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La venganza del hombre muerto

Thriller. Acción Victor (Colin Farrell) es la mano derecha de Alphonse, un mafioso neoyorquino que corre el peligro de ser asesinado por un individuo que está matando a todos los miembros de su banda. Victor conoce a Beatrice (Noomi Rapace), una misteriosa mujer que vive enfrente de él y por la que empieza a sentirse atraído. Pronto descubre que la mujer ha sido víctima de un crimen y busca venganza. Pero también ella averigua que Víctor quiere vengar ... [+]
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Críticas 53
Críticas ordenadas por utilidad
7 de junio de 2013
37 de 37 usuarios han encontrado esta crítica útil
Colin Farrell protagoniza con oficio uno de tantos thrillers bien elaborados pero que pasarán sin pena ni gloria por las carteleras.

Las miradas de los dos protagonistas hacen la mitad del trabajo en la primera mitad de la película, que dosifica muy bien la información que va dando y mantiene la tensión, además de ofrecernos algunos giros que nos cogen desprevenidos. Por otra parte, en la segunda puede parecer que el guión cojea por lo benévolo que es con los protagonistas en algunos momentos clave, pero aun así no se sale de los límites de la verosimilitud.

Los personajes principales son como tantos otros personajes torturados que hemos visto en infinidad de películas, pero aquí la gracia está en su relación vecinal, en el azar, y en la fuerza de Beatrice. Oplev analiza la utilidad y la legitimidad de la venganza y cómo puede esta unir a las personas. El espectador es testigo de cómo se va llevando a cabo la venganza y va sintiendo las contradicciones que plantea a la vez que los personajes.

Podríamos hacer la lista de los secundarios, todos muy en su sitio, pero destacaré a Isabel Huppert, que, aunque solo hace un breve papel muy diferente a los que nos tiene acostumbrados, saca todo el partido posible de los tópicos franceses.

Están de más algunos golpes efectistas, pero vale la pena por los toques de humor y por las escenas típicas de los mejores thrillers, que recuerdan a "Los hombres que no amaban a las mujeres". Esta película no tiene nada que ver con ella y a la vez lo tiene todo.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
oniaaa
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20 de mayo de 2013
25 de 30 usuarios han encontrado esta crítica útil
Niels Arden Oplev, responsable del original sueco “Millenium 1: Los hombres que no amaban a las mujeres” (inmediatamente adaptado en forma de remake por David Fincher), estrena ahora “Dead Man Down”, un mero entretenimiento de aceptable aunque irregular factura, bañado en grandes tópicos y sostenido por una trama perezosa que guía con descaro a sus protagonistas. Colin Farrell encarna a Victor, un sicario que trabaja a las órdenes de la organización de Alphonse (Terrence Howard), criminal que está perdiendo a los miembros de su banda mediante misteriosos asesinatos que siempre vienen acompañados de un oscuro juego: tras cada crimen, una pista, una pieza del puzzle que conforman los trozos de una fotografía. Este hecho pondrá a toda la banda en estado de alarma, buscando con insistencia al autor de lo citado por los más diversos rincones de Nueva York y sumergiéndose en lo más profundo de los bajos fondos.

Hacen presencia algunos de los recursos más habituales (además del propio hilo central) del thriller de paso, como una foto dividida en pequeños trozos que hay que completar, media nota con un acertijo que pretende que su receptor se estruje las neuronas, o la típica pequeña llave de algún buzón o compartimento. Todo aquí está demasiado guiado, masticado, y la total falta de espontaneidad en la trama se reafirma en puntos como el carente de originalidad que hace que sus dos protagonistas principales puedan conocerse (vecinos que se ven de ventana a ventana), el aburrido y estúpido recurso de la pata de conejo como amuleto de la buena suerte (aquí utilizado hasta la extenuación casi como un elemento filosófico de la trama), la típica escena en la que dos de los más importantes criminales se reúnen a plena luz del día en un restaurante justo en la mesa pegada al ventanal principal (lo ideal para francotiradores o quienes quieran fotografiarles), una banda de torpes albaneses en la que todo parece cómico…

Gusta el tratado estético y técnico, con una atmósfera que parece buscar el aroma desesperanzado, caótico y oscuro de “La noche es nuestra” o “Broken City”, y ese retrato del Nueva York menos impresionante (aunque igualmente admirable) que nos muestra los barrios de clase media y baja, grandes urbanizaciones, callejones estrechos, lugares abandonados, puertos, calles muy transitadas pero apartadas de las postales más típicas de la Gran Manzana… También le beneficia el ritmo, sabiendo distribuir bien la acción (nada excesiva, aunque sí muy condimentada en ocasiones), los silencios y las escenas dedicadas a los diálogos (aunque éstos no vayan más allá de una corrección que no deja ninguna frase de interés por el camino). Pero sus personajes principales son planos y las interpretaciones de puro trámite.

