El hombre del saco
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Terror
Durante siglos, los padres han advertido a sus hijos sobre el temible Hombre del Saco, un ser maligno que rapta a niños inocentes y los aparta para siempre de sus familias. Patrick (Sam Claflin) escapó de sus garras por los pelos en su infancia, pero el trauma que le generó aquel encuentro le ha perseguido desde entonces. Tras mudarse a su antigua casa familiar con su esposa e hijo, Patrick descubrirá que la tenebrosa criatura continúa ... [+]
27 de septiembre de 2024
11 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
Colm McCarthy, director conocido por sus incursiones en el género del terror, regresa con ‘El hombre del saco’, una obra que se interna en los territorios oscuros de la memoria y el miedo infantil. En esta película, la figura del hombre del saco se convierte en un reflejo de los traumas no resueltos que, aunque sepultados por los años, permanecen latentes en la vida adulta. Este relato no es solo un ejercicio de terror, sino también una alegoría de las heridas que dejamos sin sanar y cómo estas resurgen para acosarnos cuando menos lo esperamos.
En un mundo donde el pasado suele ignorarse, ‘El hombre del saco’ nos recuerda que los recuerdos traumáticos pueden persistir, camuflados en nuestra psique, para manifestarse de formas inesperadas. La historia de Patrick McKee, que de niño logró escapar del monstruo que acecha a los más vulnerables, es una metáfora sobre la lucha contra los fantasmas del pasado que continúan influyendo en la vida adulta.
La trama, centrada en la figura mítica de un ente que secuestra a los niños buenos, introduce una reflexión sobre cómo enfrentamos nuestros miedos. A lo largo de la película, McCarthy aborda la complejidad de la relación entre padres e hijos, el legado de los traumas intergeneracionales y la incapacidad de algunos adultos de superar los terrores que marcaron su infancia. El mito del hombre del saco funciona como un símbolo del miedo irracional y el poder de lo desconocido, conceptos que la película explora con minuciosidad.
La narrativa se construye en torno a Patrick, quien, tras sobrevivir a un encuentro con el hombre del saco, se ve obligado a proteger a su propio hijo, Jake, de ese mismo peligro. Este giro revela una capa más profunda: el verdadero reto no es solo enfrentarse al monstruo externo, sino también confrontar los demonios internos que persiguen al protagonista desde su juventud.
En cuanto al ritmo narrativo, ‘El hombre del saco’ opta por una estructura no lineal que busca desorientar al espectador. Esta técnica, aunque ambiciosa, genera una sensación de desconexión en los primeros compases de la película, lo que podría alejar a algunos espectadores. La primera mitad de la cinta se siente fragmentada y carente de cohesión, con un abuso de saltos temporales que intentan sembrar una atmósfera de confusión, pero que terminan diluyendo el impacto del relato.
Sin embargo, es en la segunda mitad donde la película recupera su fuerza. Aquí es cuando McCarthy logra conectar emocionalmente con el público, profundizando en las cicatrices emocionales que dejó en Patrick su encuentro infantil con el hombre del saco. El espectador comienza a entender que no se trata solo de un enfrentamiento con una criatura sobrenatural, sino de un enfrentamiento con el propio pasado. A medida que la película avanza, la tensión crece, alcanzando momentos de verdadera intensidad emocional, particularmente en las interacciones entre Patrick y su padre, quien revela la clave para derrotar al monstruo.
La actuación de Sam Claflin, en el papel de Patrick, es sólida y convincente. Claflin logra transmitir el peso de una vida marcada por el miedo, y su evolución a lo largo de la película, de víctima a protector, es uno de los puntos más interesantes del film. Sin embargo, el resto del reparto no logra destacar de la misma manera. Los personajes secundarios, aunque bien interpretados, no aportan suficiente profundidad a la trama, lo que hace que algunas de sus interacciones se sientan superficiales y poco desarrolladas.
Antonia Thomas, quien interpreta a Karina, la esposa de Patrick, ofrece una actuación correcta pero limitada por un guion que no le permite explorar a fondo la complejidad de su personaje. Su relación con Patrick es un eje importante de la trama, pero en muchos momentos parece desdibujada, restando impacto emocional a los momentos clave de la película.
Uno de los puntos fuertes del film es la figura del hombre del saco, cuya presencia, aunque escasa en pantalla, se siente a lo largo de todo el metraje. La criatura, representada con una estética sombría y perturbadora, es el reflejo del miedo infantil que nunca se desvanece.
