Wolf Creek 2

Antes de comenzar a clarificar lo que he desentramado de esta segunda entrega, recomendaré a todos aquellos lectores que no hayan visto la primera parte, que lo hagan, no tanto porque haya una continuidad que les imposibilite poder seguir el hilo argumental que es del todo inexistente sino más para que disfruten del producto Wolf Creek, y no caigan en el error de ver esta nueva entrega y puedan pensar que la primera es más de lo mismo.

Dicho todo lo anterior, es imperioso mencionar que Wolf Creek 2 es una película que nace para el entretenimiento de todos aquellos que nos gusta el gore, la sangre y las muertes casi sin sentido en el mundo del cine. Quiero pensar también que es un homenaje deleite a todos aquellos que disfrutamos con el campesino paleto de la primera película, el personaje Mick Taylor interpretado por John Jarratt, con tanta fidelidad que cuesta trabajo pensar que en la vida real puede ser otra persona. Es un papel tan acertado y bien interpretado que ya es motivo suficiente para ver el metraje.

Uno de los principales encantos en las películas de Greg McLean (Wolf Creek y El territorio de la bestia), es la lograda ambientación de un realismo inusitado, combinando muy bien la fotografía de Will Gibson, con el que no ha contado en Wolf Creek 2, substituyéndolo como director de fotografía por Toby Oliver.

En esta segunda entrega encontramos el mismo protagonista principal, escenario y gore, el cual se intensifica y se vuelve más explicito, pero se distancia en prácticamente todo lo demás. Una de las cosas más notorias es el hincapié que se hace en la primera película en mostrar el desierto y en el ambiente en calma que le precede, sintiéndose el peso de la soledad y la lejanía de cualquier lugar, logrando una comparación entre villano y territorio muy exacto, afables en un inicio y terribles en la realidad. Dejando sin escapada a las víctimas que encuentran en unos inmenso espacios de desierto una trampa mayor que la guarida que los retiene.

Lo más destacable de esta secuela a parte del ya mencionado actor principal, es un trepidante inicio que es de lo más espectaculares que se ha visto en el inicio de un film en tiempo, y un divertido y original momento al más puro estilo “un, dos, tres, responda otra vez”.

Para disfrutarla como tantas otras, sin tener en cuenta de que film es predecesora.

http://www.terrorweekend.com/2013/10/wolf-creek-2-review.html

Yo que soy una apasionada del cine de terror, tuve que descubrir esta maravilla de película en un festival al que acudí hace poco. Antes de decidirme a comprar las entradas, estuve leyendo varias críticas sobre la primera parte, que no había visto y que vi tras quedarme asombrada con ésta. Todas ellas coincidían en catalogarla como una de las mejores películas de terror de la última década y a su asesino, Mick Taylor, como un firme candidato a entrar en la exclusiva lista de asesinos míticos del cine, como Michael Myers o Jason Voorhees.

El argumento de la película no aporta nada nuevo al género, es un tema más que trillado en el cine de terror. Es el típico slasher, en el que una pareja de mochileros alemanes viaja en este caso a Australia, para disfrutar de todos sus encantos y se acaba encontrando con la peor de sus pesadillas. Lo que hace especial a esta película, es su asesino Mick Taylor. John Jarratt, el actor que lo interpreta, borda el papel. No eres capaz de imaginártelo actuando de otra manera, que no sea como este asesino paleto y con estética a lo Cocodrilo Dundee. Es despiadado, con un sentido del humor muy, muy negro y cuya misión en esta vida es acabar con los turistas alocados e irrespetuosos que vienen a mancillar su querida tierra. En esta segunda parte, vamos a descubrir más aspectos sobre su vida, su casa, sus motivaciones. Siempre quedará para la historia del cine de terror, la secuencia dónde Mick somete a su víctima a un macabro Quiz Show de preguntas sobre historia y cultura australiana, en el que lo que está en juego en la propia vida del chico.
No recomiendo esta película, a personas sensibles y que no les guste el género, ya que hay muchas escenas un poco salvajes y que ponen los pelos de punta. Imposible de olvidar la persecución con los canguros, Impresionante!!
En resumen, una película que hará las delicias de los amantes del cine de terror, que conseguirá que no veas Australia con los mismos ojos, y que cada vez que oigas la risa de Mick Taylor se te helará el corazón.

No es ni mucho menos una cinta que demande de una atención especial, ni tan siquiera destaca por su "atrevido" guión, pero juega tres bazas muy importantes:
1 - No desmerece para nada a su antecesora, y eso es digno de mención por su ya limitada propuesta.
2 - No se pierde en insustanciales introducciones de personajes -o al menos abrevia- y articula rápidamente sus armas para ofrecer al espectador lo que quiere.
3 - El pedazo de trazo que firma su peculiar protagonista, interiorizando un personaje cuya personalidad echamos en falta en la primera parte.

Recuerdo que cuando terminé de ver la primera parte de Wolf Creek me levanté de la silla y marqué el teléfono de un amigo con quien comparto el gusto por este género fílmico. Acababa de ver una de las películas más importantes de terror de los últimos años. Wolf Creek se convirtió en una filme del cual hablar. De hecho el cine australiano reciente ha sido muy generoso al respecto, ante las carencias "aterradoras" del cine norteamericano.
Wolf Creek no está mal. Como secuela funciona a la perfección. A diferencia de la primera, mucho más lenta en su ejecución y hasta poética en su estructura, esta segunda parte está marcada por el vértigo y por el descubrimiento paulatino de un psicópata llamado Mick Taylor. A propósito, grandiosa interpretación de John Jarrat, a quien Tarantino dio un papel en Django y quien por fortuna seguirá haciendo otro Wolf Creek, muy seguramente, como se puede prever.
Violenta, agresiva, con buenas escenas en las carreteras (como repitiendo la fórmula de Mad Max), Wolf Creek 2 es un seguro punto para continuar adelante con la apuesta terrorífica del cine australiano.

Wolf creek 2 tiene el mismo punto de partida que la primera parte. Unos turistas andan por australia y se topan con con asesino implacable.
La primera me había gustado pero no llegaba a explotar demasiado a sus personaje estrella Mick Taylor, el cual ya tiene un lugar en el panteón de los villanos. Ese actor nació para interpretar al cazador, no hay duda.
Esta segunda entrega cuenta con un mayor presupuesto por lo cual hay mas escenas de acción que son espectaculares y abandona el recurso de los encuadres desprolijos para dar mayor sensación de realidad, lo cual le juega a favor.
Cuando todo el despliegue de los momentos de las persecuciones se ve agotado (en camioneta, en camión, a caballo), llega una escena descomunal. La victima ya no puede correr para escapar y tendrá que ser jodidamente simpático tener una chance de escapar y no pasar el resto de sus días en la cueva del horror.
El sentido del humor de Mick Taylor esta a la altura de su sadismo, esta escena es para matarse de la risa y al mismo tiempo te pone los pelos de punta. Brillante
Los cinefilos encontraran en esta película, lo que los turistas buscan en un paisaje nuevo. ¿Porque estas aqui? le pregunta el Cazador a su victima, y se contesta solo "Por un poco de emocion"