Éramos desconocidos

Interesante film negro de intriga, con toques de cine negro, espionaje, drama y romance; sobre la revolución cubana. Entretenida trama muy visual con ese juego genial de Huston de luces y sombras dominada de manera brillante. Con alguna laguna salvable en el guión, la historia se va adentrando sutilmente en un gran entramado de tal manera que consigue captar la atención del espectador, con varios giros de guión y sucesos inesperados muy efectistas...como asesinatos u otros sucesos que obstaculizan el trabajo de los protagonistas. Y salvo por lo expuesto en el spolier muchos detalles y matices del genio Huston que realzan el film en gran manera.

Sin ser una maravilla, no está mal esta tensa película centrada en la Cuba de Machado y en los intentos revolucionarios de un grupo de personas. Como digo, la película tiene una tensión bastante bien calculada, además de una pareja protagonista que funciona muy bien entre ellos, aunque quizá Jennifer Jones no puede evitar el ser glamurosa en todo momento y condición, lo que le quita un poco de realismo. Quizá se le podía haber sacado algo más jugo al tema político en lugar de a aspectos técnicos u organizativos, porque además hay ciertos aspectos que tendrían miga de la gorda, pero bueno. Entretenida, pese a ser pausada.

Rodada en 1949 entre esas joyas que son “El tesoro de Sierra Madre”, “Cayo Largo” y “La jungla de asfalto”, uno comprende con ese dato que “Éramos desconocidos” haya quedado con el tiempo un poco sepultada en el olvido dentro de la filmografía de un director de la importancia de John Huston.

Posiblemente también tenga que ver su claramente marcado tono político, que ubica la historia en la Cuba del dictador Machado y los esfuerzos de unos pocos por iniciar el germen de una revolución que devolviera la libertad al pueblo, lo cual curiosamente dejó insatisfechos a ambos bandos políticos, para sorpresa del cineasta, que iniciaba con este filme su andadura con productora propia y vio como el debate político sobre su filme eclipsaba sus virtudes artísticas.

Y eso a pesar de que Huston consigue lleva la historia a su terreno y la convierte casi en un noir, dotándola de una atmósfera opresiva que condiciona progresivamente a los personajes, resultando de vital importancia el trabajo en la fotografía de Russell Metty. Su mano como experimentado guionista se nota en la intensidad de los diálogos, de lo mejor de la película, e incluso el romance que podría parecer forzado se muestra coherente en su desarrollo, alimentando recíprocamente los personajes su cariño al estar unido a una esperanza de libertad que lo hace trascender de lo meramente carnal.

Mucha de la credibilidad de la historia se apoya en las intensas interpretaciones de John Garfield y Jennifer Jones, y en una terna de secundarios realmente efectivos en sus papeles, entre los que destacan importantes figuras latinas de Hollywood como Ramon Novarro, Gilbert Roland y Pedro Armendáriz, que brillan en su trabajo (sobre todo los dos últimos). John Gardield fue un gran actor obligado casi siempre a meterse en la piel de tipo duro debido a sus rasgos serios y toscos, pero al que he tenido la suerte de disfrutar últimamente en personajes de corte parecido, siempre cumplidor, y especialmente brillante en la magnífica “Cuerpo y alma” de Robert Rossen.

Lamentablemente, me choca tener que escuchar prácticamente la totalidad de los diálogos en inglés, cuando se trata de una historia ambientada en Cuba, incluso cuando todos los personajes en una escena son habitantes del lugar, sin presencia de extranjeros. Me resta credibilidad, me resulta forzado, me ha ocurrido lo mismo recientemente con “Tren nocturno a Munich” de Carol Reed (1940), en la cual los alemanes hablan todos en inglés y Rex Harrison los engaña haciéndose pasar por alto cargo de las SS con su indisimulable acento británico.

No siendo de las obras más recordadas del director, algo compresible en alguien que dejó tantos filmes memorables, considero personalmente que merece la pena y contiene muchas más virtudes que defectos, y se engloba perfectamente en ese muestrario de perdedores tan del gusto del director, que hizo de los mismos una seña de identidad. Ha sido una sorpresa y me ha gustado mucho más de lo esperado, por lo que aconsejo descubrirla para que el que no lo haya hecho.

Qué bien contada que está, mírala, que rica en matices y vicisitudes, qué vigor y hermosura, qué cuajo, qué belleza, línea clara curva, qué bien están expuestas y representadas las ideas y los personajes y las decisiones o intenciones, las pegas, dudas y tormentos, de qué forma tan lógica y densa ligera, y qué romanticismo tan furioso y desatado la recorre a la vez tan contenido, sutil y sobrio, una película gloriosa, prácticamente perfecta, con solo dos importantes o grandes problemas o fallos, errores horrores, uno en el medio* y otro al final**.
Además El puente sobre el río Kwai, el absurdo como horizonte***, y El hombre rebelde de Camus, sin quitas una vida, debes estar dispuesto a dejar/pagar/ofrecer la tuya****.
Un pequeño prodigio y ellos dos son tan atractivos y Rolland al cante, qué maravilla, como si estuviéramos en el Caribe, en Cuba, libre.
Es una de Dostoivski, Los poseídos o demonios, en miniatura.
Es un chufla jolivudense narrada con grandeza y sin mierdas ni componendas, a sangre y fuego, de veras.

No sé. Si la firmase otro me gustaría menos. Quiero decir que, por ser de quien es, ya tienes formada una idea sobre ella y su trascendencia.
Es una trama interesante, desconocida para mi, la dictadura en Cuba en 1925 y su derrocamiento en 1933.
Huston es peculiar, tiene algo propio, no sé muy bien qué, pero es capaz de rodar de manera singular. Esta película es, prácticamente, una obra de teatro, dos escenarios, una calle, dos decorados, muy pocos personajes.
Me ha gustado mucho Pedro Armendariz. Me fijé en él de manera sistemática, y tiene toda la pinta de ser un gran actor. Imprime intensidad a su personaje, honestidad, lo hace muy creíble, y da miedo, mucho.
Garfield parece hecho para este personaje, la verdad es que parece hecho para cualquier personaje. Me parece un actor bajito, muy cortito de estatura, y a lo mejor eso lastró un poco su carrera, aunque protagonizó muchas películas, algunas muy buenas.
Jennifer Jones es la menos conocida para mi. La he visto en algunas películas, claro, pero no es una actriz que me llene, no le cojo el punto de su actuación. Es sobria, contenida, introspectiva, hacia dentro, poco efectista, llena de matices en su rostro.
El metrajes se suficiente, la música casi no tiene protagonismo, el guión bien hecho, y los secundarios estupendos, especialmente uno, el que tocaba la guitarra, creo que es Gilbert Rolland, actor que siempre le recordaremos en papeles de piratas.
En definitiva, una película decente, bien hecha, con cierto sentido y que se puede ver. No es, ni mucho menos, la mejor de Huston, un director, que, por otra parte, hacía cosas muy interesantes: Cayo Largo, El Halcón Maltés, El hombre que pudo reinar, La Jungla de Asfalto, Moby Dick, La noche de la iguana, Reflejos en un ojo dorado, Las raíces del cielo... con otras películas no tan buenas.