Susana

El morbo de esta película es ver al principio de ella a Concha Velasco vestida de novia y rechazada en el altar. ¡Y eso que era seguramente una de las mujeres más deseadas de la época ! Aparte de eso, poco más se puede salvar de esta comedieta que ha envejecido muy mal. Los personajes están muy forzados, las situaciones no dan mucho de sí, y la moralina que desprende el final casa poco ( perdón por el juego de palabras tan simple) con la del espectador del siglo XXI.

Olvidada y olvidable. Ya no tiene ni un pase.

FIlm protagonizado por Concha Velasco que es la protagonista absoluta de un film en el que se mezclan historias de hombres y mujeres, algunas con más gracia que otras y donde ella enseña a las mujeres cómo hacerse valer ante sus maridos. Pero aprender estas lecciones llevará a los personajes a numerosas situaciones, algunas más graciosas que otras.
Entre lo más destacable del film estaría la acertada fotografía y el vestuario de la protagonista y el resto de actrices, además de unos planos muy bien cuidados. Como no, destacar a toda la larga lista de actores que hacen que el film no decaiga... y es que lo mejor son ellos, mezclando humor absurdo, con grandes risas.

Bastante divertida película protagonizada por una guapísima Concha Velasco y Juanjo Menéndez en uno de sus pocos papeles de protagonista (que vis cómica tenía este actor).

El argumento es muy entretenido con el tema de la guerra de sexos, asunto muy en boga en los años sesenta, aunque lo lastra una cierta carga de moralina.

A todo ello se añade el que la acción transcurre en su mayoría en un pueblo pesquero del sur de España, lo que da lugar a un montón de situaciones divertidas, con sus "pintorescos" habitantes entre los que encontramos a varios de los mejores cómicos de la época como Rafaela Aparicio, Antonio Ozores o José Sacristán, con lo que la risa está casi asegurada.

Para pasarlo bien un par de horas

La comedia no es de las más chabacanas de Mariano Ozores. Conchita Velasco está estupenda. Ella sola justifica la película. Su papel de experta en marketing metida a profesora de sexología para mujeres desatendidas, contrasta con la imagen que dan los hombres, de aspecto descuidado y desaseado, que se meten en la cama sin bañarse, después de meses en el mar, lo cual no es creíble, ni siquiera en los ambientes más palurdos. Hay estrepitosos fallos de "racord". Los protagonistas masculinos (que dan la talla) salen del bar después de una pelea y de repente aparecen después limpios y bien vestidos en la calle. No hay que buscarle más pretensiones al film que la pura diversión, situándolo en una coyuntura sesentera, donde la mentalidad estaba empezando a cambiar y la industria pesquera se iba transformando en turística.