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Contra la pared

Drama Después de haber intentado suicidarse, Cahit, un turco-alemán de cuarenta años, alcohólico y toxicómano, ha sido ingresado en la planta de psiquiatría, pero no consigue acostumbrarse a dormir sin drogas ni alcohol. A Sibel, una guapa chica turca de 20 años que ha nacido en Hamburgo, le gusta demasiado la vida para ser una buena musulmana. También ella intentó suicidarse para huir de la cárcel de rejas humanas que su familia, muy ... [+]
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Críticas 57
Críticas ordenadas por utilidad
28 de agosto de 2006
99 de 111 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cuarto largo de Faith Akin, director y guionista del mismo. Se rodó en exteriores de Hamburgo y Estambul y en plató, entre marzo y mayo de 2003. Ganó el Oso de oro y el FIPRESCI de Berlín, el Goya a la mejor película europea y otros premios. Se estrenó el 11-III-2004.

La acción tiene lugar en Hamburgo y Estambul en 2002/03. Narra la historia de Cahit Tomruk (Birol Ürel), viudo, de unos 40 años, alemán de padres turcos, alcohólico y toxicómano, y la de Sibel Güner (Sibel Kekilli), bonita joven turco-alemana, soltera, de 20 años, peluquera, que busca con desesperación la libertad que le niega la familia.

La película narra la singular historia de un amor que se introduce en la vida de los protagonistas subrepticiamente. A él le dará fuerzas para superar la desolación de la prisión y las adicciones y a ella la puede salvar de una caída en el infierno de la droga. La obra dibuja con realismo descarnado y estremecedor el submundo de la drogadicción y de los personajes desarraigados que lo habitan. Aporta, además, una descripción breve y contundente sobre el choque de culturas que viven, sin apoyos ni comprension, los hijos alemanes de padres inmigrantes, especialmente las chicas, víctimas de concepciones familiares atrozmente machistas. A estos problemas se añaden otros, como las dificultades de inserción laboral y de ocupación (Cahit sobrevive recogiendo cascos de botella). La estética realista del film incluye desnudos, una cópula y escenas violentas y sangrientas, de agresividad estremecedora, como la fría violación de una muchacha apaleada y caída en el suelo de un bar y la agresión machista en la calle, al amparo de la noche, que sufre una mujer con insultos, golpes, puntapiés y navajazos. El realismo visual, tratado con un manejo ágil de la imangen, y las incidencias del relato (prisión, exclusión de la familia, jornadas laborales de más de 12 horas diarias, pérdia de la autoestima, toxicomanías, etc.) sustentan la progresión dramática del film. La estructura de éste incluye actuaciones musicales que marcan la transición de una secuencia a otra, a la manera de las antiguas tragedias griegas, aviso al espectador de que se halla ante una tragedia humana de dimensiones clásicas.

La música ofrece numerosas canciones étnicas, tradicionales y contemporáneas, que aportan melancolía y tensión. La fotografía mueve la cámara con energía, ofrece planos picados estremecedores (impacto del coche contra un muro), primeros planos hirientes (cosido de la heridas suicidas), escenas desoladoras (quema de fotografías) y un cromatismo triste, dominado por tonos pastel. El guión busca la belleza de lo siniestro, sórdido y perverso. La interpretación de Ünel es excelente y la de la debutante Sibel traspira simpatía y naturalidad. La dirección crea una obra desbordante, próxima a las de Fassbinder.

La película se basa en una potente visualidad y en el tratamiento, sin remilgos, de nuevos problemas sociales y humanos, graves y de gran actualidad.
Miquel
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22 de enero de 2009
65 de 82 usuarios han encontrado esta crítica útil
Complicaciones mentales + adicción a las drogas + intentos de suicidio + peleas nocturnas + mentiras + folleteos + traumas + mugre abundante + desorientación vital + sangre + alcoholismo + secretos + cristales rotos + Hamburgo + Estambul + punk + cancioncillas turcas + actores extraordinarios = «Contra la pared».