Colin Farrell (“Última llamada“, 2002) no abandona el mismo rostro durante toda la película, y aunque podría justificarse diciendo que su papel es el de un hombre apático, no cuadra esa total falta de gesticulación facial, esa falta de sobresalto ante cualquier acontecimiento. Probablemente éste sea uno de los trabajos más rancios que le recuerdo. Me fastidia Noomi Rapace (“Prometheus“, 2012) porque es una actriz de calidad que se entrega a sus papeles sin importarle cómo tengan que retratarla: pese a cumplir con el poco nivel impuesto, da la sensación de ser un personaje desaprovechado y mal perfilado, perjudicado por un guión que se inventa una absurda historia hinchada para ella que bien pudieran haberse ahorrado. Y esto es doblemente delictivo si recordamos que Niels Arden Oplev fue el mismo director que la hizo brillar en “Millenium” con un papel extraordinario. Aunque, claro, allí su personaje estaba bien definido. Me quedo con la credibilidad y seriedad de Terrence Howard, muy acertado en el papel de Alphonse. Dominic Cooper cae en gracia, pero sus minutos son escasos.

Y pese a todo lo dicho y la prepotencia de la BSO de Jacob Groth, que busca aprovechar el recurso de las partituras minimalistas y ruidosas para impresionar, escapando de esto en un par de ocasiones que ofrece bellos resultados, “La venganza del hombre muerto” es una película que entretiene. Que ves sabiendo que tiene un montón de defectos y que sus virtudes no son lo suficientemente fuertes, pero que te mantiene en la butaca sin aburrirte y que incluso en ocasiones se permite el lujo de reírse de su propio argumento con algunas escenas intencionadamente paródicas. Si las pretensiones no son muchas y uno está dispuesto a verla sin creer que asistirá a algo más que un inocente thriller, puede servir para cubrir los minutos y devorar las palomitas en una aburrida tarde de domingo.
Sandro Fiorito
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29 de mayo de 2013
18 de 19 usuarios han encontrado esta crítica útil
¿Cuántas veces nos habrá pasado eso de sentirnos estafados con una película que no superaba ni de lejos las expectativas que nos había creado su tráiler? Demasiadas. Pero… ¿Y el caso contrario? Hay ocasiones en las que los avances son tan torpes que te disuaden de ver el producto que sus responsables te están intentando vender y que incluso te lo pintan como algo totalmente diferente a lo que en realidad es. Esto pasa mucho con el cine español pero también con lo que nos llega de Hollywood, como es el caso de Dead Man Down (La venganza del hombre muerto), el desembarco americano de Niels Arden Oplev, director de la versión sueca de Los hombres que no amaban a las mujeres.

Fíjense cómo es la cosa que el tráiler español del filme se las arregla en el escaso minuto y medio que dura para destripar el argumento a la vez que hace un montaje rápido de las dos o tres secuencias de acción que componen el filme, dando la falsa sensación de que nos encontramos ante una cinta de acción en la línea de las muchas que Jason Statham estrena al año. Así, los fanáticos de la acción pura y dura se sentirán un tanto decepcionados cuando descubran que la historia tiene más que ver con el encuentro taciturno de dos almas mutiladas, que quizás encuentren en el otro la paz que intentan alcanzar sucumbiendo a sus ansias de venganza, que el clásico 'Shoot’Em Up' que esperaban encontrar.

Aunque puede que también acaben interesados en la relación que se establece a través de palabras parcas, gestos sutiles y miradas inquisitivas entre un contenido Colin Farrell y una radiante Noomi Rapace, quien sigue estando igual de bella pese a que en la película se empeñen en retratarla como un ‘monstruo’ por las cicatrices de su cara. La conexión entre ellos se cocina a fuego lento ante la benevolente mirada de Isabelle Huppert, que encarna a la madre de ella. Son esos momentos de complicidad entre dos individuos atormentados los mejores de una película con ecos del tono gris, deprimente y oscuro de los thrillers provenientes de los países nórdicos.

