Los amos del tiempo

Lo que a simple vista parece una película muy desfasada tanto a nivel técnico como de estilo y que parece tener una historia simplona e infantil (muy propias del cine de animación de la época) resulta ser un interesante trabajo, que a pesar de fuertes limitaciones técnicas resulta un trabajo con una fuerte belleza visual e interesantes partes experimentales.

Basada en una novela de ciencia ficción, el argumento parece previsible en un principio, pero resulta no serlo. Sin embargo el ritmo narrativo tiene fuertes bajones y la película no consigue tener la cohesión necesaria. Aunque la animación cumple en casi todo momento y tien alguno de cierta brillantez, hay momentos donde la falta de medios y de técnica empobrecen el resultado final. Interesante, pero algo lejos de ser espectacular, a pesar del hermoso diseño llevado a cabo por el genial Moebius.

"Los amos del tiempo" es el segundo de los tres largometrajes de animación dirigidos por el francés René Laloux, famoso por los diseños surrealistas de sus películas y por su enfoque en argumentos de ciencia ficción conceptual que narran realidades distópicas. En esta ocasión el argumento, basado en la novela "El huérfano de Perdide" de 1958, es una premisa en principio sencilla —el rescate de un niño perdido en un planeta convenientemente llamado Perdide— y con un objetivo claro, pero el largo viaje se complicará con numerosos contratiempos, entre los que se encuentra un príncipe dispuesto a todo para recuperar su tesoro incautado dentro de la nave; mientras la única forma de comunicarse con Piel, el niño perdido, es a través de un transmisor que se convierte en su única compañía en el planeta.

Lo primero que llama la atención de esta cinta es su asombrosa imaginería visual. Los diseños de Moebius recrean un ambiente surrealista fascinante en Perdide, lleno de formas extrañas en un ambiente árido e inhóspito, pero al mismo tiempo con un enorme atractivo. La manera en la que Piel interactúa con un escenario tan retorcido se convierte en la gran baza de la película, y cualquiera de las escenas en las que el personaje camina a través del bosque descubriendo el entorno en el que se encuentra atrapado se cuenta entre lo mejor y más lúcido de la misma. Asimismo, la banda sonora compuesta de sintetizadores es tremendamente atmosférica y acompaña las imágenes a la perfección, dando una sensación constante de desasosiego y perturbación.

Del otro lado de la historia las sensaciones son más irregulares. Sin llegar a convertirse en un fallo, debido a que es una aventura infantil y la ambigüedad no tiene demasiado sentido aquí, los personajes son extremos de heroísmo (Jaffar) o maldad maquiavélica (Matton), y sus interacciones por tanto resultan más limitadas, exceptuando la excéntrica personalidad del viejo Silbad. No ayudan a mejorar esta percepción los dos homúnculos que aparecen a mitad de película y son capaces de leer por telepatía los pensamientos de la tripulación, y no dejan de incidir en ello; aunque sí hacen la trama más divertida y dinámica con sus reacciones y personalidad que choca con la actitud más bien sobria del resto.

René Laloux es el responsable de esa gema absoluta que es "El planeta salvaje", aquí junta fuerzas con esa bestia del cómic que es Moebius, para contar una historia en plan Space Opera o más o menos. En realidad, es una película bastante onírica y abstracta, es parte de su atractivo, pero también lo que la vuelve algo lenta, hacia el final, todo tiene un cierre muy bien pensado y la sensación conjunta es muy satisfactoria, pero a pesar de durar poco más de una hora, transmite la sensación de que dura 3, no deja de ser interesante por eso, pero la verdad es que resulta lenta, es para ver con paciencia. Tiene unas imágenes increíbles y conceptualmente es muy interesante, simplemente hay que tener paciencia. Está clarísimo que los de Cowboy Bebop la usaron como influencia. Vale la pena.

De René Laloux solamente vi hace casi 3 años una de sus obras más conocidas como es 'El planeta salvaje' (1973) y, si bien apenas ya recuerdo cosas, según leo en la reseña que le hice me pareció un filme con aciertos en términos visuales, pero sin ser nada espectacular ni contaba con una historia realmente atractiva. Eso se podría decir sobre 'Los amos del tiempo'.

Laloux pretende contar la historia de un niño llamado Piel (es así, no me lo estoy inventando) que se queda varado en un planeta llamado Perdide donde solamente contará con la compañía de un micrófono que le servirá para comunicarse con los tripulantes de la nave que acuden a su rescate.

Precisamente, el micrófono que tiene Piel es uno de los aciertos del largometraje porque se consigue hacer de un objeto inanimado prácticamente un personaje más ya que llegado a un punto se llega a empatizar con ese objeto cuando se aleja del niño por diversas situaciones y esperaba que no terminara rompiéndose o cayendo en manos ajenas para que Piel pudiese sobrevivir. La historia central sobre el rescate, eso sí, no es nada del otro mundo; no esconde lecciones filosóficas ni nada a destacar.

En la creación de los personajes, escenarios y en parte del guion estuvo involucrado el francés Jean Giraud (artísticamente conocido como 'Moebius') y se nota para bien, pues aunque los personajes en su carácter y maneras no son especialmente interesantes sí que son estéticamente atractivos, especialmente cuando los seres extraterrestres hacen acto de presencia como los homunculi, quienes son además un vehículo de ayuda para el espectador al desvelar las intenciones oscuras de algunos personajes por sus poderes telepáticos.

Me cogió fuera de juego que su final fuese abrupto y que no se pudiese conocer mucho más a los amos del tiempo, seres que hubiesen merecido conocer más a fondo, aunque ya corren los créditos finales dejando un filme entretenido y con un aspecto visual notable, mas con un potencial desaprovechado.