Ella es el partido

Es, supongo, trabajo de Clooney trás la cámara y de los guionistas, que "Leatherheads" (algo así como "Cabezas de cuero", nada de "Ella es el partido" por supuesto) no sea un film tan soporífero como puede parecer desde fuera. Clooney lleva ya bastante tiempo metido de lleno en proyectos de corte serio, films políticos, de tramas de corrupción... y a excepción de las patochadas de "Ocean's 11, 12 y 13" había dejado de lado a un sector de su público que le veía como el nuevo Cary Grant. Pues bien, esto viene a colación porque viendo "Leatherheads" Clooney está más cerca del cine clásico hollywoodiense que nunca, acierta en su tono cómico inocente, con aceptable desparpajo, hay bastante de usual en la historia pero todo se mide en torno a unos esquemas atípicos en la comedia actual porque su factura es de comedia a la antigua usanza. Y esto que le podía llevar a un mal vuelo temporal le salva en cambio de la quema despertando un interés en base a su buen hacer y su adictivo ejercicio de nostalgia acaba por funcionar. Tiene todo el aspecto de film ligero, para desengrasar de tanta sobriedad, para regocijarse en la butaca, para reir de cuando en cuando salvando incluso hasta esas distancias que provoca el hecho impepinable de que Clooney siempre tiene que ir de galán (como siempre lo iba Cary Grant por cierto). Clooney en cambio tendrá sus detractores como muchos más los tiene Zellweger que en cambio siempre ha sido una actriz destacable para el que esto escribe y que aquí también adopta esos aires de una mezcla del impacto sensual de una Lana Turner y la fortaleza de una Katherine Hepburn (y con estas comparaciones igual me estoy pasando de la raya). No esperen al Clooney reivindicativo, "Leatherheads" tiene la fuerza suficiente como para derribar muros de prejuicios, como a mí me ha pasado.

Recientemente he tenido la ocasión de ver la tercera película de Clooney tras la cámara.
Partiendo de la idiosincrasia netamente yanqui que nos presenta (en nuestra España, la película estaría ambientada en el mundo de los toros... como mínimo) y del tufillo proamericano consecuente, lo cierto es que Clooney cumple el propósito de entretener sin emplear malas artes en ello.
La realización no es plana, y rascando un poco se encuentran destellos de artesano de los de siempre que en el fondo es en lo que se ha convertido Clooney tras la elegante "Goodnight and goodluck".
La trama (adulcorada para hacerla accesible a todos los públicos) transcurre sin mayores enjundias y los actores cumplen con su cometido sin hacer el ridículo (evidentemente no me refiero a Renee "Morritos" Zellweger, que siempre está mal haga lo que haga).
Por ello, la película se puede ver, aunque se aleje eso sí de un notable. Notable que seguramente hubiese obtenido la versión inicial de la película (al alimón con Steven Soderberg) si se hubiese rodado. Parece ser que Clooney prefirió rebajar la intensidad del guión original para dirigir una historia más light que lo acercase a un público más americano que europeo. Evidentemente el amigo Jorge lo ha conseguido. Tengo la impresión de que pasará sin pena ni gloria por nuestras pantallas.

Siempre he criticado las comedias que sólo consiguen arrancar una mínima sonrisa al final, pero ésta es distinta. Es una película que no busca la carcajada sino resultar simpática a base de ingenio y luego que cada uno ría, sonría o se carcajee según como le dé. No hay gags desternillantes, pero tampoco hay situaciones de mal gusto ni chistes que hagan pasar vergüenza ajena. Es una película hecha para gustar sin exigir esfuerzo al espectador, sin trucos, sin efectos, sin giros espectaculares, sin tramas dentro de las tramas... y, en ese sentido es la película perfecta porque no debe de haber una forma mejor de pasar cien minutos pasando un buen rato sin preocupaciones. Vamos, la típica película intrascendente en el fondo pero muy agradable en la forma (por mí no hay problema, si quisiera calentarme la cabeza vería una de León de Aranoa).

Lo mejor, su desarrollo al ritmo de música de años veinte y diálogos ingeniosos, combinando de manera agradable una estética de película antigua con técnicas modernas. Lo peor, que algún diálogo está plagiado de otras películas y que algunas veces se va por las ramas. Pero da igual... Fijaos si se ha conseguido hacer buena película que hasta los caretos de George Clooney en plan "que guapo soy y que encantadora belleza madura tengo" encajan estupendamente en la tónica general y lo mismo se puede decir de Renee Zeelweger (se escriba como se escriba).

No es una película para analizar o valorar, es una película para ver y pasar un buen rato.

Clooney continua empeñado en revitalizar el cine de épocas pretéritas y aquí rinde su particular y loable homenaje a la comedia de los años 30 y 40. Y se queda un poco a medias, como de costumbre. Al guión le falta chispa y dirigirse no le ha favorecido demasiado. En su nuevo intento de emular a Cary Grant firma seguramente su actuación de comedia más desangelada. La Zellweger continúa con ese rictus crispado en los labios que cada vez va a más y cada vez soporto menos. Pero el tono entrañable del relato y la añoranza, la dulce añoranza, salvan la función.
Disfrutable.

Si algo hay que decir a favor de George Clooney es que cuando decide ponerse detrás de las cámaras no es para dirigir películas típicamente comerciales, ya que sus proyectos no son muy comerciales que digamos sino más bien comprometidos. Este último trabajo de Clooney como director está más que bien dirigido, con una fotografía color sepia muy acorde con los tiempos en los que transcurre la acción, concrétamente 1925, dándole más realismo a la historia, y una banda sonora genial por parte del brillante Randy Newman y una ambientación y vestuario realmente conseguido. El problema de esta película es que es profundamente americana y a nosotros, Europeos del viejo mundo nos puede sonar a chino, por no decir que a la mayoría nos importa bien poco cómo fueron los difíciles comienzos del deporte del fútbol americano allá a mediados de los años 20. A pesar de ello, la peli se deja ver y está bien llevada por sus protagonistas, un Clooney con buena presencia en pantalla, queriendo brindar un pequeño homenaje a esas comedias románticas de los años 30 y 40 (parece ser que el actor se puso como loco a visionar pelis de esa época para llevar a cabo este proyecto). Su compañera de fatigas en esta ocasión es Renee Zellwegger, actriz que no acaba de poner de acuerdo a los usuarios de esta página. Hay quiénes la detestan y quiénes la adoran. Yo me considero una fan suya y me parece que está maravillosa, en un papel que le viene como anillo al dedo, aunque es bien cierto que poco queda ya de esa joven tímida que aparecía junto a Tom Cruise en "Jerry McGuaire". El descubrimiento de la peli para mí ha sido el joven John Krasinski, quién ha dejado una muy buena actuación. De Jonathan Pryce decir que no es santo de mi devoción y que, salvo en su maravillosa actuación en "Carrington", no me acaba de llegar. De todas formas, no es una película destacable, queda algo fría y sirve como simple entretenimiento, siendo un verdadero fracaso de taquilla en nuestro país. Espero que la próxima peli de Clooney como director tenga mejor acogida.