The Rookie (Serie de TV)

Serie donde podemos ver a Nathan Fillion a las ordenes de su director en Castle y se nota bastante. La serie me ha gustado, vista la primera temporada, la verdad me parece una temática poco vista, por que aun siendo una serie de policías no había visto algo similar.
Tiene sus toques de humor, un muy buen reparto que se reconoce en otras series de la actualidad y cada capítulo aporta frescura a las serie.
He vuelto a ver Castle antes de ver esta y Absentia.

Creo que Nathan es un actor capaz de echarse a la espalda este tipo de series y sacarlas adelante.

Es la típica serie de usar y tirar, de ver con cero pretensiones y cero expectativas mas allá de echar el rato, la típica serie que dejas haciendo zapping a la hora de la cena cuando no hay nada mejor. Es entretenida porque es de ritmo ágil y es simpática porque sus personajes caen bien y porque Nathan Fillion en particular tiene ese carisma de tío que te agrada encontrarte en cualquier lado.

Pero no intentes hacerle un análisis serio a una historia que va de un cuarentón que se muda a una mansión playera y se mete a poli y encima resulta ser el más valiente, el más eficaz, el más suertudo, el más ligón... y todo ello sin siquiera quererlo. Esto es televisión tipo años 80-90, formato procedimental básico y personajes arquetipo sin matices.

Después de seis capítulos vistos uno tiene la sensación de que el amigo Nathan tenia que montar algo para lucirse. No es mala la serie, sobre todo técnicamente hablando. Pero en la linea argumental no dejamos de ver muchos tópicos y sobre todo un mensaje de lo peligroso, pero lo "guay" que es ser poli.
Uno de los aspectos que más aplaudo es la coralidad de personajes. Nathan no chupa pantalla en exceso. Y nos encontramos desde la soberbia del instructor de turno, a la debilidad de carácter del rookie de turno.

Se deja ver. La cámara subjetiva y los momentos que pasan en los coches patrullas es de lo mejor. Hay que reconocer que el protagonista hace todo lo posible por caer simpático...y lo consigue.

