El séptimo velo
6,5
192
6 de marzo de 2011
6 de marzo de 2011
9 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hay algo en “El séptimo velo” que me impide calificarla como la gran película por la que se tiene, a pesar de la multitud de premios y elogios que recibe, nada menos que el Oscar a mejor guión original en 1946.
El argumento tiene su eje central en Francesca (Ann Todd), una enferma hospitalizada que ha intentado suicidarse. A través de la hipnosis, el doctor Larsen (Herbert Lom), averiguará su inquietante pasado y su particular relación con Nicholas (James Mason, el auténtico alma matter del film). El título hace referencia a las distintas capas que rodean la propia identidad de una persona, en referencia a la psiquiatría de Freud, muy en boga en el cine de los años 40.
Rodada en la Inglaterra de final de la Segunda Guerra Mundial (1945), con escasos medios técnicos, sabe sacar partido de los mismos y de las interpretaciones, optimizándolos al máximo. Así por ejemplo, es destacad la fotografía de Reg Wyer, que demuestra un pasmoso dominio de los claro-oscuros, de manera que envuelve el ambiente gótico y represivo de la guarida de James Mason. La elección de la música (no podía ser menos siendo la protagonista pianista) contiene cortes de Beethoven y Rachmaninoff que se integran a la perfección y le dan brío musical.
Respecto a las interpretaciones, sobresale James Mason, el genial tío Nicholas. Cerrado, poco hablador, solitario, de carácter agrio y con fobia a todo contacto personal (especialmente incómodo con mujeres), es temible cuando se irrita.
Ann Todd tiene momentos, destaca especialmente cuando se pone enigmática. Aunque si pienso en qué hubieran hecho otras actrices con este papel, quizá me hace dudar (se me hace inevitable ver a una explosiva Bette Davis sacándole todas las entrañas a su personaje).
En ¿qué falla, pues, la película?
Estoy de acuerdo en que su vertiente técnica y el impulso de la interpretación de James Mason la convierten en una película estimable, pero no es menos cierto que algunos defectos la alejan, desde mi punto de vista, de otras grandes obras del género…
El argumento tiene su eje central en Francesca (Ann Todd), una enferma hospitalizada que ha intentado suicidarse. A través de la hipnosis, el doctor Larsen (Herbert Lom), averiguará su inquietante pasado y su particular relación con Nicholas (James Mason, el auténtico alma matter del film). El título hace referencia a las distintas capas que rodean la propia identidad de una persona, en referencia a la psiquiatría de Freud, muy en boga en el cine de los años 40.
Rodada en la Inglaterra de final de la Segunda Guerra Mundial (1945), con escasos medios técnicos, sabe sacar partido de los mismos y de las interpretaciones, optimizándolos al máximo. Así por ejemplo, es destacad la fotografía de Reg Wyer, que demuestra un pasmoso dominio de los claro-oscuros, de manera que envuelve el ambiente gótico y represivo de la guarida de James Mason. La elección de la música (no podía ser menos siendo la protagonista pianista) contiene cortes de Beethoven y Rachmaninoff que se integran a la perfección y le dan brío musical.
Respecto a las interpretaciones, sobresale James Mason, el genial tío Nicholas. Cerrado, poco hablador, solitario, de carácter agrio y con fobia a todo contacto personal (especialmente incómodo con mujeres), es temible cuando se irrita.
Ann Todd tiene momentos, destaca especialmente cuando se pone enigmática. Aunque si pienso en qué hubieran hecho otras actrices con este papel, quizá me hace dudar (se me hace inevitable ver a una explosiva Bette Davis sacándole todas las entrañas a su personaje).
En ¿qué falla, pues, la película?
Estoy de acuerdo en que su vertiente técnica y el impulso de la interpretación de James Mason la convierten en una película estimable, pero no es menos cierto que algunos defectos la alejan, desde mi punto de vista, de otras grandes obras del género…
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Para empezar, la manera en que se lleva a cabo la hipnosis me parece demasiado fácil y superficial, no me resulta creíble, aunque es un detalle que se puede pasar por alto.
Luego, hay una escena en que ella aparece adolescente, en la que parece muy mayor para la edad que debe aparentar; es casi sonrojante. A veces lo hemos visto también en otras películas, vale.
