Cerca de las estrellas

Película de 1962 que refleja la forma de vida de esa época, a través de las vivencias de los miembros de una familia, compuesta por un feliz matrimonio, sus 4 hijos y un yerno. La vivienda está situada en la azotea de un bloque de pisos, de ahí el título. La acción transcurre en un caluroso y festivo día de verano. Los 2 hijos pequeños viven sus primeros amores adolescentes, mientras la hija está a punto de ser madre y el mayor arrastra un problema que sirve para dar a la narración un toque dramático. De fondo: el botijo, la palangana, el aguador, la cañería al descubierto, la ducha improvisada, y esa "familiaridad" con los vecinos, que hoy en día ya no existe. Una vida dura y difícil, pero también alegre e ilusionada.

Hay ocasiones en las que las obras de teatro pasadas al cine pierden sus propiedades específicas al no superarse en la pantalla los resabios teatrales. En "Cerca de las estrellas" ocurre eso o sea que se nota de sobra la procedencia teatral y sin embargo la obra de teatro no pierde en la pantalla nada de su enjundia. Aunque esto resulta contradictorio al hecho de haberse convertido una buena obra de teatro en una igualmente buena película ha ayudado la grata sencillez que hay en el planteamiento ya que contando algo cotidiano como es la vida de una familia española durante una jornada se consigue plenamente la atención del espectador que acaba conquistado ante una película que no necesita mayores alardes en nada porque resulta ser un espectáculo pero sobre el ser humano. De ahí que el film se tolere muy bien y que logre a partir de un número limitado de anécdotas un número amplio de emociones. Hay que destacar la interpretación de Silvia Morgan que tiene momentos tan conmovedores como su sonrisa al escuchar a una niña ilusionada con visitar a su abuela. Silvia Morgan fue una actriz que no llegó a conocer la popularidad a pesar de que intervino en un número considerable de films. Otra gran interpretación es la de Fernando Cebrián en el personaje más inestable e indeciso que hay en la obra. Fue un actor cotizado especialmente en teatro y televisión pero en el cine también tuvo grandes papeles. Del resto de los intérpretes todos están más que correctos también porque actuan con naturalidad y con un tono bien medido. Es sin duda la mejor película de todas las dirigidas por César Fernández Ardavín.