The Rookie es una agradable serie sobre las vivencias de distintos patrulleros y policías de a pie en la ciudad de Los Ángeles. El punto de partida es la vida de un cuarentón, que, tras su divorcio, decide reinventarse siendo uno de los novatos de más edad en la policía angelina. Guiones entretenidos, buenos personajes, con química, dinámico y novedoso montaje, empleando las imágenes de las cámaras pectorales. Compañerismo policial. Pero también un escaparate para reflexionar sobre los problemas que asolan a la sociedad estadounidense, en especial con su policía, como la violencia, abusos y racismo por parte de algunos de sus miembros. Sin embargo, la serie juega con las cartas marcadas, dominada por los vaivenes mediáticos y el buenismo, mostrándonos una diversidad inclusiva políticamente correcta pero posiblemente alejada de la realidad y edulcorando las situaciones delincuenciales, dentro de una concepción ideológica quizás tendenciosa.
Como todas las series que aplican el libro de estilo de lo políticamente correcto, tienen especial cuidado en el reparto de los protagonistas por género y raza. El elenco principal está compuesto por cinco hombres y cuatro mujeres; sin embargo la alquimia ideológica viene a la hora de asignar etnia. Así, tenemos cuatro blancos, tres afroamericanos, una oriental y una latina ¿es un reparto proporcional a la realidad demográfica? No. Atendiendo al Demographic Reference Data de Los Ángeles en 2017, quienes más abundan en Los Ángeles son los latinos (49 %) seguidos de blancos (27 %) asiáticos (14 %) y afroamericanos (8 %). Bocinazo ¿Y como es el reparto étnico en la LAPD? Según un artículo de LATimes de 2015, prácticamente igual que la de la ciudad. Por tanto, tenemos una exagerada sobrerrepresentación del colectivo afroamericano y, por contra, un evidente ninguneo del auténtico colectivo predominante, los latinos, con un único protagonista. ¿Esta mal llamada corrección política se limita a favorecer exclusivamente a una única minoría? Se llega al extremo que con el fin de no alterar la ecuación racial y de género de la serie, para sustituir a dos personajes –un afroamericano y una afroamericana- fueron reemplazados por ¡oh, sorpresa! otro afroamericano y otra afroamericana.
¿Y cómo tratan a los personajes? El protagonista es un blanco heterosexual y como tal, un privilegiado. De hecho, vive en una mansión que le ha dejado un amigo suyo millonario. Ejerce de “salvador blanco”, concepto acuñado, de manera peyorativa, por los JSW, motivo por el que se disculpará. Otro de los blancos es un abogado, hijo de una familia millonaria. Y dale con los millonarios. Yo no conozco a ninguno, pero en los EE.UU. debe ser común si eres blanco. Ya en la tercera temporada añadieron una chica que vivía en la calle que, junto con el patrullero “fachilla”, compensan estos privilegios. Asistiremos a un ejercicio de empoderamiento femenino, ocupando los principales roles: instructoras, detective y capitana. También se cubrirá el cupo homosexual. Lo que parece que han olvidado son a la gente con sobrepeso¡algo muy estadounidense!
Como serie policíaca, el asunto de la delincuencia es fundamental y debería ser tratado con cierto rigor. Ya en la cuarta temporada empieza a irse de madre, con episodios paródicos o situaciones bastante irreales, como el rescate, cual Delta Force, de unos secuestrados por una narco en Guatemala, o el de la ladrona y su superequipo a lo Ocean’s Eleven. Es difícil mantener la credibilidad como si consiguió “Canción triste de Hill Street”. ¿Y cómo son los delincuentes? Mayoritariamente blancos. Curioso. Incluso las bandas organizadas corresponden a una mafia supremacista blanca y, de manera bastante xenófoba, a organizaciones extranjeras: asiáticos, rusos, narcotraficantes centroamericanos y, rizando el rizo ¡una mafia armenia!. Los malos o son blancos o extranjeros. ¿Y qué dice la realidad? Atendiendo al mencionado estudio demográfico del Ayuntamiento el 52 % de los arrestos son a latinos, el 23 % a afroamericanos y el 20 % a blancos. Según un artículo de LA Times de 13/8/2021 de los asesinatos cometidos entre 1998 y 2020 en los que se registró una descripción de la raza del sospechoso, el 50 % eran latinos y el 34 % negros, mientras que el 4 % eran blancos.. Y si profundizamos en el arresto juvenil –que no tiene porqué ser delito- de cada 1000 jóvenes, 17.2 son negros, 3.8 latinos y 1.4 blancos, según kidsdata.org. A la vista de lo expuesto, sí que se puede pensar que la serie no nos ofrece situaciones veraces, sino que lo que parece ofrecernos es una visión sesgada de la delincuencia en Los Ángeles por intereses ideológicos.
De todas las temporadas (y van 4) la tercera, sin duda, es la más influenciada. Desde la justificación del casi bullying que sufre el protagonista porque sus compañeros de universidad le consideran un indigno por su trabajo, le acusan de espía y de violar su “espacio seguro” hasta el continuo cuestionamiento por parte de activistas y universitarios del cuerpo policial, planteando su disolución. Incluso hay críticas desde dentro del cuerpo, pero solo por parte de los policías negros. Y para ello, nada mejor que incorporar como evidencia a un policía racista como personaje recurrente, que maltratará a las minorías, a su compañero afroamericano y cometerá abusos policiales. Asimismo, descubriremos, junto al protagonista, lo desfavorecida que está la comunidad negra en sus barrios. A los barrios latinos ni se acercan. No existen para esta serie. El problema no es que se traten determinadas realidades, sino como lo hacen. La manera es extremadamente ramplona y demagógica. El policía malo, además de ser racista, es mala persona, cobarde y mal compañero.
The Rookie es una serie entretenida. A mí me gustan sus personajes y vivencias. Pero pienso que la intelligentsia estadounidense trata de manipularnos, como ya hacen en el cine y en los cómics y cada vez somos menos conscientes de ello. Y eso me preocupa.

Una serie que se dejaba ver, al estilo de Castle, entretenida, con algo de moralina pero en cantidades aceptables y que, en su tercera temporada, ha sucumbido al movimiento BLM y hace proselitismo de preescolar.
En mi opinión se han cargado la serie.