Billy Dos Sombreros

El que años después sería el director del clásico de cine de acción de los ochenta “Acorralado” –ya saben, Rambo- Ted Kotcheff, empezó en los setenta rodando comedias, que es en realidad lo que más le gusta. La única película de “tiros” que hizo antes de la mencionada más arriba fue esta, “Billy dos sombreros” y que es mucho más un western intimista y crepuscular, sobre unos personajes que el tiempo se les acaba.

Para ello que mejor que contar con actores veteranos como Gregory Peck o Jack Warden, que ofrecen a la cinta un aire de decrepitud muy logrado, en una de esas películas donde un sheriff persigue a lo largo de todo el metraje a los fugitivos.

No es ninguna maravilla, pero al menos es un western entretenido, y para ser de los setenta, no está mal. Tiene momentos muy logrados, como ese bello final y una fotografía de esos parajes desérticos que esta vez no son de los Estados Unidos, sino ni más ni menos que de Israel, que es donde se rodó la película.

Eso sí, el actor que hace de mestizo flojo, y la historia de amor más aún. No podemos pedirle mucho más a esta cinta.

Si les gusta el western, y un día se la encuentran haciendo zapping, no les defraudará, pero tampoco es para que se la graben.

Varias veces he visto esta película de color marchito. Cuenta la historia de dos bandoleros, uno viejo y otro joven, que se guardan gran fidelidad el uno al otro. Gregory Peck dando vida a un bandolero con corazón, sentido del humor y una gran simpatía por la juventud, lo que le hace ser algo romántico. El joven es el mestizo, Billy Dos Sombreros. Es Desi Arnaz Jr, hijo de la conocida Lucille Ball, que fue siempre Junior, nunca llegó a actor senior en lo que al cine se refiere.

La escena del tiro con el viejo rifle Sharp es sencillamente… fantástica. Para los anales del Western. Una persecución triste por el desierto con un inolvidable Gregory Peck que junto con otra película suya: La noche de los gigantes, forman un pack indispensable para los aficionados al género y a este actor.

La película tiene el clásico ambiente del mejor Western, una historia de gente errante por el desierto. Un grupito de indios con sombrilla verdaderamente bien dibujados con su vestuario, un sheriff empeñado en perseguir y perseguir sin parar, y, también, de una muchacha maltratada. Entre tanta violencia e incomprensión, lo bueno es que siempre florecen sentimientos verdaderos que dan esperanza. Un Western con unos diálogos, una fotografía y una historia, que no debes perderte.

La vi por casualidad hace poco en la tele. Me llamaron la atención un par de planos y ya no pude dejar de verla. Todo en esta película me parece espléndido. El guión es bueno, con una historia humilde, que sin poner énfasis habla con hondura de temas como la amistad, la familia, la soledad, la violencia, la muerte. Una historia llena de resonancias internas (la cita del Eclesiastés sobre los dos que se apoyan queda ejemplificada en la relación Peck-Mestizo, o en la del Mestizo y la mujer del granjero, y contraejemplificada en los dos perseguidores, o en el granjero y su mujer) que hace que unas cosas den fuerza a otras. Los diálogos son correctos, incluso interesantes, y hasta graciosos en algunos momentos. La interpretación no es que no sea mala, es que es bastante buena (incluso el que hace de Mestizo está comedido y se sale poco de su papel). La cámara está tan bien colocada que ni se nota. Ni un solo plano chirría. Los hay de una belleza pictórica increíble. Hay una secuencia en la que la pantalla está ocupada por una sombra morada y al momento todo lo que se ve es una cortina de un verde intenso, a lo Van Gogh (este color es otra de las resonancias internas, de las claves ocultas). Todo está tratado de una manera sobria, pero auténtica. Tiene muchos momentos emocionantes. Incluso la historia de amor, que a mí sí me parece creíble, lograda, me resulta conmovedora. Una película que irradia melancolía, pero también serenidad. Llevo mucho tiempo viendo westerns y desde Misión de audaces (una de las más grandes películas de la historia) no me sentía tan satisfecho. Estoy deseando encontrar el DVD porque la vi empezada.

