Policía en Israel

Me encantan las películas que no necesitan de largos diálogos de los actores para crear climas. Que se nutren de silencios, de gestos, de miradas. De personajes que dicen mucho más cuando callan que cuando hablan. Además de eso esta película tiene realismo, humanismo. Las actuaciones son naturales, con naturalidad. Hay humanidad en el policía de élite, podría ser un primo o un familiar nuestro. Hay humanismo también en los del grupo subversivo, errores, dudas, conflictos.

Es cine israelita, independiente, digamos. Alejado del cine comercial, sí. Con el poso de cine que busca comunicar un mensaje, algo, al espectador. Y Nadav Lapid lo muestra, lo enseña, conduce el film e interesa. Hasta ahí, bien. Pero no sabemos qué nos quiere decir ni porqué. La idea se va poco a poco disolviendo entre activistas, dramas individuales, parafascismo militar... Israel, la difícil vida cotidiana y política del Estado hebreo, de fondo. Buen intento, pero no se saborea el resultado final como debiera.