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El testamento del Doctor Cordelier (TV)

Intriga Basada en la famosa novela "The Strange Case of Dr. Jekyll and Mr. Hyde" de Robert Louis Stevenson. (FILMAFFINITY)
Críticas 4
Críticas ordenadas por utilidad
12 de junio de 2010
23 de 28 usuarios han encontrado esta crítica útil
Se presenta a sí mismo… en modo narrador, y nos introduce el relato desde un plató de TV (las similitudes con el “Hitchcock presenta” surgen lejanamente, así como la preocupación por la duración de la toma, como en “La soga”, asunto que es también referencia inevitable y recurrente a la hora de hablar de esta película).

No es gratuita la introducción televisiva, en todo caso, puesto que durante el metraje el director francés indaga -desde la configuración de la escena y las actuaciones- en las relaciones “teatro-cine-televisión”, jugando con unas interpretaciones de acusado tono teatral -por su histrionismo gestual- y estirando la continuidad del plano hasta el final del speech de turno. Esa dilatación de la escena es muy televisiva por su claridad expositiva. El tríptico lo cierra el uso de gran cantidad de cámaras que permitieran luego un montaje con primeros planos más al modo cinematográfico para completar la grabación.

La cinta, por ello (plano largo, montaje destinado al detalle…), es de una tremenda sencillez. Sin embargo, esa simplicidad visual, unida a una historia con la archisabida y enésima tensión entre el instinto y la razón, y una caracterización del personaje principal algo escueta, provoca cierta falta de interés y una eterna sensación de déjà vu a medias naïf y a medias cartón piedra.

De resultas de todo esto, la peli me llega desde cierta puerilidad más allá del análisis al que se presta sobre la gestión de actores y su ubicación en el tempo de la escena. Una obra “maldita” de Renoir que se gana con creces esa condición y calificativo.

Y sí, revisión de Jekyll y Hyde. Cuestión que, ´per se´ y sin saber yo bien por qué, ya me generaba cierto desinterés. Seguramente por su entroncamiento excesivamente obvio en el universo Renoir.
Bloomsday
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27 de septiembre de 2014
12 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es sabido que El testamento del doctor Cordelier adapta la novela corta de Stevenson "El extraño caso del Dr. Jekyll y Mr. Hyde". A estas alturas la obra ha adquirido tal fama que es materialmente inconcebible que pueda haber un solo lector que ignore, al enfrentarse al relato, que Jekyll y Hyde son en realidad la misma persona: esto arruina el suspense y la sorpresa que eran quizá posibles para un hipotético lector originario, pero permite que el lector actual, incluso en un primer acercamiento a la obra, sea consciente de su refinada estructura narrativa -que esta película (realizada para la televisión) sigue con mayor fidelidad que las restantes adaptaciones cinematográficas que ha conocido.

Por ello sería equivocado (y desde luego decepcionante) ver esta película como obra de suspense: la única incógnita que le resta al espectador es la de saber cómo los personajes, y en concreto Maître Joly (un nombre irónico, ya que el personaje, auténtica contrafigura de Cordelier, nada tiene de “bonito”), llegarán a darse cuenta de que Monsieur Opale y el doctor Cordelier son en realidad la misma persona. Tampoco el encuadre en el género fantástico parece pertinente, y desde luego Renoir (a diferencia de Jerry Lewis en su propia adaptación, tan estilizada y colorista) no muestra ningún interés por las escenas de transformación. El relato de Stevenson le sirve en realidad al director francés como excusa para plantear una sátira social, una reflexión ética.

Como La regla del juego, El testamento del doctor Cordelier comienza mostrando los entresijos técnicos de una retransmisión -en este caso televisiva-, y en concreto la llegada al estudio del propio Renoir, que es quien inicia la narración de la historia como si se tratara de un suceso reciente, ocurrido en una pequeña ciudad de la banlieue de París. El relato de Renoir sigue en off mientras la cámara nos adentra en esa población y nos presenta a las dos figuras principales, Cordelier y Joly, en el momento en que el primero entrega al segundo, notario y amigo suyo, un extraño testamento. Como en las películas de Bresson, o en Una historia simple de Marcel Hanoun, la imagen funciona en estos primeros minutos como una especie de desdoblamiento del relato hablado, reiterando los detalles que este acaba de expresar.

Renoir, como cineasta clásico, profesó siempre la claridad; pero sin caer en la evidencia inerte ni renunciar a la expresión de la duda o el misterio. En esta película, que parece concebida como su propio testamento artístico (aunque después rodara otras dos), sintió la necesidad de no dejar ningún margen de ambigüedad: el relato se cierra con una pregunta, que es en realidad una respuesta, dirigida a los espectadores: “¿no es acaso la parte de Cordelier la más bella de todas?”
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
el pastor de la polvorosa
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2 de noviembre de 2011
7 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
A Jean Renoir hay que darle todo el mérito de haber realizado una versión moderna, trasladada a un escenario que no es el de la novela original, de la sempiterna historia del Doctor Jekyll. Un gran mérito el suyo. Buena película de verdad El testamento del Doctor Cordelier. Que si bien es una traslación a su Francia contemporánea del mito del doctor y sus experimentos, para nada, como sucede en otras mutaciones temporales, cae en lo grotesco o en el desvarío. Para nada, Renoir crea una versión bastante decente y competente, unos personajes, como el transformado, muy creíble (¡e incluso simpático!) en apenas hora y media que atrapa al espectador desde el comienzo de la película.

No es una gran obra porque en el camino se deja algo de lo que traslaciones temporales y de espacio siempre se deja, pero la intensidad de las imágenes, ya desde el primer “ataque” y la maestría de Renoir para darle casi siempre un nuevo enfoque a su cine, compensan tales pérdidas. El testamento del doctor Cordelier te atrapa. Renoir con un thriller de los suyos lo consigue. Buena nota para esta su incursión en el cine negro-thriller.

Mención especial para la relación que se genera entre el notario Joly y el doctor Cordelier y Opal, nombres estos dos últimos trocados de los originales para esta versión de 1959. Y sobre todos los actores, ese grande del cine francés, Jean Louis Barrault, a quien su carrera como gran mimo galo ayuda a explicar algunas cosas de las que he visto en su interpretación. Gran papel el suyo. Vayan para él, pues, los mejores elogios.
cassavetes
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9 de noviembre de 2023
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Esta libre adaptación del inmortal de Stevenson ("El doctor Jekyll y Mister Hyde") es, con rotundidad, de lo peor realizado por el gran Renoir (quien presenta al inicio la película desde un estudio de televisión). Nada convincente, algo tosca y huérfana del aliento poético de su autor, solo la interpretación de un esforzado Barrault cabe consignar más allá de lo más discreto y varado.
kafka
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