Manuel y Clemente
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Comedia
Sátira sobre el curioso origen de la Iglesia Católica Palmariana y sus singulares fundadores (1968-1978). Manuel y Clemente, pareja en la ducha y en diversos trapicheos, intentan hacer negocio con las apariciones milagrosas. Cerca del pueblo sevillano de El Palmar de Troya se aparece la Virgen, pero sólo Clemente, con la complicidad de Manuel, puede verla. Pronto se crea un entramado de intereses económicos y credulidad. Manuel y ... [+]
4 de junio de 2012
9 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
La única película dirigida por Javier Palmero, un profesional que ha rondado más bien por la televisión, no tiene un excesivo interés cinéfilo. Palmero se limita a poner la cámara para contar la historia, dejando a los actores a su aire, movidos por la fuerza de la escena, probablemente improvisando en ocasiones. El guión en cambio, del propio director, y la historia que cuenta, sí que tienen mucho más interés: la historia real de la secta de El Palmar de Troya, nacida de unas apariciones que la Iglesia ya miraba con recelo y que Manuel Alonso y Clemente Domínguez, unos oportunistas, lograron controlar hasta llevarla al puro esperpento separatista del catolicismo oficial.
La película es una comedia, una sátira cruel a veces, pero al mismo tiempo no deja de contar la realidad pura y dura, que en sí misma lleva al más puro disparate nacional. Los actores (mención especial a un inspirado Ángel Andrés, con un par de éxtasis inenarrables) recrean las escenas con acierto, se divierten incluso con ellas (en más de un momento podemos ver a un lado del plano algún secundario ocultando su risa).
Seguro que el espectador puede disfrutar de esta película injustamente olvidada, en especial si conoce la historia real en toda su dimensión (incluida la más negra, la manipulación de unas pobres gentes verdaderamente devotas). No es un documental, pero supera con mucho a la pura ficción. Y la sana carcajada está asegurada.
La película es una comedia, una sátira cruel a veces, pero al mismo tiempo no deja de contar la realidad pura y dura, que en sí misma lleva al más puro disparate nacional. Los actores (mención especial a un inspirado Ángel Andrés, con un par de éxtasis inenarrables) recrean las escenas con acierto, se divierten incluso con ellas (en más de un momento podemos ver a un lado del plano algún secundario ocultando su risa).
Seguro que el espectador puede disfrutar de esta película injustamente olvidada, en especial si conoce la historia real en toda su dimensión (incluida la más negra, la manipulación de unas pobres gentes verdaderamente devotas). No es un documental, pero supera con mucho a la pura ficción. Y la sana carcajada está asegurada.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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15 de septiembre de 2019
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
El tema daba de sí. En manos de Berlanga o Fellini habría sido una genial comedia. Por desgracia, la incompetencia de Javier Palmero como realizador malogra el intento. La puesta en escena no puede ser más inepta. No hay nada que sea mínimamente aceptable, salvo la breve intervención de Hector Alterio y Luis Escobar. Hay anacronismos imperdonables, como la aparición de un Seat 600 chapuceramente restaurado, sin los adornos delanteros (en los años 60 eran nuevecitos) o la alusión al matrimonio homosexual que en aquel tiempo era impensable. La parodia tendría que haber sido mucho más sarcástica. El neorrealismo sobre la superchería religiosa fraudulenta tiene su paradigma en la obra maestra "Los jueves milagro" del citado Luis García Berlanga.