Pero aceptando estos pequeños detalles, y teniendo en cuenta los logrados flas-backs, el final, es decir, la elección de ella, resulta cuando menos sorprendente, personalmente inconcebible e inasumible y mínimamente creíble. Y reconozco que esta decisión busca un efecto amplificador que le da al film un toque distinto, por tanto diferenciador de otros melodramas de la época, o al menos a su final. Pero no me lo creo (y deja mal sabor de boca).
Luego, hay una escena en que ella aparece adolescente, en la que parece muy mayor para la edad que debe aparentar; es casi sonrojante. A veces lo hemos visto también en otras películas, vale.
Pero aceptando estos pequeños detalles, y teniendo en cuenta los logrados flas-backs, el final, es decir, la elección de ella, resulta cuando menos sorprendente, personalmente inconcebible e inasumible y mínimamente creíble. Y reconozco que esta decisión busca un efecto amplificador que le da al film un toque distinto, por tanto diferenciador de otros melodramas de la época, o al menos a su final. Pero no me lo creo (y deja mal sabor de boca).
1 de mayo de 2018
1 de mayo de 2018
4 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Con una impactante escena inicial y la admirable música de Benjamin Frankel se abre esta original película, narrada por su protagonista, una afamada pianista agotada por su trabajo, a través de sucesivos flashbacks inducidos por varias sesiones de hipnosis, en las que repasa su vida, las represiones de su infancia o la muerte de su padre -lo que le obligó a ir a vivir con su huraño tío, un aterrador James Mason con el que compartirá su afición a la música- al tiempo que trata de desentrañar el origen de su profundo malestar.
La película expone con inusual inteligencia los demonios, obligaciones, represiones y fracasos que la protagonista ha ido acumulando y que desembocan en la crisis depresiva con la que se inicia la película. Las escenas de concierto son muy cuidadas –algo poco habitual en el cine- y reflejan muy bien los miedos, angustias y dudas de los grandes artistas, sus ataques de pánico y las depresiones –Vladimir Horowitz, uno de los más grandes pianistas de la historia, las padeció durante toda su vida y le obligó a prolongadas ausencias de los escenarios durante su larga carrera-.
Gran papel para la gélida Ann Todd junto a un tremendo James Mason en el papel de tío cojo, soltero, misógino, obsesivo y tirano en lo personal, pero que sabe alentar la carrera musical de su sobrina cuya voluntad está totalmente anulada por la de su tío y a la que le une algo más que una relación familiar.
La insuperable elegancia narrativa de Compton Bennett enmarca el magnífico relato de la relación de estos dos personajes inusuales que desembocará en un inesperado triángulo amoroso. Un final soberbio, a la altura de esta magnífica película, cierra otra joya de un director que merece un buen repaso a su filmografía.
La película expone con inusual inteligencia los demonios, obligaciones, represiones y fracasos que la protagonista ha ido acumulando y que desembocan en la crisis depresiva con la que se inicia la película. Las escenas de concierto son muy cuidadas –algo poco habitual en el cine- y reflejan muy bien los miedos, angustias y dudas de los grandes artistas, sus ataques de pánico y las depresiones –Vladimir Horowitz, uno de los más grandes pianistas de la historia, las padeció durante toda su vida y le obligó a prolongadas ausencias de los escenarios durante su larga carrera-.
Gran papel para la gélida Ann Todd junto a un tremendo James Mason en el papel de tío cojo, soltero, misógino, obsesivo y tirano en lo personal, pero que sabe alentar la carrera musical de su sobrina cuya voluntad está totalmente anulada por la de su tío y a la que le une algo más que una relación familiar.
La insuperable elegancia narrativa de Compton Bennett enmarca el magnífico relato de la relación de estos dos personajes inusuales que desembocará en un inesperado triángulo amoroso. Un final soberbio, a la altura de esta magnífica película, cierra otra joya de un director que merece un buen repaso a su filmografía.
28 de octubre de 2017
28 de octubre de 2017
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Me ha gustado, te hace ver como los golpes de la vida te pueden meter tantos miedos o traumas en el cerebro que limiten todas tus habilidades y talentos y te vuelvan un vegetal.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Al final todo vuelve a lo que pertenece, el final me ha encantado. La sumisa no puede vivir sin su amo, así está escrito y en ningún lado podrá ser más feliz que con él.
