Renfield

Divertidísima vuelta de tuerca al vampiro más famoso del mundo "Dracula" y su fiel esbirro "Rendfield", cuenta con un guion muy original de Robert Kirkman y Ryan Ridley, que en ningún momento pierde el ritmo para convertirse en una delicia sangrientamente aterradora y sumamente entretenida.

Renfield comienza a estar harto de ser el asistente del conde Drácula, así que comienza a ir a un grupo de apoyo para personas dependientes de gente tóxica. Después de conocer a una chica policía llamada Rebecca Quincy y enamorarse, intenta escapar de la sombra del vampiro más infame de la historia, pero claro, no será tan fácil eludir los deberes y obligaciones con el Conde...

Chris McKay el director de "Batman La lego película" y "La guerra del mañana" (con la que estrello por culpa de la pandemia estrenándola en Amazon) sabe combinar perfectamente acción, comedia, terror y algo de romance. Brindándonos todo un espectáculo sangriento donde veremos toda clase de mutilaciones y desmembramientos. Todo un disfrute para los amantes del género.

Los amantes de Nicolas Cage disfrutarán al máximo interpretando al extravagante vampiro, Nicholas Hoult como Rendifield está perfecto en su papel algo más contenido. Hay que sumar una trama mafiosa de Nueva Orleans que se suma a este desparrame que son la familia Lobo, liderada por la madre (Shohreh Aghdashloo) y su hijo Teddy (Ben Schwartz), el cual se ha dado cuenta de la presencia del famoso vampiro en su ciudad.  Pero para mí la más destacable y divertida es Rebecca con su característica voz ronca, la actriz Awkawafina, que interpreta a la policía que está dispuesta a acabar con esta familia, con Drácula y con la corrupción policial.

Perteneciente a los famosos monstruos de la Universal, (contiene un maravilloso homenaje al principio sobre la película de 1931 de Bela Lugosi), la película se esfuerza en ser una comedia de acción muy violenta, con una estética visual muy lograda y completamente disfrutable.
Destino Arrakis.com

Cuando me enteré hace ya algunos meses de la existencia de esta película la verdad que no pude evitar sonreír. Soy de esos niños que crecieron durante los noventa y que veían en la figura de Nicolas Cage alguien tremendamente molón y un actor al que casi venerar. Desde sus actuaciones en las buenísimas “La roca” o “Cara a cara” a papeles en cintas como “60 segundos o “Family man”. Todo lo que hacía el bueno de Nick yo me lo veía sin hacerme preguntas y dispuesto a disfrutar lo máximo posible con el talento del actor norteamericano.
Obviamente, durante los últimos años he asistido atónito, y algo triste, a la profunda decadencia del actor estadounidense. Viéndole en películas ya no malísimas, sino que, directamente, eran avergonzantes para un actor del talento y el nombre de Cage.
Por suerte, desde 2018 en adelante películas como “Mandy” o “Pig” han empezado a sugerir que podíamos estar recuperando al actor que tantos buenos ratos nos dio. Y mi yo niño, al ver que ahora llegaba una película donde iba a hacer del conde Drácula, no podía estar más feliz.

Así que, una vez aclarada mi absoluta devoción por el bueno de Nicolas Cage, vamos a hablar de Renfield. La cinta, que llega a nuestras pantallas el 14 de abril, es exactamente eso que estás esperando si has visto alguno de los spots publicitarios que han ido liberando durante los últimos meses. Tenemos a Nicolas Cage, absolutamente pasado de vueltas -para bien, en mi opinión- dando vida a uno de los personajes más icónicos del cine -y de la literatura- de terror. Y no solo eso, sino que estamos ante una película que no piensa tomarse enserio. Desde el inicio, donde vemos recreadas escenas del Drácula de 1931 pero con Cage, ya podemos intuir que aquí no hemos venido a ver un guion excelso, ni a pasar miedo, sino que aquí hemos venido a reírnos de todo y divertirnos todo lo que podamos.

La película está protagonizada por Nicholas Hoult, que da vida a Renfield, un sirviente de Drácula que empieza a sentir que no está a gusto con lo que hace. No quiere seguir matando gente para dar de comer a Drácula y siente que está atrapado en una relación toxica con su jefe hasta el punto que acude a un grupo de autoayuda de dónde saca algunos tipos “malos” a los que sí está dispuesto a sacrificar. Esto, como os podéis imaginar, en otra película quizá seria tratado con seriedad, pero en “Renfield” solo es la excusa argumental para realizar aún más chistes y secuencias donde se ve que estamos mucho más cerca del tono paródico y excesivo de la serie B que del tono que podían tener películas como el Drácula de Coppola.

Así que, en este contexto más propio de una comedia que de una cinta de terror gore, nos sitúa Renfield y, a partir de esa premisa, comienza la fiesta. La cinta no tarda ni diez minutos en situarte un grupo de “malos muy malos”, completamente estereotipados, y a una policía, a la que da vida Awkwafina, que quiere atraparlos, pero parece que es la única policía no corrupta de toda la ciudad. Llegado a cierto momento, los personajes de Awkwafina y de Nicholas Hoult comienzan a trabajar juntos y es donde se desata la magia.

Las secuencias violentas lo son tanto que no te lo puedes tomar en serio. Es como un festival de sangre, gore y escenas con slow motion donde se busca que el espectador se lo pase bien y no se haga preguntas. Podemos ver desde brazos arrancados -y utilizados como arma- a cabezas explotando y mil y una ocurrencias. La película reside justo ahí, en los excesos, y por eso es tan divertida. Gracias a un tratamiento de la violencia tan disparatado consigue que no te la puedas tomar en serio y que, por lo tanto, la violencia no te incomode. Además de conseguir que todo se viva como un gran espectáculo de violencia, gore y diversión. No hay más tras el guion y tampoco hace falta.

