Franky Banderas

Por error o en busca de nuevas experiencias sado ví esta tarde "Franky Banderas". Como uno ya está inmunizado ante toda clase de esperpentos me dispuse a sufrir durante 90 minutos de mi vida.
No sé si “Franky Banderas” pretende ser una parodia de las películas de Marisol y Joselito y simplemente busca la complicidad de un público acostumbrado a lidiar con la panda de freaks televisivos. O ser una simple y casposa comedia acerca de las sanguijuelas que acompañan y se aprovechan del éxito ajeno. Creo que los tiros van por esto último. El problema es que Raulito se acerca más al freak que al artista.
La historia es nefasta. El guión es incoherente e inexistente. Las interpretaciones son bochornosas. Se palpa que Juan Luis Galiardo y Maria Barranco sienten vergüenza de decir sus frases. Como dato anecdótico hay que señalar que Galiardo no ha hecho ninguna película todavía y que Maria Barranco se ha tenido que ir fuera de España para encontrar un papel.
Personajes que no llegan ni al nivel de caricatura. Bodrio abominable. Los chistes son malos. Las situaciones cómicas dan pena y son patéticas. No hace gracia.
Si quieren acabar con la piratería y la pederastia que obliguen a poner “Franky Banderas” como única película en todos los top mantas y programas peer2peer durante una semana. Los pederastas vomitarían o saldrían corriendo cada vez que vean a un niño y la gente dejaría de comprar o descargarse películas. Aunque claro, nadie volvería a pisar el cine para ver una película durante mucho, mucho tiempo.
Sólo para cinéfilos adictos al sadomasoquismo extremo. Con dos pinzas de la ropa en los pezones creo que se disfrutaría más. Las almas incautas que lean esto y se atrevan están avisadas.

Esta "película" tiene una gran virtud: no existen palabras para definirla. Es algo absolutamente indescriptible. Un ente que no puede calificarse atendiendo a los cánones habituales que rigen la vida humana.

Si alguien desea experimentar nuevas sensaciones extremas, y la heroína ya no le surte efecto, meter los dedos en el enchufe ya no es una novedad para él, o arrancarse las uñas lentamente no le produce dolor, ver Franky Banderas le producirá ese efecto tan ansiado.

Como única perlita, decir que el gancho erótico para captar audiencia es mostrar repetidamente a Teté Delgado en tanga y camisón transparente.

He de reconocer que he visto esta película unas cinco veces. Posiblemente sea lo peor que hayan contemplado mis ojos jamás (con el permiso de Mr. Richard Chamberlaine emulando al Dr. Jones), pero no miento si digo que la vería una y mil veces más y me seguiría partiendo el ojete. Un auténtico prodigio del horterismo, la sal gorda, las salidas de tono y la vergüenza ajena.

Una película con muy mala hostia. No entiendes nada según van pasando los minutos, los actores dan pena (incluso el grandísimo Manuel Alexandre, limitado al landismo más primigenio pellizcando las nalgas de la Barranco) y claro, uno se pregunta lo siguiente:

Si el supuesto "motivo" de la película es encumbrar a una estrella infantil, ¿será una película para niños? Desde luego que no.

En la película nos topamos con temas como el adulterio, la corrupción, incluso la pedofilia, endulzado todo ello con palabros de lo más feo y soez.

Desde luego el experimento salió fallido, gracias a Dios; y el infumable Raulito debe de estar ahora mismo malviviendo por un pico. Canta tan maaaaaaaaaaaaaaaaaaaal y hace tanto el ridículo que no puedes hacer nada menos que llorar de risa. Él y Chiquito de la Calzada levantan la película (si a la perpetración de semejante engendro cabe tal apelativo), así que imagínense y agárrense los machos. Al resto del reparto habría que exterminarlo.

En fin, abstenerse de verla salvo en dos casos:

a) que te guste Chiquito de la Calzada
b) que te rías con las películas malas

Lo que no entiendo es en qué demonios pensaban los padres de la criatura esta del pantano cuando lo sacaron a la luz. Vaya asco de niño.

Quizá si detrás de la historia no supiera que esta Rafael Azcona, una de las mentes más lucidas, acidas y causticas (para el que este suscribe, el mejor de la última mitad del siglo pasado y parte de este, hasta su reciente muerte) del cine español y no estuvieran en el reparto Juan Luis Galiardo y Manuel Alexandre, habría pasado por alto el caustico retrato del cine de niños cantantes de la España de los 60 y principios de los 70 y solo hubiera visto la “casposa cutrez con niño cantante” que parece ser la opinión de la mayoría de los que la han visto (desprecio y ninguneo que también he observado con “La marcha verde”, “Suspiros de España y Portugal” y alguna otra que ahora mismo no recuerdo y que no voy a hacer el esfuerzo de buscar en su filmografía visto lo visto).
Imagino que los devotos del maestro Azcona no necesitaran más explicaciones y los desconocedores de tan insigne guionista y/o los que no aprecien su arte, me tacharan de iluminado, por lo que he llegado a la conclusión que hasta aquí he llegado.

¿Os acordaís de Raulito? Sí, ese niño cantante y muy precoz (Cantaba canciones de Chayanne, Estopa y David Civera, con menos de diez años ya cantaba "...esa noche el vino me traicionó...", "...por la raja de tu falda tuve un piñazo con un seat panda..." o "...hay que ser torero..." entre otras) Al margen de que casi deja el chupete por el alcohol, conduce como El Pera y además mirando a las faldas de las nenas y su obsesión por las artes del toreo para ligarse a una hembra, a los "explotadores" de este niño que además de dejarle cantar esas cosas que obviamente no son de su edad le hicieron hacer una película y todo... pero el tiempo pone a todo el mundo en su sitio y ya nadie se acuerda de tal despropósito, al igual que de su película, que es malilla apesar de los secundarios y del siempre genial fallecido recientemente Juan Luis Galiardo.

Lo mejor : Gran elenco de buenos actores en una mala película... (Algo es algo)
Lo peor : Raulito, un niño cantante siempre puede dar mucha ternura, pero su repertorio es bastante inapropiado.