La matanza de Texas: El origen

En mi vida he visto un trabajo más idiota que éste 'sacaperras' disfrazado de precuela; El señor Liebesman, que años atrás nos deleitara con la original pero estúpida "Darkness falls", nos ofrece ésta vez la repetida pero estúpida "Texas chainsaw massacre: the beginning".

No tenía pensado ni escribir una crítica para ella, puesto que gran parte de lo que voy a contar ya está reflejado en otras críticas anteriores y, por otra parte, la vida es muy corta como para gastar el tiempo acordándose de chorradas tan grandes como la película que aquí se trata... pero metrajes hechos a tan mala idea como éste se merecen algo más que mera indiferencia.

En primer lugar, y como ya se ha escrito en muchas críticas anteriores, la cinta sólo se centra en el 'origen' unos diez minutos escasos; durante el set de créditos y poco más, para 'quedar bien' con el espectador, por lo que sus verdaderas intenciones de 'sacacuartos' se ven a la legua.

Por cierto, origen tremendamente creíble, si señor. Vamos, que cosas así pasan cada día.

En segundo lugar, si haces una pelíclula tan plana e imbécil como ésta, en la que no te preocupas por el guión ni el argumento, al menos ten la decencia de cuidar el resto de apartados, como el montaje, la conexión y la coherencia (hay momentos 'de traca' que explicaré en la sección de spoiler) y en tercer lugar (por solo citar tres 'perlas') ésta 'precuela' tan sólo consigue el noble objetivo de destrozar una saga clásica al robarle todo el carisma que le quedaba al mítico leatherface, que devoluciona de monstruo sádico a pelele sin voluntad alguna.

Absoluta falta de originalidad incluso en la selección de las víctimas. Alguien debería decirle a los directores de éste tipo de cine que por muchos morenazos de ojos azules y rubias de tetas grandes que incluyan como protagonistas en el reparto no nos va a dar más lástima cuando los despiecen si antes han demostrado ser unos perfectos 'lelos'. A la altura de "Scream", "Se lo que hicisteis el ultimo verano", "destino final" y demás basurillas a la par.

No puedo comprender que la gente se trague castañas como ésta; Toda la película se basa en los niños bonitos corriendo de un lado para otro y el malo malísimo con la motosierra detrás... Sólo faltaba que hubiesen metido en el cóctel a un perro medio bobo y en lugar de "La matanza de Texas" hubiésemos obtenido un episodio de "ScoobyDoo" (con todos mis respetos a éste último).

Lo que más me dolió no fue pagar las £ 4'50 de la entrada, sino que los encargados del cine no me diesen las gracias al salir de la sala por haber acudido voluntariamente a un espectáculo tan bochornoso...

Bien podían haber gastado el rollo de película en grabar anuncios de nocilla, y la humanidad hubiese salido más beneficiada.

En resumen: Completa vergüenza de película. Querellable. Hace que a su lado "BarbWire" parezca buena.


Mejores momentos: Ninguno.
Peores momentos: Todos.

Marcus Nispel nos dio una alegría en el año 2004, al conseguir realizar uno de los mejores remakes que ha parido la industria hollywodense, superando incluso a la película original del sobrevalorado(nunca me cansaré de decirlo) Tobe Hooper.
Tres años después, y con el objetivo principal de hacer una suculenta caja en taquilla y posterior en venta a costa de los que disfrutamos con un buen slasher, Michael Bay deja en manos de un casi desconocido Jonathan Liebesman(DARKNESS FALLS), darnos a conocer los orígenes caníbales de la familia más salvaje que pudiera existir- y es que no se salva ni uno, están todos para encerrarlos en un psiquiátrico y tirar la llave al fondo del mar... matarile-rile-ron, chinpón(perdonad la gracieta, pero no he podido resistirme)-. Bromas aparte, lo de menos es ese pequeño prólogo que todos los críticos resaltáis, ya que la explicación es burda e incoherente(si todos los que se quedaran sin trabajo montaran una carnicería humana, ya estaríamos hablando de la extinción de la especie), con la excepción de saber como llega Thomas- alias Leatherface- a manos de los Hewitt. Sabemos desde un principio, si se ha visto la versión del 2004, que todos los malos sobrevivirán y, dado que es su origen, que ninguno de los jóvenes desafortunados podrá poner a Jessica Biel y su trupe sobre aviso. Aún así, LA MATANZA DE TEXAS:EL ORIGEN es un más que digno film de terror, que muestra la maldad en su estado más puro, dejando constancia de que el diablo tiene sus reclutas en la tierra y su oficina en el infierno.

- Lo mejor: Jordana Brewster, la familia Hewitt al completo(menuda panda de lunáticos) y la malsana ambientación que envuelve todo el metraje.

- Lo peor: que cosita aquí, cosita allá, te la sabes de pe a pa.

