Érase otra vez

Por supuesto la créme de la mierda porque el título hace alusión a “Érase otra vez —la misma mierda de siempre—”

Con una premisa argumental únicamente válida para el cine X y un guión salpicado de diálogos que no hacen sombra y convierten en un auténtica maravilla intelectual a “Porky's” es todo menos un hemorrágico placer. Vamos, lo mismito que la estupenda “Los amigos de Peter”.

El misterio es que en IMDB tiene un 8.6/10 (03-08-08) y lo ha mantenido e incluso aumentado (8.7/10) 12-08-09 con 100 votos y aquí un 2.9 (3-08-08), décima que ha perdido en FA 2.8 (12-08-09) con (46 votos). En el momento en el que voy a pulsar 'Enviar' sigue con el 2.8 y mantiene el 8.7 en IMDB con un voto más. Hablar y escribir esto es una absoluta tontería pero teniendo en cuenta que “Érase otra vez —la misma mierda de siempre–” está considerada por muchos como una de las peores películas españolas de todos los tiempos es de lo poco que puede ofrecer de tema de conversación una cinta condenada a la humillación pública (menos en IMDB). Lo mismo le quita el título a la de momento imbatida “Cadena perpetua” de Frank Darabont.

Su único misterio es que es la primera película Dogma made in Spain y representó a España en la Sección Oficial a Competición del Festival Internacional de Cine de Moscú y en numerosos festivales de todo el mundo y al parecer ¡¡¡GUSTÓ!!!. Algo que me hace reflexionar: en los festivales se fuma, se ingiere o se esnifan cosas muy malas. Esperemos que un tal Boyero al final no tenga razón. ¡No se la den por Dios!

Las noches de otoño son muy duras y frías.
Digo esto, porque cuando en el tdt no echan absolutamente nada, uno se acaba quedando con lo que, a simple vista, parece lo "mejor": un argumento.
Diría que no pierdan el tiempo viéndola, que es mejor hacer encaje de bolillos o macramé, o preparar una cena para veinte comensales, que al menos el tiempo se verá menos perdido... pero algo en mí me diría que no les estoy diciendo la completa verdad.
¿Es una pérdida de tiempo? SÍ.
¿Merece la pena aguantar aún así? Pues miren, DEPENDE. Si lo que buscan es una pseudo-peli-porno de tres al cuarto sobreactuada, con actores/actrices que no ponen ni al apuntador, con guión de serie de instituto, entonces, siéntense delante del televisor, denle al play, y eso sí, no se olviden de un buen bol de palomitas... porque al final, muy al final, esta "pornovela" puede llegar a enganchar solo con un único fin: descubrir si se puede caer más bajo.

Que no, que no, que debe ser una de las peores películas que haya visto en mi vida.

Sólo fui capaz de soportar 15 minutos, y aguanté tanto porque no acababa de creer lo que estaba viendo... Hay grabaciones caseras con más estilo y mejor contadas.

Ya para acabar, ¿Cómo puede este hombre conseguir dinero para sus "películas"? Porque eso sí que tiene mérito...

Te gusta tanto el cine que cuando te da por zamparte cualquier cosa que se te viene por delante, te lo zampas. A veces tienes tanta hambre o haces que la tienes que quizá lo último en esa lista de películas por ver es algo como Érase otra vez, película que inauguró en España el diploma-manifiesto de Von Trier, Vintenberg y compañía danesa, Dogma. El pionero importador patrio de la cámara en mano y la prohibición de banda sonora, don Juan Pinzás.

No banda sonora, sólo cámara en mano. Todo eso hay, o no hay, en Érase una vez, amén del resto de dogmas de fe de toda película que aspire a llevar el membrete en el primer plano de la película. Lo que hay también en Érase otra vez es esa especie de fingido amateurismo que comenzaron los danese con unas escenas que recrean el reencuentro de un grupo de amigos de treinta y tantos que no se ven desde hace diez años y que lo único que parece que les preocupa es recuperar el tiempo perdido del sexo y del copular. Visto así, dices qué genial, qué bien nos lo vamos a pasar. Carnaza. Carnaza la hay, y uno se congratula de ello. Lo que a su vez no acompaña a la carnaza es el entretenimiento sino un taparse los ojos de vez en cuando ante cosas que no te permiten mirar porque cuesta creerse lo que está pasando delante de la cámara. La carnaza de unos y de otras, los anhelos sexuales, las líbidos, eso sí, con salchichas, con picnics y con piscina.

No puedo decir más. Sería el árbol caído con más leña. Las señas de identidad Dogma no cuadran aquí para que resulte algo medianamente decente. Cosa que Pinzás, su realizador, sí que consigue a duras penas, aunque sea, en alguna otra de sus Dogmas.

Y como a mí me gusta Dogma, no me da la gana enterrar a un director de cine que aún lleva bigote. Pedazo de bigote.

Infravalorada película de gran valor. La primera película española perteneciente al Dogma 95 arriesga, ¿por qué? por hacer algo así en España. Le falta algo más de atrevimiento o profundidad en determinadas escenas, que terminase de explotar en algunos momentos. Hay que observar el contexto en el que se hace, es obvio que "Celebración" de Vinteberg es mejor, mucho mejor, por algo es la primera película del movimiento. Pero salvando las kilométricas distancias, "Érase otra vez" debe ser respetada y puesta en valor por cumplir los mandamientos del Dogma y por conseguir ser una pieza diferente con aires noventeros, honestos, dramáticos y cinéfilos. Y por supuesto, no hay que caer en el error de compararla con otras obras del Dogma 95. Sorprende ver algo tan europeo en tierras hispanas.