Charlot, falso dentista (C)

Charlot no es precisamente un buen ayudante. Lo único que hace bien es coger la escoba. El verdadero dentista tiene cara de dentista. Y las formas son de un gran dentista. Pone el gas de la risa igual que el mejor dentista de tu ciudad. ET juega a ser dentista tras la ausencia del titular y el primer cliente es un mujer. La mujer nunca será igual tras pasar por las manos del suplente. Charlot, falso dentista no deja de ser un corto experimental en busca de la perfección. La perfección sería pocos años después.

Este corto también conocido por "El gas de la risa" fue producido en los estudios de cine "Keystone Studios" de California donde Charlie Chaplin comenzó su carrera, en la que también lo hizo otro genial cómico de cine mudo, Harold Lloyd.

Si os fijáis se rodó en un tiempo de guerra y ahí estaba nuestro pobre vagabundo haciendo de las suyas para sacar una tímida sonrisa a las gentes de aquella época durísima, pues bien en ese año de 1914 rodó 35 cortos creando su personaje de Charlot un 7 de febrero de ese año y habría que esperar hasta 1940 con la película "El gran dictador" para ver su primera película sonora.

En este corto Charlie Chaplin es guionista y director y su papel es de ayudante de un dentista que aprovecha la salida de su jefe para suplantarle y galantear a una bella paciente que tiene que soportar como Charlot le pellizca la nariz con los alicates con los que se saca las muelas.

Para mí la parte más divertida es la que hace Mack Swain como transeúnte en la calle y paciente en la consulta mostrándonos su arsenal de muecas. Charlie Chaplin lo eligió como coprotagonista para la excelente película La quimera del oro.

Sencilla historia en la que no falta el enredo argumental ni un fuerte componente de slapstick durante todas la proyección.
Se estrenó en junio de 1914 por parte de los estudios de Keystone y C. Chaplin figura acreditado como guionista, como director y como protagonista.
Diversas chanzas llenan la pantalla y se emplea una comicidad de tipo primario en que lo visceral -también la inmediatez- proporcionan el verdadero sentido a la historia.
Para regocijo de los espectadores entregados a la causa.