‘El hombre del saco’ no es simplemente una película de terror sobre un monstruo que acecha a los niños. Bajo su superficie, McCarthy parece interesado en explorar cómo los padres transmiten sus propios miedos y traumas a sus hijos. Patrick, que ha vivido toda su vida a la sombra de su experiencia infantil, se enfrenta a la difícil tarea de proteger a su hijo sin dejar que sus propios temores lo consuman. Este conflicto interno añade una profundidad emocional a la película que la distingue de otras propuestas del género.
A nivel técnico, la película cumple con los estándares del género. La fotografía, oscura y claustrofóbica, refuerza la sensación de amenaza constante, aunque en algunos momentos peca de predecible. Las escenas de mayor tensión se apoyan en el uso de sombras y espacios reducidos, creando una atmósfera opresiva que mantiene al espectador en vilo, pero sin llegar a innovar en su propuesta visual.
El uso de efectos sonoros es otro de los elementos que destacan, especialmente en las escenas donde el hombre del saco acecha a sus víctimas. El sonido de pasos, susurros y crujidos en la oscuridad aumenta la tensión de manera efectiva, aunque algunas de las secuencias de susto se sienten repetitivas.
En resumen, ‘El hombre del saco’ es una película que, aunque arranca con un ritmo irregular, consigue desarrollar una reflexión interesante sobre el peso del pasado y los miedos que arrastramos desde la infancia. Colm McCarthy presenta un relato que, más allá de los sustos, ofrece una meditación sobre la dificultad de escapar de los traumas y cómo estos pueden condicionar nuestras vidas adultas. A pesar de sus fallos narrativos, la película logra ofrecer momentos de tensión genuina y una lectura más profunda sobre el miedo y la herencia emocional entre generaciones.
Puntuación: 5,5 sobre 10.
En un mundo donde el pasado suele ignorarse, ‘El hombre del saco’ nos recuerda que los recuerdos traumáticos pueden persistir, camuflados en nuestra psique, para manifestarse de formas inesperadas. La historia de Patrick McKee, que de niño logró escapar del monstruo que acecha a los más vulnerables, es una metáfora sobre la lucha contra los fantasmas del pasado que continúan influyendo en la vida adulta.
La trama, centrada en la figura mítica de un ente que secuestra a los niños buenos, introduce una reflexión sobre cómo enfrentamos nuestros miedos. A lo largo de la película, McCarthy aborda la complejidad de la relación entre padres e hijos, el legado de los traumas intergeneracionales y la incapacidad de algunos adultos de superar los terrores que marcaron su infancia. El mito del hombre del saco funciona como un símbolo del miedo irracional y el poder de lo desconocido, conceptos que la película explora con minuciosidad.
La narrativa se construye en torno a Patrick, quien, tras sobrevivir a un encuentro con el hombre del saco, se ve obligado a proteger a su propio hijo, Jake, de ese mismo peligro. Este giro revela una capa más profunda: el verdadero reto no es solo enfrentarse al monstruo externo, sino también confrontar los demonios internos que persiguen al protagonista desde su juventud.
En cuanto al ritmo narrativo, ‘El hombre del saco’ opta por una estructura no lineal que busca desorientar al espectador. Esta técnica, aunque ambiciosa, genera una sensación de desconexión en los primeros compases de la película, lo que podría alejar a algunos espectadores. La primera mitad de la cinta se siente fragmentada y carente de cohesión, con un abuso de saltos temporales que intentan sembrar una atmósfera de confusión, pero que terminan diluyendo el impacto del relato.
Sin embargo, es en la segunda mitad donde la película recupera su fuerza. Aquí es cuando McCarthy logra conectar emocionalmente con el público, profundizando en las cicatrices emocionales que dejó en Patrick su encuentro infantil con el hombre del saco. El espectador comienza a entender que no se trata solo de un enfrentamiento con una criatura sobrenatural, sino de un enfrentamiento con el propio pasado. A medida que la película avanza, la tensión crece, alcanzando momentos de verdadera intensidad emocional, particularmente en las interacciones entre Patrick y su padre, quien revela la clave para derrotar al monstruo.
La actuación de Sam Claflin, en el papel de Patrick, es sólida y convincente. Claflin logra transmitir el peso de una vida marcada por el miedo, y su evolución a lo largo de la película, de víctima a protector, es uno de los puntos más interesantes del film. Sin embargo, el resto del reparto no logra destacar de la misma manera. Los personajes secundarios, aunque bien interpretados, no aportan suficiente profundidad a la trama, lo que hace que algunas de sus interacciones se sientan superficiales y poco desarrolladas.
