscará la confesión, con una determinación inflexible. Como él se encarga de recordar es un profesional, pero eso no es óbice para que nos sorprenda con un acercamiento humano al sospechoso, al que no dudará en reconocer sus virtudes, admirar su talento, compartir confidencias; teniendo siempre presente que es más lo que une que lo que separa.
Por lo demás, tiene la serie, sobre todo en su primera etapa (1968-1978), un aire a cambio de época, como si Colombo solo fuese posible en un mundo hecho a la medida del individuo, como si asistiésemos a una crónica de la llegada al punto de no retorno. Son los albores de la sociedad tecnológica, el paso de la perezosa y paciente investigación a las urgencias de la sociedad actual y sus equipos de investigación CSI.
Visto con el paso del tiempo el Teniente Colombo es un ejemplo prodigioso de lo difícil que es mantenerse fiel a sí mismo, él nunca va a renunciar a su gabardina, a su viejo coche, a su mujer, y sobre todo… nunca dejará de ser Teniente, porque Colombo es un personaje anacrónico, un espectador curioso de la sociedad consumista e individualista que le toca vivir; su recompensa es el trabajo bien hecho. Colombo es policía, quizá por un deseo nacido en la infancia, pero bien podría ser fontanero, ebanista, relojero y lucir esa aura de artesano satisfecho, y probablemente el precio de esa armonía sea la renuncia al éxito social, al ascenso.
Es curioso, y aquí radica una de las singularidades, que en los años en que comienza la serie, con la sociedad del “American way of life” ya tan cimentada sobre el consumismo como motor de progreso, Colombo haga del anticonsumismo una seña de identidad; su viejo coche, su arrugada gabardina, su puro barato son su altiva tarjeta de visita, ni los minimiza, ni los justifica, al contrario presume de ellos. La conciencia de clase en Colombo es digna de elogio, es el chico de barrio hecho policía. Obligado una y otra vez, a enfrentarse a los dominadores, a los triunfadores, a vencer sus recurrentes tentaciones, consciente de la sociedad dual que habita, Colombo va desvelando paulatinamente sus origines, sus principios, como si fuese un ejercicio de reafirmación frente a la clase dirigente.
Colombo no juzga, solo señala y opta por una vía fraternal en su hostigamiento, sabedor de que previo al asesino, hay una víctima, alguien que trata de huir del ensañamiento social que se aproxima, y que finalmente cede al vértigo amoral. Durante la investigación Colombo buscará la confesión, con una determinación inflexible. Como él se encarga de recordar es un profesional, pero eso no es óbice para que nos sorprenda con un acercamiento humano al sospechoso, al que no dudará en reconocer sus virtudes, admirar su talento, compartir confidencias; teniendo siempre presente que es más lo que une que lo que separa.
Por lo demás, tiene la serie, sobre todo en su primera etapa (1968-1978), un aire a cambio de época, como si Colombo solo fuese posible en un mundo hecho a la medida del individuo, como si asistiésemos a una crónica de la llegada al punto de no retorno. Son los albores de la sociedad tecnológica, el paso de la perezosa y paciente investigación a las urgencias de la sociedad actual y sus equipos de investigación CSI.
4 de febrero de 2009
41 de 45 usuarios han encontrado esta crítica útil
A diferencia de otros telefilms de pasadas épocas, en la serie de Colombo el culpable es conocido desde el principio por el espectador. El teniente Colombo se presentaba siempre en el lugar del crimen sin idea de quién puede ser el asesino, pero pronto empezaba a interrogar al culpable con tanta insistencia que el pobre muda de tenerle simpatía a sentirse acosado y agobiado por su desaliñada presencia. Colombo era implacable con sus dudas, sus insistencias, mentando a su mujer u otros familiares para despistar, y que nunca aparecen en imagen.
Colombo ha sido repuesta en varias ocasiones porque sus capítulos eran de calidad y gozó de gran aceptación; intriga con un toque de humor. Peter Falk encauzó perfectamente a ese personaje de apariencia gris, con gabardina gris y un auto gris, un Peugeot destartalado, tan disonante siempre entre ambientes de lujo y sospechosos estirados y burgueses, donde no se cortaba un pelo y no dejaba de husmear ni un momento.
Inolvidable cuando se despedía levantando el brazo y dando media. Pero no se iba.
Colombo ha sido repuesta en varias ocasiones porque sus capítulos eran de calidad y gozó de gran aceptación; intriga con un toque de humor. Peter Falk encauzó perfectamente a ese personaje de apariencia gris, con gabardina gris y un auto gris, un Peugeot destartalado, tan disonante siempre entre ambientes de lujo y sospechosos estirados y burgueses, donde no se cortaba un pelo y no dejaba de husmear ni un momento.
Inolvidable cuando se despedía levantando el brazo y dando media. Pero no se iba.
