The Terence Davies Trilogy

CHILDREN
Escrutar el mundo de los sentimientos infantiles es siempre difícil, pero cuando un niño ha vivido una infancia problemática, tanto en el ambiente familiar como en el ambiente escolar, parece que sus reacciones están más que justificadas. Pero no olvidemos que se trata de un niño y por lo tanto sus reacciones son imprevisibles. Muy bien tratadas las escenas con una planificación de planos cortos del niño protagonista.
MADONNA AND CHILD
En una educación cristiana los homosexuales tienen grandes problemas de conciencia porque en su religión sus sentimientos y sus relaciones sexuales se consideran aberraciones. Esto es lo que nos muestra en imágenes el director. La utilización del blanco y negro es adecuada para el tratamiento de la historia. Y esa música celestial, así como los rezos nos recordarán la educación recibida.
DEATH AND TRANSFIGURATION
En esta tercera parte, también la más corta, el ritmo se hace más rápido y los planos son más cortos, como reflejando la síntesis de su vida que hace nuestro protagonista ya viejo e inválido en un hospital. Es también la parte en la que el director arriesga más y consigue captar todo el interés del espectador hasta las magníficas imágenes finales.

Esta trilogía es un raro de la ya de por sí rara filmografía de Davies. Con muchos elementos autobiográficos, con cierta repetición respecto a Voces distantes, con el tema de fondo de la condición homosexual del protagonista, es muy notable la sobriedad del relato.Los cambios de tiempo están muy bien integrados y los protagonistas, desde el niño hasta el viejo son también de un realismo trágicamente poético.
Se trata en realidad de una miniserie de 1984, cuando apenas se hacían cosas como esta.