Ay, Fatih, Fatih. A mí no me engañas. Tu vas de moderno y profundo, de punk y desgarrado, pero en realidad lo que te gusta es escuchar música de Schubert y ver las películas de Charlot. Tú lo que quieres es rodar comedias. Sí, sí, Comedias sencillas e ingenuas, con chistes amables, de esas en las que todos los personajes son buenos y uno se ríe porque se resbalan con una cáscara de plátano o porque se esconden en un armario cuando llega el marido. Que sí, que es lo que te gusta. No sé por qué quieres disimularlo con manicomios, navajazos y venas cortadas. Bueno, sí lo se: porque te dan premios, muchos premios. Pero tú y yo sabemos lo que valen. Tú tienes talento para mucho más.

Fatih, Fatih, que no, que no me engañas. Que eres un cacho de pan. Que en realidad la sangre te da asco y te mareas. Que lo tuyo es rodar miradas, silencios. Que te encanta bailar. Que eres muy simpático. Que sí, que lo eres, no pongas esa cara. Y sabes lo que es el dolor, pero el dolor que no se nota, el que no sangra, el que a veces intuimos en el temblor de una pupila.

Te guardaré el secreto. Tú sigue con lo tuyo, sigue recogiendo premios, pero que sepas que me debes una comedia divertidísima. Yo sé que tú eres capaz de rodarla.

Un abrazo de tu amigo

Mc
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Macarrones
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14 de febrero de 2009
32 de 33 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cuando el amigo advierte al protagonista que el amor es como un tiovivo donde sin control se gira y se sube y se baja, está haciendo un apunte sobre la filosofía sentimental subyacente a la película.

Esquematizando al máximo el argumento, sale un drama con fuerte componente amoroso, aunque de romanticismo nada usual. La inserción en coordenadas socioculturales sumamente adversas, con tratamiento duro hasta el tremendismo, lo convierten en un campo de batalla donde esos sentimientos amorosos chocan con severos códigos morales, programas de conducta implantados ancestralmente en el fondo atávico de la conciencia, y con la locura que ya se lleva encima.
Esto atañe a Cahit (Birol Ünel, centrado del todo en el rol) y Sibel (Sibel Kekilli, de magnética fisonomía), inmigrantes turcos en vías de asimilación, en vías de ruptura con sus raíces para así acogerse al disfrute de las libertades civiles de Alemania: libertad él de estar borracho a todas horas y como un hosco desecho autodestruirse en un apartamento convertido en contenedor de basuras, libertad ella de salir cada noche e ir follando con hombres distintos si la cosa se da bien. Pero cuando se conocen están ingresados en un psiquiátrico, por intento de suicidio. Con el fin de librarse de su familia y su estricta vigilancia tradicional, ella propone enseguida contraer un matrimonio simulado, para adquirir así un estatus más independiente. Según lo pactado, cada cual hace su vida, que incluye amantes. Pero compartir lo cotidiano bajo el mismo techo quizá sea demasiado comprometedor (¡obvio!), y la tormentas y conflictos emocionales, entre ellos el de consumar o no el matrimonio, no tardan en desatarse y removerlo todo, y abrir a cada uno un largo y terrible camino de purgación.

¿Qué teoría del amor subyace en la película? Puede que platónica: las almas que estuvieron unidas en el mundo ideal, antes de caer a lo denso, se reconocen en medio de las sombras y el extravío. Ese reconocimiento, asociado a un ‘despertar’, es vivido como un enamoramiento deslumbrante. Se buscan por encima de todo, imantadas, irresistiblemente atraídas, padeciendo cualquier obstáculo que obstruya la unión. El amor: una fuerza trascendente, capaz de operar transformaciones inconcebibles, y con cuyo ímpetu se sale a flote.
Cabe representarlo con la mayor diversidad estética: desde la visión elevada y angélica, casi de espíritus puros a las puertas de cielo, hasta la inmersión en abismos de oscuridad y alienación, a merced de emociones incontrolables, entre las que el amor trata de prevalecer.
“Contra la pared” se acerca más a este último enfoque. La historia se cuenta a ritmo vigoroso, intenso, marcado por rotunda música, y sin ahorrar patetismo: lo ingrato, truculento y demoledor no es suavizado.

