Las dos y media... y veneno

Simplemente como contrareplica a las idioteces del comentario anterior.
Hay mucha, muchísima gente que se ha reido y se ríe con las películas de los Ozores, Landa, Leblanca, Pajares, Esteso y tantos otros.
Si prefieres cine de minorías, descuartizando gente sin motivo, palabras soezes sin motivo, etc, etc, mejor que dejes de ver este tipo de películas que tan buenos ratos nos han hecho pasar a tantos.
Que no es como "Mejor imposible", pues desde luego que no, pero tampoco pretende serlo.
Por cierto, si dispusieras de un poco de vocabulario no necesitarías echar mano de determinados términos para expresar lo poco que piensas.

La verdad es que un guion como el de esta película, con chistes y situaciones facilonas y sin gracia, hace parecer bueno a Alfonso Paso. El único aliciente para ver este engendro hoy en día es la presencia de José Luis Ozores, de un maduro pero todavía bien plantado Fernando Rey, un joven Fernando Delgado, la música de Augusto Algueró y el estilo de vida del principio de los sesenta, antes de la llegada del turismo masivo, el bikini y la minifalda, que tanto marcarían después el grueso de la producción del director. Ciertamente, cuanto más cine se ve como este, más se valora a Berlanga.

Basta con ver los títulos de crédito para darse cuenta de que se pretendía hacer una película simpática, de humor negro, realizada casi en familia y que los hermanos Ozores estaban aún muy lejos del "copia + pega" al que llegarían en el infame cine del destape.

Sin embargo, se hace muy cuesta arriba intentar finalizar la farsa: el guión es flojo, muy flojo (una especie de Alfonso Paso en horas bajas, que nadie piense en sus mejores obras), las actuaciones muy desiguales: Elisa Montés, parece casi una actriz aficionada y Antonio Ozores se limita a hacer de Antonio Ozores (que tenía su público, no te digo yo que no).

Mucho mejores son las actuaciones de José Luis Ozores, Fernando Rey y un joven Fernando Delgado (¡Fernando Delgado fue joven!), pero todo es demasiado absurdo y los chistes demasiado básicos.

Conglomerado de chistecillos de humor blanco y negro (?) escritos para una mala obra de teatro y que dan como resultado una peor película. Una hora y media de diálogos de opereta entre los que es imposible salvar ni una sola frase. La historia es absurda, el desarrollo es absurdo y el final es absurdo… de todas formas, todo aquel que aguante los cinco primeros minutos de ¿títulos de crédito? merece (como yo) tragarse todo el bodrio que viene después.

No se confundan ustedes, no es porque sea una españolada… es porque es una españolada de mierda. “Los tramposos”, por ejemplo, es una españolada de la misma quinta y merece ser vista.