Cash

La cinematografía francesa maneja algunos clichés cinematográficos con autentica maestría y se están convirtiendo en los reyes del cine comercial con el añadido de la visión europea. Personalmente opino que hay un tipo de cine de entretenimiento basado en el humor, el lujo y la factura impecable, que los franceses dominan como nadie. “Cash” comienza siendo el mejor ejemplo de ello, unos planos perfectos, unos actores magníficos, una buena historia… y de repente todo se tuerce, se convierte en algo confuso y lo que podría haber sido la respuesta europea al cine de timos de lujo americano se convierte en un sinsentido a los que unos solventes Jean Dujardin y Jean Reno intenta poner en orden sin demasiado acierto. Una pena. A pesar de ello es una fallida película de timos, magníficamente rodada, bien interpretada y con un ritmo tan confuso y previsible que nos hace lamentarnos de lo que podría haber sido y no es.

Se pudo acabar a los 15 minutos o a las cinco horas, porque es un amasijo de escenas sin ninguna conexión y sin posibilidad de alguna mínima inferencia. Todos son farsantes, es cierto, pero es que hasta para la farsa hace falta tacto e inteligencia, y esta película no lo logra. No es ni realista, ni ficción. Es un trabajo de edición donde las escenas se seleccionan al azar. Pudo haber empezado con una teniente Molina gritando al cielo en su lanchita y en medio del oceano y terminar con una escena de videojuego de "BenX". En el medio quizá los extraterrestres de "Presagio" llevándose los diamamantes.

La verdad es que poco más tengo que añadir al título asignado a esta crítica... Es un "claro homenaje" a la saga de OCEAN'S ELEVEN pero de bastante menos valía interpretativa y, sobre todo, argumental. Los personajes caen simpáticos y la película es amena, pero alargan demasiado el desarrollo y luego te encuantras con un atropellado final (que todavía no he conseguido comprender del todo). Recomendable pero no esperéis nada del otro mundo... Ni mucho menos algo de la altura de la saga antes mencionada.

No comprendo que pretendía contarnos Eric Besnard, su director, al mostrar un revoltijo de escenas acompañadas por una banda sonora que parecía extraída de una serie de los años 70.

Algunos de los robos y estafas están bien inspirados, pero se narran, en vez de hacérnoslos vivir. Jean Dujardin deleita con ese aire canalla, desenfadado que le va muy bien al papel.

El resto olvidable, o en mi definición, más ajustada a la realidad: escasamente entendible. No puedo aprobarla, y eso que me encantan las de robos, atracos, estafas...