El bebé jefazo: Negocios de familia

Vuelve a la gran pantalla el bebé más cañero del cine de animación, capaz de hacerle competencia al mismísimo Jack-Jack de Los Increíbles. Tras una serie bastante buena, el Bebé Jefazo tiene ahora nueva película, y se une a la fiesta una familiar.
Estamos ante una decente, sorprendentemente sólida secuela que aunque no es tan buena como la anterior, cumple en entretener a la audiencia a la que está enfocada y consigue que los adultos presten atención, o por lo menos que no se duerman. Es inevitable que caiga en algunos de los típicos clichés de estas cintas, por ejemplo, en la estructura o el arco de los personajes. A pesar de eso, triunfa en la relación de los hermanos Templeton; en la dinámica entre ambos y en cómo evoluciona su relación como hermanos. Es un buen mensaje el que consigue mandar.
La pequeña Tina es un personaje divertido, pero el Ted Templeton sigue siendo el mejor de lejos.
Y por último un pequeño apunte; no habría estado mal haberla estrenado por lo menos a mediados de noviembre. Probablemente estuviera originalmente planeada para estrenarse en Navidad y tuvo que retrasarse, y seguro que la distribuidora tendrá sus motivos para haberla estrenado ahora, pero no deja de ser raro ver una película de Navidad en agosto.
El Bebé Jefazo: Negocios de Familia triunfa como película de animación infantil. Los niños y niñas apenas le encontrarán pegas y la disfrutarán; eso es lo que realmente importa. Aunque bueno, un servidor la crítica tenía que hacerla.

Desde que vimos como una película infantil sobre un bebé que era empresario ganaba más de 500 millones en taquilla, era lógico que tuviéramos una secuela, aparte de que se creó una serie animada, que no solo extendió el material del libro ilustrado que habíamos visto en casi dos horas, sino que de alguna manera logró crear cuatro temporadas.

Ahora, nos llega " The Boss Baby: Family Business" que su insoluble solución para sacar más plata es: "Oye, ¿y si el Boss Baby fuera un jefe de nuevo?", sí, esa es la base para la segunda parte, que avanza hacia la edad adulta de los dos personajes que vivimos anteriormente (¡aburrido! ¡A nadie le importan los jefes adultos !), entonces para que generé algo divertido y tenga sentido dentro de su propio universo, se agrega una poción mágica para encoger a los hermanos hasta el tamaño que tenían en la primera parte y repetir la fórmula anterior. Cero imaginación aquí.

En sí, la trama es un poco desquiciada y un poco difícil de manejar, pero debería infundir una gran sensación de asombro para los niños que sus padres estén dispuestos de llevarlos al cine.

Al filme le falta carisma, incluso hay momentos muy torpes dentro de lo que viene construyendo la película, intrínsecamente produce algunas cosas bastante divertidas, incluida una secuencia de persecución rápida a través de la pequeña ciudad donde vive Tim y su familia.

Este es un buen ejemplo de cómo el cine nos ha mal acostumbrado a que las películas animadas deben satisfacer a un público adulto.

En esta secuela del film de 2017, los hermanos Templeton ya son adultos, Tim es un amo de casa que tiene dos hijas y Ted es un empresario exitoso pero solitario. Las vueltas de la vida han hecho que se distanciaran, pero un nuevo caso de “baby-espionaje” los volverá a unir. Mirá lo que será el nepotismo que ahora la más chica de la familia, Tina, es la nueva jefa de esta especie de CIA en pañales, y es ella quien les da una fórmula para convertirse en niñatos de nuevo y de esa forma infiltrarse en la escuela de un personaje que pretende volver malos a todos lo bebés.

Yo fui uno de los que disfrutaron mucho de la anterior entrega, por eso me decepciona bastante que ésta no esté a la altura, ni de cerca. Parece que no se les cayó una idea a la hora de escribirla, o tal vez eran muy pocas las cosas que podían utilizar y ya las agotaron. Antes había mucha creatividad a la hora de formular motivaciones y conflictos, ahora ya acuden al simplismo más grande y ni se gastan en explicar cambios (no entre capítulos, sino dentro de esta misma historia).

Todas esas falencias narrativas son camufladas con una gran cantidad de escenas adrenalínicas, persecuciones, peleas, escapes, gags (todo en un código infantil, claro), que hacen pasar rápido de una situación a la otra a través de la acción. Analizando todo esto uno puede darse cuenta de que en realidad ¡es una típica película para niños! Los desubicados somos los adultos que ahora le pedimos a todas estas que nos satisfagan como Citizen Kane.

No es más que una buena opción de entretenimiento para los más peques, y está perfecto que así lo sea. Sencilla, colorida y divertida.

PD: Alec Baldwin la vuelve a romper.

La inclusión de las dos hermanitas Tabitha y Tina y de nuevos personajes articula con mayor dinamismo otra historia de héroes contra el mal. La lucha por proteger a los niños del maquiavélico plan del manipulador Dr. Armstrong, introduce una crítica del todo saludable al sistema educativo que promociona el modo rebaño. Una trepidante secuela en la que se mezclan los mismos ingredientes de éxito y en la que la familia sigue siendo el eje principal que sostiene la animación. Ni siquiera el gran Hans Zimmer se ha querido perder esta producción y ahí está, con su banda sonora surfeando sobre casi dos horas de bebés en acción. De nuevo las aventuras de los Jefazos entretendrán a lo más jóvenes a lo bestia.

www.contraste.info

Segunda entrega de Bebé jefazo, donde nos cuenta que ha pasado con los personajes principales todo este tiempo. Y es que ahora dichos personajes se han hecho mayores.
Curiosamente parece que Dreamworks si sabe hacer películas de animación para toda la familia sin hacer el uso de la inclusión forzadp, que tan de moda se está poniendo y que muchas veces no hace nada bien al argumento de la película....