Kizumonogatari III: Reiketsu-hen

La crítica es del conjunto de las tres películas.

La historia, como añadido a la serie original, no es una mala idea. IDEA. Explicar cómo conoció el protagonista a la vampiresa tiene cierto interés. Pero la historia en si narrada en estas tres películas es de un absurdo demasiado elevado. Se mantiene la atención a lo largo de las 3 películas: la primera resulta interesante al introducirnos en la historia más o menos correctamente, la segunda por las peleas se ve con ganas, pero la tercera, personalmente, me parece la más insulsa y donde la absurdidad llega demasiado lejos. También en la tercera es donde se pasan con los minutos de ecchi de la cinta, que no añade nada, aparte de irritación en el espectador medio.

Lo más llamativo y el motivo por el que he visto esta trilogía es su presentación, a veces más acertada que otras. La animación se mantiene casi siempre a un nivel alto, el arte es interesante y la edición muy imaginativa. Es un producto diferente al resto, y a mi eso me vale la pena. Sin embargo, no quiere decir que me parezca una obra (la trilogía) de sobresaliente. En el apartado técnico y creativo (en la edición) sí que sobresale, pero en los personajes y en la historia, nada relevante en la industria.

A nivel de personajes, planos, cliché y sin evolución lógica. Los cambios que sufren son drásticos y confusos. Los tres "villanos" tienen carisma bajo cero y su pasado lo resumen en un par de frases, tristemente igual que el del resto de personajes, casi. El protagonista es un antisocial porque sí, y casi nunca da juego a nada, porque se niega. La de las gafas se explica sola con verla. La vampiresa pasa por diferentes fases en las que cambia de cuerpo y de personalidad, pero no mantiene un carisma de forma continua, son personajes diferentes, y que prácticamente no hacen nada. El más interesante es del que menos sabemos, el tío que los ayuda a veces.

Aun así, la recomiendo a aquellos que quieran ver algo diferente, al menos en parte, y si son seguidores de la serie (yo solo vi la primera temporada cuando salió, para mí ya fue suficiente...).

Una opinión sobre las tres películas que conforman Kizumonogatari.

El título “Kizumonogatari” está conformado por tres películas estrenadas entre el 2016 y el 2017. Pero son en realidad una sola película troceada en tres de 64, 69 y 83 minutos. Mi acercamiento a estas películas era totalmente ignoto tanto de la franquicia “Monogatari”, como del género y de la historia, solamente me llamó la atención el póster de la primera película. Resulta que Kizumonogatari se considera una especie de precuela de toda una retahíla de novelas ligeras escritas por Nishio Ishin que han sido adaptadas al formato anime. En cualquier caso: no creo que vuelva a pasar por esta franquicia fundamentalmente porque no formo parte de la demografía a la que va dirigida.

Kizumonogatari es una historia de vampiros. Al menos parecen vampiros aunque la mitología canónica se la pasan por el forro. En realidad es un shonen en toda regla que incluye todo lo que está constituyendo una plaga dentro de buena parte del anime: mucho, muchísimo moe, gesticulación exagerada, fetichismo y erotismo con los senos femeninos o con la ropa interior, historia sin sentido con multitud de alternativas porque sí,…, etc., etc. Personajes que no paran de hablar y hablar, no terminan de hablar y siguen hablando porque tienen que explicar continuamente las nuevas situaciones, las nuevas reglas. Todo muy aburrido. Pero es que, para colmo, en este caso no tienen nada mejor que hacer que estar intercalando continuamente rótulos con las mismas palabras en, supongo, un claro objetivo de sacarte de quicio.

Al menos se puede decir que parte de la animación es sobresaliente. Aquí se utiliza demasiado el ordenador, sobre todo en los anodinos fondos a los que se quiere dar aspecto realista incluyendo, incluso, fotografías reales. No es lo sobresaliente en animación, ni tampoco el bamboleo o el contoneo (). Lo interesante está cuando se ponen bestias y hay gore, ésa es la animación que sí que está muy bien conseguida, además utilizando diferentes técnicas. Poco más.