Antonia Thomas, quien interpreta a Karina, la esposa de Patrick, ofrece una actuación correcta pero limitada por un guion que no le permite explorar a fondo la complejidad de su personaje. Su relación con Patrick es un eje importante de la trama, pero en muchos momentos parece desdibujada, restando impacto emocional a los momentos clave de la película.
Uno de los puntos fuertes del film es la figura del hombre del saco, cuya presencia, aunque escasa en pantalla, se siente a lo largo de todo el metraje. La criatura, representada con una estética sombría y perturbadora, es el reflejo del miedo infantil que nunca se desvanece.
‘El hombre del saco’ no es simplemente una película de terror sobre un monstruo que acecha a los niños. Bajo su superficie, McCarthy parece interesado en explorar cómo los padres transmiten sus propios miedos y traumas a sus hijos. Patrick, que ha vivido toda su vida a la sombra de su experiencia infantil, se enfrenta a la difícil tarea de proteger a su hijo sin dejar que sus propios temores lo consuman. Este conflicto interno añade una profundidad emocional a la película que la distingue de otras propuestas del género.
A nivel técnico, la película cumple con los estándares del género. La fotografía, oscura y claustrofóbica, refuerza la sensación de amenaza constante, aunque en algunos momentos peca de predecible. Las escenas de mayor tensión se apoyan en el uso de sombras y espacios reducidos, creando una atmósfera opresiva que mantiene al espectador en vilo, pero sin llegar a innovar en su propuesta visual.
El uso de efectos sonoros es otro de los elementos que destacan, especialmente en las escenas donde el hombre del saco acecha a sus víctimas. El sonido de pasos, susurros y crujidos en la oscuridad aumenta la tensión de manera efectiva, aunque algunas de las secuencias de susto se sienten repetitivas.
En resumen, ‘El hombre del saco’ es una película que, aunque arranca con un ritmo irregular, consigue desarrollar una reflexión interesante sobre el peso del pasado y los miedos que arrastramos desde la infancia. Colm McCarthy presenta un relato que, más allá de los sustos, ofrece una meditación sobre la dificultad de escapar de los traumas y cómo estos pueden condicionar nuestras vidas adultas. A pesar de sus fallos narrativos, la película logra ofrecer momentos de tensión genuina y una lectura más profunda sobre el miedo y la herencia emocional entre generaciones.
Puntuación: 5,5 sobre 10.
24 de noviembre de 2024
7 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Siempre hay espacio para un poquito de folk horror. Es demasiado tentador no utilizar historias terroríficas universales para hacer tus propias películas. ¿Y hay alguna historia más mítica que la de el hombre del saco? Ese señor que va con un saco y mete a los niños que se portan mal para después comérselos cuando le entra el gusanillo. Es el Bruce Springsteen de las historias de miedo, el Sonrisas y lagrimas del terror, la mona lisa de los monstruos, el... bueno, ya me habéis entendido. Películas sobre el hombre del saco no hay tantas como cabría esperar, un buen puñado y casi todas bastante recientes, de modo que es una pieza de carne demasiado jugosa como para no hincar el diente, y más con la crisis de creatividad que hay en el cine desde... casi siempre.
El argumento no inventa la rueda precisamente. La historia de el hombre del saco que se cuenta de padres a hijos desde tiempos inmemoriales, el problema es que más que una historia resulta que es totalmente cierto y además el tipo este vive en la esquina de tu casa y resulta de que tienes un hijo de un par de años corriendo arriba y abajo, nada de lo que alarmarse. Y lo que pasa es que más o menos ya está todo explicado pero es que la película dura hora y media y algo habrá que poner. Por lo tanto tenemos laaargas escenas de “tensión”, ruidos en el piso de abajo, que si la puerta esta yo la dejé cerrada y ahora está abierta, que si me aparece un homeless en las cámaras de seguridad, que si la abuela fuma... La verdad, nada que no hayamos visto ya en chopotocientas películas antes, no se deja ni uno de los greatest hits de las pelis de terror de los últimos treinta años.
