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Khakestar-o-khak

Drama En "Tierra y cenizas" un anciano atraviesa el desierto afgano para reencontrarse con su hijo, quien dejó su tierra para trabajar en una mina. En el medio de esa larga ausencia, la ciudad en la que la familia residía fue devastada y solo sobrevivieron el anciano y su nieto (que perdió el sentido de la audición) y que piensa que todos han perdido la capacidad de hablar, menos las personas fallecidas que hablan en su propia mente.. (FILMAFFINITY) [+]
Críticas 1
Críticas ordenadas por utilidad
14 de septiembre de 2016
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tierra y cenizas (un título que refleja a la perfección la situación) es el éxodo de Dastaguir, un cansado anciano al cuidado de su pequeño nieto Yassin. Únicos sobrevivientes de un bombardeo ruso. Un par de dolorosas figuras deambulando por las dunas afganas, abrumadas por el sol y la pena. ¿Qué les depara el futuro? Lo ignoramos, pero a priori, debe ir a las minas a informar a su hijo. Algo para nada sencillo, porque aunque estás personas han sido marcadas por el sufrimiento, “ya están acostumbrados”, podríamos creer absurdamente, a Dastaguir le duele ser quien lleve la noticia, le duele mirar a su hijo y teme por su reacción. Sin nada más que sus propias vidas demorará cuanto pueda el viaje.

Basado en su novela homónima, Tierra y cenizas es el primer largometraje del escritor y director afgano Atiq Rahimi, con un guion adaptado por el reconocido cineasta iraní Kambozia Partovi. Tierra y cenizas fue propuesta por Afganistán para el Oscar a Mejor película extranjera en la entrega número 77 de Los Premio de la Academia, pero no fue aceptada ni dentro de las candidatas a estar nominada. Sin embargo tuvo mejores resultados en otros festivales internacionales.

Khakestar-o-khak es la segunda exportación de Afganistán, menos grandilocuente en todo sentido que Osama (2003) de Barmak pero un buen exponente de un cine tan joven como el afgano (su “primer largometraje” data del 2002). Aunque con cierta pobreza en su factura son filmes que comparten un mismo estado de ánimo en donde es imposible discernir la resignación de la esperanza, dotado del dolor y la desolación de una nación violentada, y no obstante… de cierta belleza. Y es que este cine no conoce la superflua tragedia de las grandes producciones cinematográficas, la falsa emotividad; es algo más sincero, más natural.

Porque hay duelos que duran toda una vida. Atiq Rahimi nacido en Afganistán es un hombre que ha vivido en exilio por 17 años tras la Guerra afgano-soviética (el primer paso hacia el extenso conflicto de la Guerra civil afgana), es en el transcurso de dicha guerra que basa Tierra y cenizas, un relato intimo inspirado en su experiencia y la perspectiva crítica obtenida en el exilio. Comenta Atiq, similar al temor que su personaje Dastaguir tenía de informarle a su hijo sobre la muerte de su esposa, sus propios padres mantuvieron en secreto la muerte de su hermano ocurrida durante la sucesión al poder de los talibanes.

Un filme austero, en el que tal vez poco suceda, pero no sé, creo que su sinceridad es capaz de atraparnos, lejos de cualquier crítica o trucos sensibleros. Es agradable ver la humanidad con que Atiq dota a sus personajes, aún dispuestos a reír y soñar. Y a pesar de la precariedad de la factura técnica tiene grandes aciertos como la música.

Recomendable.

http://teatro-vandrian.blogspot.mx
Iván Roldán
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