Objeto de seducción

Me gustó esta historia tranquila y casi toda dialogando en la habitación de un hotel en torno con una pequeña estatua, valiosa obra de arte, como visagra de todo lo que ocurre.

Lo mejor sin duda es el profundo diálogo reflexivo. Por ejemplo, sirva esta muestra no completamente fiel al guión, simplemente cfr., se puede confrontar que es más o menos así: «¿Por qué crees que los grandes hombres no se han suicidado en momentos de desesperación? Porque sabían que la vida conlleva grandes crisis y que cuando éstas llegan hay que dejar que pasen, manejarlas como pruebas o advertencias que la vida nos otorga con objeto de que emprendamos cambios de rumbo o dirección».

Película para minorías que gustan de cine que hace pensar.

Fej Delvahe

Me parece mentira que esta película no merezca ni siquiera un triste aprobado en la calificación global de los usuarios de Filmaffinity. Por supuesto que no es ninguna obra maestra ni un hito en la historia del cine, pero se trata sin duda de una pequeña joya, una historia de lo más grato, un drama si se quiere menor pero hondo y divertidísimo a la vez. Los dos personajes centrales, el matrimonio ruinoso que forman John Malkovich y Andie Macdowell bordan sus papeles, y en cuanto al tercer personaje... ¡se necesita ser muy lerdo para no sentirse emocionado por la pobre chica sordomuda que trabaja de limpiadora del hotel donde vive la pareja y que provoca el drama!
Ah, y también hay que decir que esta película contiene uno de los homenajes más conmovedores que quepa imaginar a la obra del gran escultor inglés Henry Moore.

Ligera comedia negra interpretada por John Malkovich y Andie MacDowell que conforman una atractiva pareja para una historia que podía empezar como un drama sobre una crisis de pareja y empieza adquirir un carácter más propenso a lo absurdo en su situación planteada.
Los dos actores interpretan a Jake y a Tina. Viven de las acciones que han invertido, pagan sus facturas con la American Express. a golpe de tarjeta de crédito y han establecido su residencia en la lujosa suite de un hotel londinense. Pero las cosas no empiezan a ir bien para los dos. Y su única salvación para seguir en la solvencia es un pequeño pero valeroso busto de bronce que desaparece de su dormitorio.

La preciada joya provocará toda una serie de situaciones irremediables hasta el extremo de que les va a dejar sin ningún penique en el bolsillo, mientras el objeto va pasando por las manos más indeseables, ignorando la importancia de su valor.

Película dirigida por el neoyokino Michael Lindsay-Hogg, que dirigió a los Beatles en el documental musical “Let it Be” (1970).

Hace años que vi esta película, y ya entonces no supe muy bien en que género ubicarla, comedia negra dicen por ahí, la historia es algo enclenque, con toda la trama al rededor de una estatuilla de Hery Moore, que ha desaparecido de una de las habitaciones de un gran hotel de Londres, donde se hospedan Andie Macdowell y Jhon Malkovich.
Pero para mi lo bueno que tiene esta película es poder ver como es la vida de esa gente que vive en hoteles de lujo toda su vida, (el que el hotel este en Londres es fundamental para apreciar la película claro), también el servicio perfectamente reflejado desde el director, a los recepcionistas y las camareras, solo por eso vale la pena verla, además de ver como se las arregla una pareja "adinerada'' con apuros económicos en un hotel de 5 estrellas.

La idea en la que se apoya resulta muy vaga e inconclusa. Posee un desarrollo perezoso, indolente; sin alcanzar propuestas arriesgadas, siempre, desde ese lugar donde se respeta su origen de comedia ¿romántica?.

Andie MacDowell, segura de su momento y belleza, nunca ha sido una actriz destacable; por supuesto, considero que ha manejado su carrera cinematográfica con soltura, gestionando acertadamente cada uno de los elementos con los que contaba.

John Malkovich, treinta años atrás ya había logrado una nominación al Oscar a finales de la década de los ochenta, comenzando a crecer profesionalmente. Me sorprendió, por tanto, que aceptase intervenir en OBJETO DE SEDUCCIÓN, trabajo menor para su destacable talento.

La película nunca despega, manteniendo ese tono liviano con el que tienes la sensación de pérdida de tu tiempo. La olvidaré rápido. Vista 30 años después, solo produce... una ligera curiosidad intrascendente.