El hombre del saco va cogiendo ideas de aquí y de allá, es innegable la similitud que tiene con las últimas películas de It, sólo le falta que salgan cuatro críos en bicicleta. También hay cositas de Paranormal Activity, algún intento de “terror elevado” adorable y muchos bocinazos esparcidos por aquí y por allá para que los chavales dejen de mirar el tik tok y miren un poco la pantalla de vez en cuando. Pero si hablamos de algo realmente novedoso, rompedor o mínimamente memorable pues entre poco y nada.
Entiendo que no es nada fácil a estas alturas de la vida que se ha hecho en el cine todo lo “hacible” y cuesta mucho romper el molde, pero chico, por lo menos inténtalo, échale un poco de ganas carajo, estrújate un poco los sesos a ver si se te ocurre algo. Es que no puede ser que al principio de cada escena sepa qué es lo que va a ocurrir los próximos tres minutos y que no me equivoque nunca. Y no estamos hablando de que yo sea el lápiz más afilado del estuche precisamente. Además el diseño del propio hombre del saco deja bastante que desear, en la mayoría de las escenas parece más un sin techo borracho que se ha perdido que una criatura del averno y cuando se quita la capucha parece el gemelo del Slot de los Goonies.
Dirigida por Colm McCarthy, director especializado en televisión con nada peyorativo al respecto, pues ha estado detrás de series cojonudas como Sherlock, Black Mirror, Peaky Blinders o Los Tudor. También dirigió Melanie. The Girl with all the gifts, película que lo petó bastante en los festivales del 2015-2016 y que estaba bien cuca. El problema, como decía antes, es en el guion del primerizo John Hulme que daba para un cortometraje bastante curioso pero que en absoluto lo hacía para un largometraje. Pero bueno, son películas que son baratas de producir y si hacen cuatro duros en taquilla y luego la conseguimos colar en alguna plataforma de streaming pues ya les han pagado las vacaciones. Lo de hacer buenas películas pues ya lo dejamos para la próxima.
Protagoniza el buenazo de Sam Claflin que yo pensaba que era un recién llegado y me acabo de dar cuenta que he visto la mayoría de sus películas y nunca me quedé con su cara, imagínate qué carisma. Es el James Marsden de Hacendado. También está por ahí Antonia Thomas, ¡Alisha, la de Misfits! ¿Os acordáis de Misfits? Fua, que seriote, estará por ahí, échenle un ojo. Madre mía que viejos somos. En definitiva El Hombre del Saco no da mucho pero pide poco, es una película que mientras dura es entretenida pero que no deja ningún rastro en el espectador, es un Riskettos cinematográfico, el tofu del celuloide. Se nota cierto intento de crear una saga, no sé yo si acabará sucediendo pero desde mi humilde trono aconsejaría intentar buscarse una voz propia y dejar de robar a los vecinos.
El argumento no inventa la rueda precisamente. La historia de el hombre del saco que se cuenta de padres a hijos desde tiempos inmemoriales, el problema es que más que una historia resulta que es totalmente cierto y además el tipo este vive en la esquina de tu casa y resulta de que tienes un hijo de un par de años corriendo arriba y abajo, nada de lo que alarmarse. Y lo que pasa es que más o menos ya está todo explicado pero es que la película dura hora y media y algo habrá que poner. Por lo tanto tenemos laaargas escenas de “tensión”, ruidos en el piso de abajo, que si la puerta esta yo la dejé cerrada y ahora está abierta, que si me aparece un homeless en las cámaras de seguridad, que si la abuela fuma... La verdad, nada que no hayamos visto ya en chopotocientas películas antes, no se deja ni uno de los greatest hits de las pelis de terror de los últimos treinta años.
El hombre del saco va cogiendo ideas de aquí y de allá, es innegable la similitud que tiene con las últimas películas de It, sólo le falta que salgan cuatro críos en bicicleta. También hay cositas de Paranormal Activity, algún intento de “terror elevado” adorable y muchos bocinazos esparcidos por aquí y por allá para que los chavales dejen de mirar el tik tok y miren un poco la pantalla de vez en cuando. Pero si hablamos de algo realmente novedoso, rompedor o mínimamente memorable pues entre poco y nada.
Entiendo que no es nada fácil a estas alturas de la vida que se ha hecho en el cine todo lo “hacible” y cuesta mucho romper el molde, pero chico, por lo menos inténtalo, échale un poco de ganas carajo, estrújate un poco los sesos a ver si se te ocurre algo. Es que no puede ser que al principio de cada escena sepa qué es lo que va a ocurrir los próximos tres minutos y que no me equivoque nunca. Y no estamos hablando de que yo sea el lápiz más afilado del estuche precisamente. Además el diseño del propio hombre del saco deja bastante que desear, en la mayoría de las escenas parece más un sin techo borracho que se ha perdido que una criatura del averno y cuando se quita la capucha parece el gemelo del Slot de los Goonies.