Lástima que la historia, que gira en torno a un elaborado plan de la clásica venganza sangrienta y taimada, desemboque en uno de esos tiroteos que ilustraban el tráiler y que funciona tanto como peaje para introducir el filme en un ámbito más comercial como para resolver la trama de forma rápida, fácil y tan previsible como todo lo que concierne al personaje de Dominic Cooper. En definitiva, Dead Man Down no será una de las películas más recordadas del año pero tampoco merece un ninguneo absoluto.
Blanch
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3 de abril de 2013
11 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
No llego a comprender como estando el dubstep tan de moda (lo podéis escuchar entre otras cosas en el 80% de anuncios de videojuegos) hemos tenido que esperar tanto tiempo para poder ver una ensalada de tiros como dios manda a ritmo de esta música enviada por el diablo. Con lágrimas en los ojos me acordé por un momento de la escena de Matrix (la primera, por supuesto) con Trinity y Neo corriendo por las paredes. Lástima que esta escena tan buena durara tan poco.

Vamos ahora a meternos en faena. Si bien la idea de la expugnación de los demonios internos a través de la venganza no es algo nuevo, aquí hay algo más. Aunque; tanto lío de nacionalidades, tantas tramas cruzadas ¿Para? El resultado final del guión queda algo pretencioso y excesivo.

La verdad es que queda solventado con una dirección con pulso, clavado a la butaca estaba yo, e incluso pegué algún salto con pequeños sustos. Y un ritmo lo suficientemente rápido como para que no te pares a pensar en las fallas de la película, que no son pocas. Definitivamente NY es la ciudad sin ley, ni un coche de policía a pesar de las docenas de cadáveres. Y por otra parte ¿A qué viene ese empeño de mostrar a los involucrados con la droga como unos tipos muy duros con muchas armas y no menos balas? Creo hay que evolucionar y dejar atrás esos estereotipos simplones.

Estéticamente muy correcta, tiene un tufillo a The Town (Ben Affleck, 2010) que me gusta mucho.

Pasando a las interpretaciones, ¿Colin Farrel húngaro? (madre mía Hollywood, nunca dejarás de sorprenderme). Terrence Howard muy en lo que le toca; mafioso sudamericano que desconfía y merece morir por cruel. Y Noomi Rapace haciendo de ex-belleza (para gustos los colores) TRÁGICAMENTE desfigurada en un accidente de coche. En mi cabeza siempre la recordaré en Millennium 1 en esa escena de... "sexo" (SÍ, todos sabemos de que escena hablo).

Id a verla pero tampoco con muchas ansias, no vaya a ser que esperéis más de lo que realmente es.
ness
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23 de junio de 2013
9 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Aunque esta película no tiene nada de original la puesta en escena, el director Niels Arden Oplev y el trabajo del reparto elevan este thriller por encima de la media.
El guion se entiende muy bien desde el principio. Arranca con una secuencia, de hechos y acciones, en el interior de un coche, Darcy (Dominic Cooper) lleva en brazos a su hijo recién nacido y habla de amor y redención, de la necesidad de tener a alguien, mientras Víctor (Colin Farrell) escucha y da a concebí, sin soltar ni una palabra, que está padeciendo un problema interno, y que quiere creer en las palabras de su amigo. Esta conversación va a ser fundamental en todo lo que va a suceder, aunque evidentemente el espectador no lo sabe aún, lo que sí queda claro es que al director le preocupan sus personajes, y desea hacerlos cercanos y afines; no tiene prisa en meter la acción. Esto no es usual en el cine comercial presente y ello se agradece. Pero no puede evitar dar al público lo que se supone que pide en propuestas de este tipo: un espectáculo cargado de pólvora y sangre. Hay un detalle curioso, y representativo, del momento actual de las relaciones internacionales; es que esta historia criminal implica a varias nacionalidades.
El guion de esta película (J.H. Wyman), gira en torno a dos personajes heridos, Victor y Beatrice (Noomi Rapace), apresados en una hélice de violencia y venganza. Parece que ha tocado fondo sus vidas, no hay futuro para ellos, solo les espera sufrimiento y muerte, aunque no tienen nada que perder. Hasta que se conocen y se permiten soñar con la esperanza de una segunda oportunidad. La relación entre ambos es lo más inspirado de la película y lo que mantiene el interés hasta el final.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Xufero
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