El futuro

1982. Felipe Gonzalez. Un llamamiento. Una fiesta. Una teta. Nuclear sí, por supuesto. El Día Market.

La CT.

Si eso de la CT te suena raro, esta película no es para ti. Si tienes curiosidad y te atreves a ponerle lupa a la Transición, deja de leer y busca la manera de visionar El Futuro. Si ya la has visto, mejor sigue leyendo.

La expectación era máxima, la sala estaba casi completa en el Festival de Cine de Murcia (IBAFF) , todo el mundo estaba deseoso de ver la primera Opera Prima del festival. Las críticas que había tenido de esta "película" eran como mínimo, aceptables. El director además, en su condición de ser murciano, se hallaba en la sala para después intervenir en un coloquio posterior. Todas las cartas estaban puestas sobre la mesa.

Craso error. Evidentemente, mi mayor desacierto fue no mirar las críticas de los usuarios de Filmaffinity, pero aun así estaba obligado a ver esta proyección (no voy a llamarlo película por respeto al cine) al ser miembro del jurado popular, así como el cerdo que va voluntariamente al matadero.

Abre un corto de 26 minutos que dentro de lo que cabe se deja llevar, sobretodo después de la que se nos iba a venir encima. Empieza "El futuro", fijarse que ya no me acuerdo ni como empezaba, mi cerebro ha hecho lavado de memoria en estos pocos días que han pasado desde su visionado y ha enviado la proyección a lo más profundo del subconsciente para no volver jamás. Lo que puedo decir, con mucha sinceridad, es que conforme pasaban los minutos yo perdí la noción del tiempo y del espacio, me sentí, con la mano puesta en el fuego, que miraba continuamente a la sala para ver si había gente igual de angustiada que yo, y vaya que si la había. Para que yo mire el móvil en una proyección ya tienen que caer truenos, y lo miré cinco veces además de mantener alguna que otra conversación virtual con conocidos que estaban allí presentes.

Dicho esto, de lo que trata esto son imágenes sin ningún tipo de sentido ni argumento de una fiesta en los años ochenta durante una hora, realizadas de forma pésima pero que según el director fueron realizadas de una forma deliberada.

Y es razonable que os hagáis ahora la pregunta del millón: ¿Porqué le he puesto un 3?. Pues lo cierto es que después de la película el director supo seducir con su verborrea al público que por general e incluido yo, se ahogaba en la mala hostia y la rabia. Habló de este "trabajo", pero sinceramente, en muchas cosas no cuelan las excusas Luis. He visto cine experimental y en la mayor parte de las películas de este tipo he sentido curiosidad en lo que venía después. Aquí el director se ríe de la gente, la película es vacía, vacua, no trasmite, no da curiosidad, quieres irte desde el primer minuto. En palabras del director, su proposición era realizar un trabajo visual que pareciese grabaciones amateurs de una fiesta de esa época. Entonces es cuando pienso que yo también he grabado fiestas de forma amateur y le he dado sentido a lo que grababa.

Es simplemente y en definitiva, una estafa que además esta mal elaborada. Gracias que no pagué por ella. Si le he puesto un 3 es por el "esfuerzo" de situar al acción en su contexto (pese a muchas anacronías y errores técnicos), y el arte que ha tenido al vender una sinopsis tan potente y engañosa, además de comprar a la crítica profesional. Pero un mensaje tengo claro para este director: dedícate a otra cosa, para saber hacer cine no solo hay que entender, hay que saber ponerlo en práctica.

PD: Yo también me reí cuando vi a tantas personas en la parte de "guión" en los créditos.

Una película con mucha forma estética y muy poco contenido. Para comprender la metáfora de la fiesta con los años venideros y la transición fallida hubieran valido 20 minutos. Todo pretende ser extremademnte sutil y es una bofetada constante de obviedad...No entiendo el por qué de los empalmes de las colas una y otra vez. No entiendo las fotos familiares (es para mostrar el corsé de la modernidad frente al desarraigo de la posmodernidad? Otra obviedad formal?). Pero sobre todo no entiendo por qué los escasos diálogos están tan rematadamente mal elegidos y elaborados, como el buen petardeo de Almodovar pero sin el "buen" y con una carga pseudo-política de postal.

Creo que no he visto nada peor en muchos años. Mala, mala, mala, maliísima, malérrima. No tiene ni pies ni cabeza. No se oye absolutamente nada. Imágenes sin sentido de una fiesta, sin presentación, ni nudo, ni desenlace, ni sentido, ni vergüenza. Encima pretenciosa. No hay nada peor que un arrogante que se cree artista. Con cortes en la banda sonora que impiden que se pudiera escuchar algo decente con los ojos cerrados. Por favor, si se quiere hacer cine hay que tener humildad y un mínimo de decencia.
El director es un artista pedante, arrogante y, como se diría en los ochenta, pedorro.

«Un grupo de jóvenes bailan y beben en una casa».
No sigáis leyendo porque esto es todo cuanto vais a encontrar. Podría estar pasando en la España de los 80 como ayer de noche.
No hay argumento. No hay personajes. No hay hilo conductor. Si queréis buscar alegorías y metáforas, adelante.