Dirigida por Colm McCarthy, director especializado en televisión con nada peyorativo al respecto, pues ha estado detrás de series cojonudas como Sherlock, Black Mirror, Peaky Blinders o Los Tudor. También dirigió Melanie. The Girl with all the gifts, película que lo petó bastante en los festivales del 2015-2016 y que estaba bien cuca. El problema, como decía antes, es en el guion del primerizo John Hulme que daba para un cortometraje bastante curioso pero que en absoluto lo hacía para un largometraje. Pero bueno, son películas que son baratas de producir y si hacen cuatro duros en taquilla y luego la conseguimos colar en alguna plataforma de streaming pues ya les han pagado las vacaciones. Lo de hacer buenas películas pues ya lo dejamos para la próxima.
Protagoniza el buenazo de Sam Claflin que yo pensaba que era un recién llegado y me acabo de dar cuenta que he visto la mayoría de sus películas y nunca me quedé con su cara, imagínate qué carisma. Es el James Marsden de Hacendado. También está por ahí Antonia Thomas, ¡Alisha, la de Misfits! ¿Os acordáis de Misfits? Fua, que seriote, estará por ahí, échenle un ojo. Madre mía que viejos somos. En definitiva El Hombre del Saco no da mucho pero pide poco, es una película que mientras dura es entretenida pero que no deja ningún rastro en el espectador, es un Riskettos cinematográfico, el tofu del celuloide. Se nota cierto intento de crear una saga, no sé yo si acabará sucediendo pero desde mi humilde trono aconsejaría intentar buscarse una voz propia y dejar de robar a los vecinos.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
9 de diciembre de 2024
5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Con el director tenía mis esperanzas. Ha firmado cosas buenas, como Mélani, la chica con todos los dones.
Pero esta es un aburrimiento soberano, el típico ruido en el piso de abajo, que se repite una y otra vez.
Ninguno de los actores destaca por transmitir nada, salvo desidia, el reparto ha fallado del primero al último, ninguno da la talla lo suficiente, pero Antonia Thomas se lleva la palma, muy de cerca por Sam Claflin pésimos ambos, y como son casi todo el reparto, pues mal vamos.
Es un conjunto de tópicos, sin ninguna novedad y los recursos más vistos que otra cosa, y además no bien gestionados.
En fin, lo siento por McCarrthy, pero en esta se ha caído con todo el equipo.
Pero esta es un aburrimiento soberano, el típico ruido en el piso de abajo, que se repite una y otra vez.
Ninguno de los actores destaca por transmitir nada, salvo desidia, el reparto ha fallado del primero al último, ninguno da la talla lo suficiente, pero Antonia Thomas se lleva la palma, muy de cerca por Sam Claflin pésimos ambos, y como son casi todo el reparto, pues mal vamos.
Es un conjunto de tópicos, sin ninguna novedad y los recursos más vistos que otra cosa, y además no bien gestionados.
En fin, lo siento por McCarrthy, pero en esta se ha caído con todo el equipo.
29 de septiembre de 2024
6 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esta película me recuerda al caballo de Troya en un aspecto, es lo que no es. Dicho de otro modo, nos engaña. Si lo que buscas es una película de miedo, no la veas, pero si lo que buscas es una fábula con sustos, se podría considerar que está bien.
Yo fui buscando una para aterrorizarme en el cine, y acabé exactamente igual a como entré, pero con la reflexión que deja la película en mi cabeza.
¿Me gustó?
Sí.
¿Es lo que esperaba?
No.
Yo fui buscando una para aterrorizarme en el cine, y acabé exactamente igual a como entré, pero con la reflexión que deja la película en mi cabeza.
¿Me gustó?
Sí.
¿Es lo que esperaba?
No.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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9 de octubre de 2024
6 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Guión predecible, desarrollo de la película soporífero, y ninguna actuación destacable, por no hablar de los sustos que son inexistentes, en resumen, si quieres echarte un sueñecito es perfecta.
Yo me esperaría a que saliera en alguna plataforma, porque gastarte dinero en esta película es tontería.
Yo me esperaría a que saliera en alguna plataforma, porque gastarte dinero en esta película es tontería.
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