27 de mayo de 2014
4 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
No se muy bien cuales han sido las razones de que no se trate el tema de las relaciones homosexuales entre Manuel y Clemente, si es que las hubo, y solo se den ha entender ligeramente como si de una maledicencia se tratara. Esta película apenas roza de lejos el tema de la homosexualidad, como igual lo hace con las relaciones en un convento, o la religiosidad popular. Tampoco es que este tema sea importante para la historia que nos cuenta un guión muy malo y que podría haberse cargado de importantes hechos que se produjeron realmente en los orígenes de la iglesia del Palmar de Troya. Como sátira puede que sea el tono adecuado pero se necesitan ciertas confirmaciones de lo verdaderamente acaecido para que uno se pueda reír con las exageraciones. Mucho de lo contado ocurrió, pero el guionista y director no ha sabido darle un tono de documento para que veamos lo que es verdad y lo que es sátira para que podamos reírnos. Lo más destacable es la interpretación de sus dos actores principales y muy especialmente el de Angel de Andrés López que expresa la inocencia de Clemente y al mismo tiempo la satisfacción por llegar a ser Papa, la gorra que lleva a todas partes y que después oculta bajo la tiara es un buen ejemplo. La música es muy a lo “típical spanish” y demasiado ceremoniosa en otros momentos. En resumen, es una película fallida, y nadie que quiera conocer lo ocurrido en el origen de esa iglesia puede tomarla en serio.
7 de agosto de 2023
0 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
¡Qué pena me da esta película, porque todo lo que cuenta es estrictamente cierto! Leo por aquí que algunos usuarios piensan que la cinta no se ciñe a la realidad, pero creo que se equivocan, puesto que no puede ser más auténtica. Es verdad que hay elementos cómicos que se han sacado de la manga, pero que, por desgracia, también se fundamentan en los hechos reales que rodearon todo este esperpento. Me refiero sobre todo al afectado papel de Ángel de Andrés, que quizás exagera —principalmente, en lo que a las (supuestas) apariciones se refiere— y que ello desmerece el conjunto…, aunque quizás se trate de un recurso estilístico legítimo para evidenciar su caradura y poner en evidencia a los que siguieron al papa Clemente.
La película no sabe qué derrotero tomar: si la comedia o la tragedia, así que se queda a medio camino y nos ofrece una tragicomedia. Y no veo mejor manera de afrontar esta historia, en efecto, como una tragedia que hace gracia (por pena, más que nada). ¿Cómo pudieron secundar a un hombre como Clemente? ¡Pobres ingenuos que se creyeron todo aquello! ¡Vaya pareja de cantamañanas que se metieron, sin embargo, a miles de personas en el bolsillo! La verdad es que no encuentro mejor colofón a este cisma a la española que esas canonizaciones y excomuniones que aparecen al final del metraje. No puedo dejar de ver la cinta sin recordar a los pobres engañados.
No es que yo tenga mucha relación con la Iglesia palmariana, pero algo sé; por eso esta película me suscita tanta compasión por aquellos que, de un modo u otro, se han dejado cautivar por ella. Al principio del metraje se nos anuncia que sus protagonistas habrían querido una peli más seria, pero que así fue como ocurrió realmente. Y lo cierto es que así es. Sin duda, una triste realidad.
La película no sabe qué derrotero tomar: si la comedia o la tragedia, así que se queda a medio camino y nos ofrece una tragicomedia. Y no veo mejor manera de afrontar esta historia, en efecto, como una tragedia que hace gracia (por pena, más que nada). ¿Cómo pudieron secundar a un hombre como Clemente? ¡Pobres ingenuos que se creyeron todo aquello! ¡Vaya pareja de cantamañanas que se metieron, sin embargo, a miles de personas en el bolsillo! La verdad es que no encuentro mejor colofón a este cisma a la española que esas canonizaciones y excomuniones que aparecen al final del metraje. No puedo dejar de ver la cinta sin recordar a los pobres engañados.
No es que yo tenga mucha relación con la Iglesia palmariana, pero algo sé; por eso esta película me suscita tanta compasión por aquellos que, de un modo u otro, se han dejado cautivar por ella. Al principio del metraje se nos anuncia que sus protagonistas habrían querido una peli más seria, pero que así fue como ocurrió realmente. Y lo cierto es que así es. Sin duda, una triste realidad.
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