Y es verdad... lo hemos podido ver en 11 ocasiones, 9 como protagonista, y nos ha dejado títulos inolvidables como "Duelo al sol", "Cielo amarillo", "El pistolero", "Horizontes de grandeza", "La noche de los gigantes", "El vengador sin piedad"...

Esta que nos ocupa junto a "Círculo de fuego" es de sus más flojitas, pero nada quita que tenga bastante interés. El tópico del sheriff persigue a forajido siempre resultará atractivo, y más si el sheriff es Jack Warden y el forajido Gregory Peck...

Un western con tan poco presupuesto no se le puede pedir más, el resultado podía haber sido mucho peor, demasiado hizo Ted Kotcheff.

Cuéntenlos, no hay más actores. De los doce tenemos cuatro que son indios borrachos y cobardes, tres ladrones, un sheriff que los persigue y dos matrimonios (por llamarlos de alguna manera). Prácticamente ya no hay más en toda la cinta.
Arranca esta con la captura de los ladrones, uno muere en el tiroteo y ya no queda del mismo otro recuerdo que una fotografía del cadáver. Otro es el joven Billy Dos Sombreros (Arnaz), así llamado familiarmente (poca cosa para dar semejante título a la película), que al ser apresado ayuda a escapar al tercero, el veterano Arche (Peck). El captor es un viejo sheriff (Warden) que los busca por el robo de un banco en el que muere una persona.
Nada más sabemos de este robo que es la causa de la persecución, pues esta, la persecución, el verdadero argumento que sostiene la trama. El sheriff vuelve satisfecho porque ha atrapado al mestizo, el autor del crimen al que espera la horca. Solamente él puede ser el autor del asesinato: es mestizo. Por eso se burla cuando Billy mira a los lados esperando la ayuda de Arche. Llegan así a un solitario mesón en mitad del desierto, regentado por un viejo cazador de búfalos que convive con una india a la que desprecia. Se extrañan de que Billy reclame agua para lavarse: "¿Puede lavarse? Es un mestizo distinguido, pero se lava". La noche la pasa al sereno esposado al palo donde se amarran las riendas de los caballos (otro detalle). Menos mal que la india lo arropa con una gruesa manta.
Por la mañana aparece Arche para liberar a Billy hiriendo al sheriff. La sorpresa de este no es por el ataque, sino porque ayuda a un indio: "¿Quién puede apreciar a los mestizos?", se pregunta extrañado una y otra vez. ¿Porqué vuelve a liberarlo? ¡Es mestizo!
Parten los fugitivos, "Jamás mires hacia atrás al lugar donde no quieres volver", y parte el sheriff en su búsqueda ayudado por el mesonero tras la extracción de la bala ("ha tocado hueso y no te ha atravesado"), esta vez con unas pinzas quirúrgicas. Los diálogos mientras tanto ahondan en el tema del racismo reforzados por la presencia de un curioso matrimonio que vive aislado de la civilización, en el que el marido resuelve de forma expeditiva la tartamudez de su joven esposa: "Le doy una bofetada para desatascarle la lengua".
Y estos son todos los personajes que intervienen en la cinta, donde destaca sobre todo la interpretación de Peck y Warren, sin que desentonen los demás. También el tema omnipresente en la obra: el racismo y el odio al mestizaje con la violencia gratuita al fondo. Pero dejamos para el final la mención del gran protagonista: los paisajes desérticos y duros que conforman el panorama de fondo. Paisajes de gran belleza magníficamente fotografiados, con juegos de luces y de sombras en los atardeceres y amaneceres de gran plasticidad.
Con solo una docena de buenos actores, un tema de la importancia del racismo, buena música, guión correcto y unos paisajes sencillamente bellos, se ha conseguido hacer una notable película más que notable.