Guzaarish

Yo no soy de escribir críticas (de hecho, ésta es la primera), pero he leído algunos comentarios y críticas de esta película diciendo que es un "remake" de Mar Adentro, y tengo que aclarar que ni mucho menos tiene algo que ver con el largo de Amenábar; Vamos a ser serios, por favor, las dos películas sólo tienen en común la discapacidad del protagonista.

Preciosa en el argumento, las interpretaciones, en todo lo que nos transmite a lo largo de su desarrollo, visualmente es sublime, y muy (importante) bien producida.

Guzaarish es una película muy triste, las más triste que he visto en mi vida. Será porque a diferencia de otras películas que intentan transmitir ese sentimiento a base de bombardearnos con tragedias, desgracias y ríos de lágrimas, ésta irradia algo más que al espectador no dejará indiferente.

Un buen cinéfilo verá en ésta una película totalmente original. Y me permito decir: peliculón.

Este remake indio de la película de Alejandro Amenábar, Mar adentro (2004) , llegaba al Asia Film Week, primero con el honor/presión de ser la única película india del festival, pero también con ser un remake de una película española muy conocida por todos. La verdad es que después de verla la sensación es de que has visto una muy buena película, con una dirección, tanto en lo técnico como en la emocional, sublime de Sanjay Leela Bhansali, una fotografía maravillosa de Sudeep Chatterjee y unos decorados también muy bonitos. También hay que reconocerle que si ya en España es difícil hacer una película sobre la eutanasia por ser un tema muy escabroso en la sociedad, en India es el doble de complicado ya que aún son más cerrados en temas de este calado. También me gustaría destacar las grandes actuaciones, sobre todo, de su terceto protagonista, destacando por encima de todos un enorme Hrithik Roshan, con un personaje lleno de matices, ya que pasa de la alegría a la tristeza en pocos segundos y consigue hacerlo muy creíble y para nada sobreactuado. La preciosa Aishwarya Rai también llena la pantalla con su sola presencia y tiene alunas escenas memorables. Por último también me gustaría comentar, que a pesar de ser un remake de Mar adentro, Guzaarish consigue ganarse una entidad propia, con momentos mágicos y sin abusar de canciones que a veces te sacan de la película, cosa por desgracia demasiado común en el cine de Bollywood.

Vivir. Morir. ¡Hay tantas razones en la vida para justificar una cosa o la otra! No existen verdades para todos, pues cada quien forja su propia realidad de acuerdo con el proceso que haya vivido, según la potencia de lo experimentado, y con base en la fortaleza que haya impuesto en cada circunstancia por la que haya atravesado. Se tienen alegrías, tristezas, triunfos y frustraciones, que van pesando en una balanza que, en algún momento se inclina de tal manera, que hace fácil pensar en un nuevo camino a seguir desde ese instante.

Para Ethan Mascarenhas, reconocido como uno de los mejores magos del mundo, la tetraplejia que ahora sufre y la imposibilidad de curarse a corto o a largo plazo, ha inclinado su balanza hacia la decisión de morir en el menor tiempo posible. Para esto, y con la ayuda de la abogada y gran amiga Deuyati Dutta, peleará por obtener el derecho a la eutanasia asistida, pero chocará con las leyes hindúes que no consideran quitarse la vida como un derecho legítimo para nadie.

Entre tanto, la vida de Mascarenhas se va rodeando de gente maravillosa: Primero está Sofía, la adorable mujer que dejó su hogar para dedicarle las 24 horas de cada día desde hace 14 años. Después está su madre, alejada de él por exigencia suya, pero dispuesta a quererlo y a respalarlo en cualquier decisión que su hijo tome. También tiene a su médico, un hombre fiel a la ética de su profesión, pero profundamente conmovido con la situación por la que atraviesa su paciente. Y entre otros, está Siddiqui, el joven alumno dispuesto a revivir el compromiso con la magia que, por tantos años, acompañó a su maestro.

Tomando como base el guión que Alejandro Amenábar y Mateo Gil realizaron como “Mar Adentro”, el director hindú Sanjay Leela Bhansali, impone su personal visión de este controvertido tema y logra un filme absolutamente bello desde la plástica y con algunas notables variaciones que toman su sello particular y dan un importante giro a la que fuera la historia de Ramón Sampedro, siendo ahora la historia de un hombre de oriente, donde la fe y la valoración de la vida poseen sin duda mayor significado.

Por esto, esa puesta en la balanza de los mejores argumentos en favor del derecho a decidir, en circunstancias forzosas, sobre la propia vida. Y, de otro lado, esa apología de la creación mostrando las maravillas que nos ofrece, los regalos que nos da cada día, y el amor que prodiga a quienes saben dar y recibir humildemente.

Bhansali pone, entonces, la elección final en manos nuestras y “GUZAARISH” (La petición, en hindú) se convierte en una obra de arte de reluciente valor humano.