La vecina de al lado

Cuando una comedia de este tipo arranca sabes que como mucho llegará a entretenerte. Aunque eso no será garantía suficiente para que te quedes ya que en cualquier momento puede surgir un algo que haga que te levantes del sofá importándote bien poco la historieta que nos pretendían contar. En "La vecina de al lado" hay un factor que hace que quieras seguir con ella; y ese detalle por el que le vas dando minutos no es otro más que porque la niña protagonista está buenísima pero con ganas. Un auténtico cañón de veintidos añitos (en aquel entonces) para goce de los amantes de las lolitas cinematográficas. Entiéndase "lolita" como adjetivo cinéfilo fruto del trabajo de Kubrick del 62, y no con la intención argentina para denominar a las peras (que también podría ser, pero no era el sentido pretendido).

Ya que las caderas de infarto, la preciosa sonrisa y la extrema belleza de este angelito rubito mandado a la tierra ha consiguió captar la atención, la peli fue avanzando con este servidor como fiel espectador. Y aunque resulta algo estúpida, se puede disfrutar bastante con ella (esta vez me refiero a la película).

Un mensaje global un tanto sobrante y facilón, pero tampoco creo que pretendieran usar el film para ser lanzado, ni mucho menos era su obligación. Quedó en entretenida, simpática, y gran descubridora de una nueva cara candidata para mi fondo de escritorio.

En toda mi vida he visto decenas de películas bajo el rotulo de "teen movie", desde las secuelas de Porky's, de American Pye, Viaje Censurado, No es otra película Americana (aunque esta es una satira a todo este género de películas), ¿Donde está mi auto?, No puedes comprar mi amor, La chica de al lado (portagonizada por Melissa Joan Hart), Can't Hardly Wait, La dama de Rosa, etc, el común denominador de la mayoría de estos filmes es el presentar a un grupo de adolescenteses, con hormonas en ebullición, lujuriosos y dispuestos a cualquier cosa por el sexo, recurriendo para ellos a situaciones bastante graciosas, pero también echando mano de excesiva vulgaridad o por el contrario este tipo de cintas, trata sobre la relación entre un joven estudioso y tímido, que logra conquistar a la joven más bella de su clase o también se suelen mezclar ambos argumentos.

Dentro de esta maraña de películas existen sólo pocas rescatables, entre ellas Negocios Riesgosos y esta última: La Vecina del al Lado, sobre la cual debo confesar que no me esperaba gran cosa, sin embargo a lo largo de su hora y media demuestra ser una película bastante interesante, sin para ello recurrir a la vulgaridad excesiva, tomando como base un estereotipo bastante usado, la relación entre el muchacho bueno y estudioso que se enamora de la bella y sensual dama, pero lo que realmente es bueno de destacar del argumento son las circunstancias que rodean a esta relación, vale decir el hecho que Mathew (Emile Hirsch) se está jugando una beca para poder estudiar en la universidad, además está profundamente enamorado de Danielle (Elisa Cuthbert), quien a la postre resulta ser una estrella de la industria del cine para adultos, gracias a ello la película alcanza su punto más fuerte, ello complementado con personajes secundarios algo estereotipados.

Quizás el punto mas fuerte de la cinta sea su comienzo hasta buena parte de ella, la forma como son narradas la primera parte de la película, es simplemente excelente, hace recordar a ciertas escenas de American Beauty, guardando las distancias, asimismo es notable como se encuadran los personajes y son descritos, así como sus propias actuaciones, son muy buena, sin embargo sobre el final, la cinta declina en mucho, pareciera que el director pierde la posta y no sabe como terminar y hace caer a la trama en situaciones inverosímiles, no obstante ello no quita mérito a esta cinta.

Qué maravilla de chica. Cada vez que la veo me quedo pasmado. Además actúa bastante decentemente. Encima la película es divertida, tiene sus puntos fuertes y tiene trama y todo. Aunque el final es demasiado corto, algo previsible, y también algo casposo, se deja ver y cuenta con una de mis diosas. Gracias Elisha por existir.

Lo malo de ver estas películas tan chuscas en la tele es no poder alzar el puño en sagrada revindicación de los derechos del espectador y gritar aquello tan satisfactorio de: "¡Devolvedme mi dinero!". Bueno, reconozco que la peli quizás no es tan espantosa como para llegar a ese punto (está un poco por encima de la categoría "infame"), pero tenía ganas de decirlo.

La cosa va, aunque yo creo que a estas alturas todo el mundo lo sabe, de un adolescente pringado (sí, el adolescente pringado de las películas americanas, ese mismo que hubiera sido el rey de las nenas en tu instituto) que adquiere a una nueva y muy atractiva vecinita. Después de un par de conversaciones, parece que surge un cierto interés romántico. Lo malo o bueno, según se mire, es que esta chica, a pesar de que ni en un millón de años podrías jurarlo viéndole la pinta, resulta que es una estrella del porno. Cuando el chico se entera, por un lado le da un telele y por otro, pues siente el comprensible morbillo que pueda decantar tal situación.

Cualquier chiste malo y previsible que se os pudiera ocurrir en relación con este tipo de historia, sale aquí. Sí, amigos, todo el mundo puede ser guionista (malo).

Lo demás es pura comedia romántica bobona y tirando a género fantástico: hay que tener la garganta muy profunda para tragarse según que cosas. Y no son las que estáis pensando, guarretes.

El guión es malo, con un sentido infantil del espectáculo y del humor –recordemos (o mejor no) la persecución en el festival de cine porno de Las Vegas–, con un punto de partida que es una incoherencia en sí mismo –¿una estrella del porno que no tiene otra cosa que hacer que enamorarse del vecinito?– y con la utilización continua de los tópicos de este tipo de cine adolescente; el montaje, caótico y descuidado, busca hasta aburrir el morbo fácil a base de escenas intercaladas que muestran las "calenturientas" imágenes que pasan por las cabezas de los muchachos. Algunos chistes tenían posibilidades, pero están muy desperdigados, y la mayoría copian ideas de otras películas.
Al final no hay crítica social por ningún lado: ni se muestra lo que es el mundo del porno; ni los aspectos más inquietantes de un sistema educativo tan competitivo como el americano –¡pero si el mismo protagonista tiene un póster del tío Sam de J. M. Flagg reclutando soldados en tu habitación!–; ni se incide mordazmente en el concurso de popularidad que es la adolescencia en ese país, tanto si eres un gañán deportista como si eres un genio; ni nada de nada.

PD: ¡Cómo está la tía! ¡Cómo está la tía! ¡Cómo está la tía! ¡Cómo está la tía! ¡Cómo está la tía!