10 de octubre de 2018
10 de octubre de 2018
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Estimable película de intriga psicológica, ganadora al Óscar al Mejor Guión del año 1945. Un guión al alimón de Muriel Box y su esposo Sydney.
Y es verdad que es excelente puesto que sus diferentes personajes y su interrelación, así como las diversas situaciones por las que pasa la protagonista y cómo afecta a quienes le rodean y estos como le afectan en su vida particular, no es nada fácil trasladarlo en imágenes. Pero los Box consiguen una en verdad extraña historia que no deja indiferente y que hasta el final no da tregual al espectador, llevándole por caminos algo difusos donde nada queda claro y los sentimientos más universales se nos presentan llenos de misterios y secretos que llevan a la infelicidad y el desconcierto.
La lealtad, quizás mal entendida, el sentimiento de pertenencia, la sumisión, las ansias de libertad, la confianza o falta total de ella... todo en una historia que tiene una duración stándard, y que al final confluye en una nada simple historia de amor, pues de ello se trataba.
En mi opinión, algo difícil película, no porque no se entienda, pues resulta comprensible en su argumento, pero sí que hace pensar al espectador al no dejarle nada mascado, hecho que no siempre este acepta.
Excelentes interpretaciones y muy buena música, algo por otra parte lógico.
https://filmsencajatonta.blogspot.com
Y es verdad que es excelente puesto que sus diferentes personajes y su interrelación, así como las diversas situaciones por las que pasa la protagonista y cómo afecta a quienes le rodean y estos como le afectan en su vida particular, no es nada fácil trasladarlo en imágenes. Pero los Box consiguen una en verdad extraña historia que no deja indiferente y que hasta el final no da tregual al espectador, llevándole por caminos algo difusos donde nada queda claro y los sentimientos más universales se nos presentan llenos de misterios y secretos que llevan a la infelicidad y el desconcierto.
La lealtad, quizás mal entendida, el sentimiento de pertenencia, la sumisión, las ansias de libertad, la confianza o falta total de ella... todo en una historia que tiene una duración stándard, y que al final confluye en una nada simple historia de amor, pues de ello se trataba.
En mi opinión, algo difícil película, no porque no se entienda, pues resulta comprensible en su argumento, pero sí que hace pensar al espectador al no dejarle nada mascado, hecho que no siempre este acepta.
Excelentes interpretaciones y muy buena música, algo por otra parte lógico.
https://filmsencajatonta.blogspot.com
13 de septiembre de 2022
13 de septiembre de 2022
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Intenso melodrama con toques góticos, en la línea de la mítica Rebeca. Un explosivo cóctel de Freud, "kitsch" y música clásica. James Mason da vida un memorable personaje de acusada personalidad. Un título que además puede erigirse por derecho propio entre los exponentes más valiosos de la corriente “psicologista” que se adueñó del cine norteamericano –y subsecuentemente del británico- durante la década de los cuarenta.
Es probable que en esta ocasión, como en tantas otras, podamos entender que el éxito de la película estribe en la conjunción de talentos, auspiciados por la mano de Sydney Box, productor de la película, y junto a su hermana Muriel artífice del argumento y guion del mismo, que logró ser oscarizado.
A partir del atractivo de la historia, no cabe duda que si esta logra emerger por encima de otras propuestas más o menos similares, lo es por la convicción y densidad con la que está resuelta, optando por la huida de elementos grandilocuentes y por el contrario optando por el seguimiento de un relato en voz callada, al cual ciertas debilidades no impiden el disfrute de un conjunto magnífico. Un 8.
Es probable que en esta ocasión, como en tantas otras, podamos entender que el éxito de la película estribe en la conjunción de talentos, auspiciados por la mano de Sydney Box, productor de la película, y junto a su hermana Muriel artífice del argumento y guion del mismo, que logró ser oscarizado.
A partir del atractivo de la historia, no cabe duda que si esta logra emerger por encima de otras propuestas más o menos similares, lo es por la convicción y densidad con la que está resuelta, optando por la huida de elementos grandilocuentes y por el contrario optando por el seguimiento de un relato en voz callada, al cual ciertas debilidades no impiden el disfrute de un conjunto magnífico. Un 8.
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