Piezas de un recital de músicos tradicionales turco-gitanos, con Estambul y sus mezquitas al fondo, sirven como cortinas entre los capítulos; más o menos, todos ellos tempestuosos.
Archilupo
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21 de abril de 2006
27 de 35 usuarios han encontrado esta crítica útil
Contra la pared, es una historia de amor muy poco convencional. Los personajes de esta película son excesivos en sus sentimientos, excesivos en su carácter y todos tienen una forma de vivir extremadamente al límite. La película se adentra en un universo oscuro, cargado de ruidos que perturban el sonido de las palabras, silencios que se anteponen a las conversaciones, gestos y actuaciones que explican por si solo, la forma de actuar de estos protagonistas.
Todo lo que se narra en el film, pertenece a un mundo aparentemente surrealista un mundo donde no importan las reglas, no importa la estabilidad y donde los propios personajes se encuentran perdidos. Es difícil valorar esta película ya que a nadie deja indiferente, lo cual ya es positivo en un film (la historia tiene que llegar al espectador y en este caso llega). El ritmo es el adecuado y la construcción de los personajes es más que correcta. Lo más dudoso de este film es la forma en que se tratan cierto tipo de escenas (demasiada brutalidad, demasiada sangre…) y la necesidad de fotografiar una sociedad que todos podemos imaginar sin necesidad de mostrar. No cabe duda del talento de este joven director, sin embargo, yo me plantearía si esta es la mejor forma de mostrar esta historia y si esta historia tan llevada al límite podría ser real. Aún así la historia se deja ver y atrapa al espectador que gracias a la buena construcción de estos personajes y a la indudable gran actuación de los dos protagonistas así como los secundarios (destaco a la chica protagonista quien debuta con esta excelente interpretación), consigue hacer que una historia atípica y difícilmente tratada emocione y guste, que no es poco.
Spoiler
El final le deja a uno frío, estoy de acuerdo en que el cine debe reflejar situaciones reales y la vida misma… y como tal las películas no tienen porque tener un final feliz donde los personajes que se aman terminen bien. Yo creo que la vida se contradice por si misma y muchas veces uno no vive la vida que desea vivir. No obstante tengo mis dudas acerca de la idea general de esta película: cuando termina el film el espectador (yo por lo menos) tiene la sensación de que hay que elegir entre una vida estable emocionalmente, económicamente y socialmente (donde no eres feliz) y entre una vida surrealista, llena de situaciones al límite y al borde del abismo, donde los sentimientos son reales y mucho más intensos y donde nace el verdadero amor. Supongo que no hay que sacar conclusiones de esto y que esta película narra la vida de dos personajes, que se encuentran en esta situación sin ser para nada representativos de una sociedad. Yo prefiero sacar otra conclusión y es que la vida a veces te guía por el camino erróneo y que el camino ideal francamente no existe.
selu
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13 de febrero de 2007
27 de 37 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una historia extraordinaria con interpretaciones memorables y dirección digna de ser nominada o premiada en diversos festivales del mundo. El encuadre de los problemas interculturales, ha sido eficazmente tratado y ese mal de amores es la motivación para seguir adelante y dejar atrás la apatía y el pensamiento de la salida falsa. En efecto los destellos de esperanza no nos lleva a conclusiones fáciles, rompe con la visión rosa de la historia de amor y nos acerca a la lógica de la vida diaria; ¿la felicidad de los protagonistas? o ¿de aquéllos que no la deben ni la temen?

Amas u odias a Sibel, sus respuestas son gracias a lo asfixiante que resulta su entorno; a leer una crítica que hace énfasis en lo negativo de los personajes, reafirma la complejidad de la vida; unos aman de la forma más extraña, otros no; por fortuna todo va más allá de la comedia ligera y tonta, y por fortuna hay complejidad: me tiro una raya, follamos, bailamos, coqueteamos, peleamos, te dejo, me dejas, te beso, me ignoras y un sin fin de actitudes que todos vivimos en mayor o menor grado. Para hacer un poco de referencia a esto, me remito a otra cinta en que la forma de amar es mucho más que extraña: Quiéreme si te atreves (Dir. Yann Samuel) o 5 X 2 (Dir. François Ozon).

Es extraño encontrar una coproducción turco-alemana, pero cuando la volvamos a encontrar será indudable la comparación con este grandioso antecedente.
Coleccionista Visual
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