Bombas para la paz

Qué más se puede pedir que entretenerse viendo un película. Si se hizo principalmente para eso, no hay que buscar más allá. Fernando como siempre está incólume y todos los secundarios igualmente, son unos característicos maravillosamente entrañables y entrañablemente despreciable la que iba a ser suegra de Fernando. Siempre es un placer ver una de estas pelis. Si a ti también te ha gustado, permíteme que te recomiende igualmente otros títulos como: el fenómeno, el malvado carabel, el capitán veneno, la vida por delante, el inquilino y tantas otras con un Fernán-Gómez pletórico. Saludos.

Justo antes de morir, un científico revela a su ayudante todo un descubrimiento: una bomba que procura la paz entre las personas, concebida para hacerla estallar en plena conferencia de la ONU.

El mismo año que el drama taurino "Los clarines del miedo", Antonio Román dirigió esta comedia antibélica, original y bienintencionada, a medio camino entre el sainete costumbrista y la sátira política, protagonizada por Fernando Fernán Gómez al frente de un reparto repleto de grandes nombres. Empero el resultado se quedó en una medianía recibida con total indiferencia.



"Menos pum y más pan."

Ingenioso argumento bordado por el grandísimo Fernando Fernán Gómez. Obras así fueron las que dignificaron el cine español de su tiempo. Aparte del protagonista, como siempre solía suceder, los secundarios son extraordinarios.
La primera parte es un sainete costumbrista que desemboca en una reunión de jefes de estado que no puede ser más sarcástica. Cualquier parecido con la realidad no es pura coincidencia. Cada mandatario en su papel, se ofrece una visión caricaturesca de los intentos de tratados a alto nivel que no ha perdido vigencia. De hecho, muchas situaciones rocambolescas se han producido de forma parecida a lo largo de la historia. La visión de futuro de los guionistas resulta impactante. Entre ellos estuvo Alfonso Paso, prolífico dramaturgo de vodeviles, que aquí probablemente haya hecho una de sus mejores intervenciones.

Para mí es una película que tiene más miga de lo que podría parecer en un primer momento, en tanto que la comedia que se propone es una especie de contenedor en el que se mezclan la ciencia-ficción, la crítica social y la sátira política...Parece mentira que en un cine tan encorsetado por la censura como el cine español de los años 50 se hiciera una sátira tan directa y certera sobre asuntos como los combates de lucha libre, el existencialismo francés o la ONU...¿Cuántas sátiras sobre la sacrosanta Unión Europea se han hecho en el cine, por ejemplo?

Frente a la amenaza de la guerra nuclear, asuntos tan importantes como la política internacional, el sistema de bloques, la diplomacia y las Naciones Unidas son enfocados como un galimatías; y la ONU en concreto, como un engranaje inútil y absurdo, malogrado por la burocracia, el egoísmo y la falta de entendimiento real y sincero entre las naciones y los gobiernos.

Ante este panorama, que podría tacharse de pesimista, pero no de irreal, la lucha por la paz mundial tiene algo de estrafalario, de misión quijotesca e imposible, de marginal, de anti-sistema: es una misión liderada por un científico más bien torpe (Fernando Fernán Gómez) y secundada por un conserje (José Ramón Giner), un loco escéptico y pesimista (Antonio Riquelme) y una azafata (Susana Campos).

Aunque desde luego no es un film perfecto, pues hubiera sido deseable una mayor definición del guión y un mayor desarrollo dramático de los personajes, "Bombas para la paz" es una película curiosa en tanto que comedia pesimista, en la que los idealistas tienden a fracasar, y se imponen la violencia y la locura.

Es un film que puede ser relacionado, en la tensión que exhibe entre libertad individual y presión social, con otra comedia atípica, "¡Viva lo imposible!" (1958), de Rafael Gil.

Una bonita y divertida película con Fernando Fernán Gómez haciendo gala de su talento natural para la comedia. Y más concretamente un tipo de comedia que refleja una realidad, a veces, incómoda. En plena Guerra Fría y era atómica, resulta una película con un mensaje que oscila entre la resignación y el positivismo.

El mensaje: "bueno los humanos estamos condenados a pelear entre nosotros. Pero oye, habrá que disfrutar de la vida igualmente...". Me parece un mensaje bonito y necesario. Es mejor asumir la realidad e intentar ser feliz en ella, que no deprimirse. Y esa es la visión de la película.

Aunque no solo el mensaje. También es gracioso el argumento y las interpretaciones están muy bien. Naturalmente, cuenta con algunos de esos actores secundarios tan recurrentes en aquella época y que tanto han aportado al cine español, como Pepe Isbert o Antonio Riquelme, entre otros.