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En una tierra salvaje

Drama. Aventuras Ambientada durante la II Guerra Mundial, tras el bombardeo japonés de Pearl Harbour, "In a Savage Land" narra la historia de un pareja de científicos recién casados que decide irse de Australia a las Islas Tobriand, en Papúa Nueva Guinea, con objeto de estudiar el comportamiento sexual de los habitantes de aquellas islas. Ella es una ambiciosa doctora, y su marido un famoso antropólogo que espera volver a destacar en su profesión. Pero ... [+]
Críticas 2
Críticas ordenadas por utilidad
16 de febrero de 2011
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
“In a savage land” es un film dirigido en 1999 por Bill Bennett rodado realmente donde se sitúa la acción, es decir, en las Islas Trobriand, en Papua Nueva Guinea. La trama se inicia justo antes de que estalle la Segunda Guerra Mundial (momento en que las islas pertenecían al Imperio Británico) y acaba también con el final de la misma.
Narra la historia de Phillip i Evelyn Spence, una joven pareja de antropólogos que deciden viajar a estas islas del Mar de Salomón, para realizar un intenso trabajo de campo atraídos
por las relaciones familiares de sus “primitivos” habitantes, las relaciones macho-hembra, los ritos de duelo y “interesados por como una sociedad tribal utiliza la sexualidad para incrementar su dominio social”, en palabras de Phillip.

Podemos deducir que el apunte “basado en hechos reales” que hace constar Filmaffinity se hace en referencia al famoso antropólogo británico de origen polaco Bronislaw Malinowski (1884-1942). De hecho, al principio del film se nombra a Malinowski, cuando la pareja protagonista, con gran interés y alegría, encuentra una de sus obras en la biblioteca.

Efectivamente, Malinowski es autor de un reconocido trabajo etnográfico realizado en las
Islas Trobriand durante la Primera Guerra Mundial. Fue pionero en describir la vida de un pueblo de una cultura diferente basándose en un exhaustivo y detallado trabajo de campo. Como los protagonistas de la cinta que nos ocupa, Malinowski convivió con los hombres y mujeres de Trobriand, aprendió su lengua, se integró en su cultura, participó en sus ritos y costumbres y lo hizo durante un largo periodo de tiempo, según él, para tratar de entender qué quería decir ser un verdadero trobriandés. Se dice que es el creador y definidor del “trabajo de campo etnográfico” tal como se conoce todavía en la actualidad, basado en tres importantes puntos: participar, observar e interrogar.

Las Islas Trobriand son conocidas como las islas del amor, por las exóticas y promiscuas prácticas sexuales de los nativos. Los adolescentes, por ejemplo, tienen a su disposición una “casa de solteros” donde acostumbran a intercambiar sus parejas cada noche y todavía hoy, en pleno siglo XXI, no creen en la relación entre la sexualidad y el embarazo.

Se trata, en definitiva, de una agradable y bella película, de profesional y cuidada ambientación, cruda y romántica al mismo tiempo, con una fotografía excelente y una música deliciosa que nos deja, para acabar, con los maravillosos acordes del “Begin the beguine”...
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
fran
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22 de mayo de 2011
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hermosa película que plantea una curiosa temática sobre un matrimonio de científicos que va a estudiar la vida sexual de los indígenas de Trobiand, y en lo que creían un viaje que les iba a dar un gran testimonio documental y iba a causar una gran sensación al ser un campo no muy abordado del comportamiento humano, en realidad se enfrentan a sus propios miedos y frustraciones. A medida que va pasando el metraje el espectador se da cuenta del gran cambio de las situaciones, personajes que estaban en un punto de pronto se ven en otro muy distinto tanto a nivel físico como psicológico, al ir entrelazándose su destino al de las personas que les rodean, de cualquier etnia. La película narra los aspectos más profundos del hombre, en contraste aquél que vive en contacto directo con la naturaleza y el otro el civilizado, pero tanto para uno como para otro la autenticidad del amor es la meta. Me ha parecido una película profundamente psicológica, en su visionado hay que tener en cuenta todo lo que pasa, cada mirada y cada detalle. Protagonizada por Maya Stange como la científica acompañante de su marido, también la película narra el feminismo naciente tanto en la isla como entre la misma civilización. Completan la obra un M. Donovan eclipsado completamente por el versátil Rufus Sewell, quien comparte con Stange una gran química y romanticismo, aquí hace el papel de bueno, acostumbrado a sus otro roles de malvado, le sienta muy bien, dado que es un actor que expresa mucho con su cara, especialmente con sus ojos que son como espejos. Los planos y los exteriores son impresionantes, en Nueva Guinea, Bill Bennett hace un gran trabajo desde los extras hasta el recogimiento de una fotografía impecable y con la elaboración de un guión para nada recargado y con una música que encaja como un guante en la historia. Recomendable.
barbara12
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