Me he quedado de piedra al leer las críticas, no sólo en esta página, sino en muchas otras sobre la película. No creía que fuera a ser un fracaso para tanta gente.
Sinceramente, a mí me ha encantado la peli, si es verdad que no tiene apenas argumento, pero para mi gusto, las películas carniceras de terror como ésta no les hacen falta tanto tema, lo importante es la impresión y la credibilidad.
Soy una viciada del terror, tanto psíquico como gore, y haber visto esta peli, en el cine por cierto, ha sido una auténtica satisfacción, quedé impresionada por la poca sangre fría del carnicero, tanto por el uso de la sierra, como la manera en que torturaba a sus víctimas y la sensación de estar encerrada en la pantalla. No lo veía, lo vivía!! consiguieron meterme en un ámbito de tanto horror que parecía que era yo la que estaba atrapada en esa mansión.

La peli no da miedo, sólo da sentimiento de horror al ver tanta gente muerta. Da pena.
También desesperación, mucha desesperación, al no saber en qué va a terminar y seguir los pasos de los protagonistas que no consiguen escapar ni de coña de ese sitio.


Luego hay que mirar que está basada en hechos reales. Por tanto, aporta mas horror y desesperación al ser consciente de que hubo gente vividora de exactamente las mismas masacres que vivieron los protagonistas. Los mismos descuartizamientos, decapitaciones, torturas: fueron sufridas.

Muy buena. A mi me gustó.

En realidad el título de "el comienzo" es un pretexto para entregar otra hora y media de gore en estado más puro. Y en parte bienvenida sea esta nueva entrega que remoza y mantiene vivos en la memoria los actos truculentos de la familia Hewitt, obviamente que en estas versiones comerciales se pierde mucho en rigor pero se gana en intensidad y malsano entretenimiento.
En esta protosecuela, se nos introduce en algunos aspectos que desconocemos de esta familia de psicópatas radicada en Texas, y aunque no hay gran desarrollo de personajes, esta nueva entrega encaja perfectamente y se articula muy bien con los filmes que ya conocemos. Ello es un aspecto positivo a la hora de analizar un filme de estas características, al que de antemano sabemos que no le sobrarán elaboraciones en el guión. No obstante, es sumamente llevadera por su alto grado de sadismo y por su perturbada atmósfera lograda en parte por las interpretaciones y por otro lado por su fotografía sórdida y difusa.
No nos olvidemos que aquí no hay lugar para endulzamientos ni para personajes intocables, sino que lo villanos están a sus anchas y manejan tal nivel de impunidad en sus acciones que estremecen. Saludable propuesta a mi entender dentro del pobre u trillado cine de terror moderno.
Violencia, sangre y más sangre, un estupendo R. Lee Ermey en su aporte histriónico, un bestial Andrew Bryniarski como el implacable "Leatherface", y un grupo de actores jóvenes que cumplen en poner el aspecto bonito y "desprotegido" ante tanta repugnancia estética y psicopatías mentales que destilan los moradores de esa macabra vivienda de algún lugar de Texas.

Jonathan Liebesman cierra su particular visión del origen del mito con un plano memorable: Leatherface, sierra en mano, se introduce lenta y literalmente en esa zona de sombra que separa su existencia y la de los suyos del ámbito de lo real, idea esta ya presente en el original de Hooper, que imaginaba el hábitat de los masacradores como un limbo sureño y abandonado (y sucio, y violento) que era la antítesis, febril y surreal, de una sociedad progre y civilizada que les había dado la espalda. Los hijos díscolos de América, detenidos en el tiempo y en el espacio. Este plano, decía, es prácticamente el único atisbo de imaginación escénica que uno puede detectar en esta, a la postre, complaciente e inútil película disfrazada de precuela.

Porque a nadie de los que han trabajado en el proyecto le interesa realmente el porqué de la matanza o la psicología de los asesinos. Lo que les mueve es la sangre como reclamo, el gore por el gore. Liebesman y su guionista no explican nada que no sepamos, se limitan a recordarnos que el bueno de "caracuero" era el mejor carnicero de la región y que la familia en la que recae es un puto manicomio en potencia (desconocemos las razones). Hecho esto, qué más fácil que copiar el esquema argumental de la saga (con apuntes tan desafortunados como la pareja de moteros o la sombra del Vietnam) y activar el piloto automático, anulando así cualquier indicio de autoría o personalidad que hubiera podido afrontar su director.

El resultado es un manojo de tópicos y efectismos que despertará bostezos incluso entre los más acérrimos defensores del tema este de eviscerar adolescentes. Hay, entre medias, algo de humor negro, incluso se busca el guiño cómplice haciendo que el gran R. Lee Ermey pulse las teclas que le dieron notoriedad puteando al recluta Patoso en La chaqueta metálica, pero la sensación de déjà vu es tan grande -y tan constante- que ni estos pequeños apuntes ni todos los litros de sangre del mundo (y aquí hay muchísimos) son capaces de levantar el invento.

En fin, una oportunidad perdida de investigar ese abismo de humanidad y dolor que dejaban entrever los ojos del monstruo en aquel primer plano fijo de la original matanza texana, circa 1975.

Lo mejor: la conseguida atmósfera de gótico sureño e infecto (inspirada en el remake de Nispel, por otra parte).
Lo peor: su esquemático y predecible guión, la escasa imaginación del conjunto.