Pobres criaturas
18 de agosto de 2007
28 de 30 usuarios han encontrado esta crítica útil
Serie mítica. LA SERIE. Colombo comienza sus capítulos sabiendo menos que nosotros pero siempre nos acaba dando una lección de lógica. Destacar sobretodo sus primeras temporadas hasta el parón de 1978 aunque todos sus episodios son obras maestras. Aunque hay veces que compadeces al asesino, el carisma de Colombo supera a todas las estrellas invitadas que han desfilado por la serie.
A.. ya se me olvidaba..Invito a todo el que no haya visto nunca al Teniente a hacerlo, vale la pena. Un 10 porque no hay 11.
A.. ya se me olvidaba..Invito a todo el que no haya visto nunca al Teniente a hacerlo, vale la pena. Un 10 porque no hay 11.
6 de noviembre de 2006
23 de 25 usuarios han encontrado esta crítica útil
Colombo es un personaje mítico de la TV y hay numerosas razones para ello. Una de ellas es la genial interpretación de Peter Falk dando una personalidad al personaje que va mas alla de una mera actuación y traspasa la pantalla para calar al espectador con las sutilezas, psicologia y sentido común que derrocha el teniente. A Colombo no le hacen falta instrumentos ni sistemas científicos como a CSI para descubrir al culpable del crimen; la psicologia humana y la lógica estan muy desarrollados en él para prescindir de las técnicas y metodologías clásicas de los criminalistas actuales.Si añadimos su desaliñado aspecto, sus despistes y su aparente ingenuidad y lo mezclamos con asesinos de la alta sociedad, con coartadas perfectas e inteligentes puestas de escena y lo mezclamos todos resultara una genial serie de TV donde entendemos que no es un tópico el que las apariencias engañen sino una realidad que hay que afrontar siempre con un riguroso sentido común.
5 de marzo de 2019
18 de 20 usuarios han encontrado esta crítica útil
El teniente Colombo es un personaje mítico de la televisión. Un tipo humilde y amable, además de un gran profesional de la investigación.
Llegaba al lugar del crimen en un coche que debería estar en un desguace. Ataviado con una viejísima gabardina, intentaba reconstruir el asesinato. Si algo no encajaba, empezaba a indagar de manera insistente hasta descubrir la verdad. Decía que los detalles que no cuadraban no le dejaban dormir. Era un apasionado de su trabajo.
El asesino, siempre de la alta sociedad y cuya identidad se conocía al principio del episodio, veía al detective como un hombrecillo ridículo al que sería fácil engañar. Siempre hablando de su mujer, cuando a nadie le interesaba, aparentemente despistado y torpe, pero pesado, muy pesado. Siempre regresaba dando la lata con una última pregunta. Empezaba a reunir indicios en torno al culpable y éste, tras la confianza inicial, debía rendirse a la evidencia: estaba siendo acorralado.
No sabía usar la pistola. En cierto episodio sus superiores le perseguían para que hiciera sus reglamentarias prácticas de tiro. En otro episodio aparecía con una gabardina nueva, regalo de su mujer, con la que se mostraba incómodo. Iba olvidándola en todos los sitios. No podía pensar con esa gabardina.
Reconocía la astucia y el talento de algunos criminales, que le obligaban a dar lo mejor de sí mismo. Los episodios se convertían en un magnífico duelo de inteligencia entre el detective y su presa.
En el spoiler he seleccionado los que considero los 10 mejores episodios de la serie, indicando el nombre de la estrella invitada que interpretaba al asesino.
Llegaba al lugar del crimen en un coche que debería estar en un desguace. Ataviado con una viejísima gabardina, intentaba reconstruir el asesinato. Si algo no encajaba, empezaba a indagar de manera insistente hasta descubrir la verdad. Decía que los detalles que no cuadraban no le dejaban dormir. Era un apasionado de su trabajo.
El asesino, siempre de la alta sociedad y cuya identidad se conocía al principio del episodio, veía al detective como un hombrecillo ridículo al que sería fácil engañar. Siempre hablando de su mujer, cuando a nadie le interesaba, aparentemente despistado y torpe, pero pesado, muy pesado. Siempre regresaba dando la lata con una última pregunta. Empezaba a reunir indicios en torno al culpable y éste, tras la confianza inicial, debía rendirse a la evidencia: estaba siendo acorralado.
No sabía usar la pistola. En cierto episodio sus superiores le perseguían para que hiciera sus reglamentarias prácticas de tiro. En otro episodio aparecía con una gabardina nueva, regalo de su mujer, con la que se mostraba incómodo. Iba olvidándola en todos los sitios. No podía pensar con esa gabardina.
Reconocía la astucia y el talento de algunos criminales, que le obligaban a dar lo mejor de sí mismo. Los episodios se convertían en un magnífico duelo de inteligencia entre el detective y su presa.
En el spoiler he seleccionado los que considero los 10 mejores episodios de la serie, indicando el nombre de la estrella invitada que interpretaba al asesino.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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