Sinceramente, debo reconocer que me lo he pasado francamente bien viendo la película y que me ha dado exactamente lo que esperaba encontrar: Vísceras, risas y entretenimiento. Si alguien llega aquí esperando un mínimo de lógica en el guion o diálogos ocurrentes se ha equivocado de película. Aquí hemos venido a disfrutar con los excesos y las barrabasadas de una cinta que no tiene complejos y solo pretende recuperar el espíritu de la serie B. Si os gustan este estilo de pelis, os recomiendo encarecidamente que os paséis por el cine. Vais a pasarlo genial.

Twitter: @QuiqueMartin27, colaborador de Mundoplustv

Llevo siguiendo las noticias sobre esta película desde el principio, me llamó mucho la atención, y tenía muchas ganas de verla. Las imágenes, el estilo que se veía que le ha dado Nicolas Cage al personaje de Drácula, se notaba realmente guay, y el enterarme de que al principio íbamos a ver una recreación del Drácula del 31 de Bela Lugosi, pero con estos nuevos actores, me pareció una genialidad.

Pues menuda desilusión me he llevado en el cine viéndola.

Por lo pronto, la recreación del Drácula del 31 no llega a 1 minuto. Me esperaba yo que recrearan toda la parte del castillo, tal cual, y dura un momento. Menuda cagada, con lo que hubiera molado.

La película se centra en el personaje de Renfield, convitiéndolo en una especie de héroe, metiendo temas de mafias y policía por medio, y Drácula queda en un segundo plano, una lástima, porque Nicolas Cage hace un papelón que se nota que disfruta y cada vez que sale se come la pantalla... pero le falta tiempo en ella, mucho.
Lo mejor de la película, sin duda, es el gore. Tiene bastante y bueno, no me esperaba tanto en una película tan comercial, pero es bastante disfrutable.

Tiene bastante acción, pero también muchos altibajos en la continuidad, mezclando un humor negro muy bueno, con escenas que pretenden ser cómicas y resultan más tontas que otra cosa.

En definitiva, que se deja ver pero me esperaba mucho, mucho más.

Lo que podría ser una comedia negra de terror y acción muy disfrutable con un reparto bastante bueno y Nicolas Cage haciendo de las suyas. Es una película muy irregular, tirando a sosa a ratos, que parece intentar extraer algunas de las buenas ideas y virtudes de la serie Lo que hacemos en las sombras en lo que se refiere al familiar de Drácula. Añadiendo también una historia propia en la película.

El gran problema es que la idea, que es buena, no llega a buen puerto para nada, mucho del humor no hacer gracia y además tanto la policía interpretada por Awkwafina como el villano interpretado por Ben Schwartz son insoportables y tienen mucho tiempo de metraje. Mientras la maravillosa Shohreh Aghdashloo sale 10 minutos y Nicolas Cage es un personaje bastante secundario. La película estira sus partes menos carismáticas y poco inspiradas y usa poco sus puntos fuertes. Una pena.

Si alguien ha visto el primer Drácula de la Universal, de 1931, se dará cuenta enseguida que el prólogo de Renfield está recreando el mismo. El homenaje hace, a su vez, que esta película pueda considerarse una secuela directa de aquella. Interesante, desde luego, pero lo gracioso es que las similitudes con aquel Drácula continúan con todas sus virtudes y defectos ¡Es la hora del desangre!

Da igual que sean de géneros diferentes, os aseguro que la cosa pinta exactamente igual. Veamos:

- El Drácula del 31 era una película fallida, un intento de terror con algo de comedia que no terminaba de funcionar y con el tiempo derivaba en el ridículo. El Renfield del 23 es una película fallida, un intento de comedia negra de acción sin gracia con escenas de patadas y puñetazos donde la cámara da tantas vueltas que te marea, y termina en el ridículo.

- En el Drácula del 31 el ritmo estaba ausente, se hacía larga a pesar de ser corta y las transiciones entre escenas eran torpes. Un desastre. En el Renfield del 23 el ritmo va a trompicones, se pasa de escenas cargadas de adrenalina a otras de diálogos de comedia barata sin ningún sentido del orden. Un desastre.

- El guion del Drácula del 31 estaba repleto de frases que apenas conectaban entre sí, propias de una inexperiencia en el cine sonoro. El Renfield del 23 está repleto de frases vacías que rellenan minutos y puede escribir un niño de cinco años, propias de un cine sin exigencia narrativa donde cualquier basura pasa el corte.

- El Drácula del 31 ha envejecido fatal. Renfield envejece fatal en el propio visionado. Aún me sigo preguntando como hace 50 años se hacía sangre más realista.

- Similaridad neutra: en ambas el protagonista es, en realidad, Renfield. Drácula es el invitado.

- Y… para finalizar… ¡la parte positiva en las dos películas es la misma! Lo salvable del Drácula del 31 era Bela Lugosi, Drácula original y fuente de inspiración para todos los posteriores, que ponía un poco de encanto a la cinta y tenía una gran presencia en cámara. Lo salvable del Renfield del 23 es sin duda Nicolas Cage, que llena la pantalla cada vez que aparece con una interpretación exagerada, lunática y cómica del Drácula de Lugosi.

Si algún loco se preguntó alguna vez como sería el Drácula de Bela Lugosi en tiempos modernos la película puede resultar curiosa, aunque sea casi una parodia del personaje. Para los demás esto es una serie b prostituida con acción mal rodada, chistes vacíos y gore barato.