Presos

Llega a Costa Rica un nuevo filme propio con una línea de reconocimiento internacional y dos premios en su haber (Mejor película y Mejor actriz en el Festival de Santander). Esta vez, quien se sienta detrás de la producción es Esteban Ramírez, director ya reconocido en su territorio por sus anteriores trabajos: Caribe (2004) y Gestación (2009).
Ahora es el turno de “Presos” que narra la historia paralela de Victoria (Natalia Arias) y Jason (Leynar Gómez). Ella es la típica joven que busca la forma de sobrevivir con los pocos recursos que tiene a su alcance. Una vez consigue su nuevo empleo, entra en contacto con el joven, amigo de su jefe, quien permanece recluido en un centro penitenciario.
A simple vista se puede pensar que el rumbo de la historia es una excusa fácil para presentar el lado malo de las cárceles o una historia decorada de amor. Sin embargo, Ramírez va más allá y se adentra a la vida cotidiana de la cárcel, donde se observan seres humanos que han fallado y siguen con sus debilidades tratando de llevar una vida mejor.
Pero también afuera existen otro tipo de presos, y ahí es cuando el título toma vigencia por su pluralismo. Caminan en supuesta libertad personas que son ofuscados por su falta de recursos, sus rencores y por vivir para otras personas.
Lo que se dice es simple y sencillo de interpretar, gracias a una visión que capta la naturalidad y las expresiones de sus personajes. Los dos actores principales son excelentes a la hora de cumplir con el guion, y en general, las demás actuaciones están por encima de lo que se ve casualmente en el país, aunque algunos personajes se sienten de relleno.
Todas las situaciones que se plantean en el filme no están amarradas del todo y se sienten un poco dispersas, no obstante, se debe reconocer que la estructura y estilo se mantienen siempre lo que ayuda a llegar al excelente final que posee. A nivel técnico (sonido, fotografía…) se siente una mejora, con pocos desperfectos, pero cumplen lo correcto.
Esta es una nueva oportunidad para seguir evaluando el progreso del cine nacional. Y por lo visto, se puede asegurar que va caminando por buen lugar. Como costarricense se puede salir satisfecho del cine y sentirse identificado con los pequeños detalles que tiene esta película sobre su país, aunque su mensaje puede transmitirse como algo universal.

Calificación: 8 (Muy buena, recomendable)

Viniendo de ganar a mejor película y mejor actriz en Santander, y siendo ya la tercera película de Esteban Ramírez, el filme Presos ya tenía algunas expectativas que cumplir, y dentro de las inocencias de nuestro cine hay que aceptar que el filme cumple bastante bien esas expectativas, Ramírez logra lo que para este servidor es su mejor filme, bien cohesionado narrativamente y sobre todo con unos minutos finales que resultan de lo mejor que se ha hecho en el país, Ramírez logra buenos momentos en la pantalla, orquestado por dos buenas actuaciones principales que dan más naturalidad a la propuesta, hay algunas decisiones que tienen que ver con el guion y su verosimilitud que no terminan de encajar, así como algunos personajes secundarios olvidables y reciclados, llenando de momentos relleno lo que debía ser un desarrollo de su línea central, sin embargo el filme cumple bastante bien, entretiene sin tener que usar recursos torpes y se nota el esfuerzo estimable de Esteban y todo su equipo de trabajo, esperamos

Tercer largometraje en la carrera del realizador costarricense Esteban Ramírez, un director con un claro entendimiento de su labor, que sabe sacar el máximo provecho a los recursos disponibles siendo la forma de representar con imágenes su labor más destacable, tanto con Caribe (2004), como con Gestación (2009) y con la presente obra cinematográfica.

Ramírez nuevamente se deja acompañar en la labor del guion en esta ocasión escrito junto a Walter Fernández. La trama se centra en el momento en que Victoria (Natalia Arias), una chica “pulseadora” que busca salir adelante en su vida, conoce a Jason (Leynar Gómez), un joven que está preso en una cárcel.

La idea del proyecto es dar a entender (cuestión expuesta por sus propio realizador) que se está ante personajes que viven presos en el contexto en el que están, tanto físicamente como es el caso Jason como metafóricamente como es el caso de Victoria, nombre que por cierto no es nada aleatorio. De esta forma se van anunciando las dificultades que ambos tienen en sus entornos, como intentan sobrellevarlos y aunado a esto el fortalecimiento que se hace en el lazo entre ambos.

Ciertamente Ramírez también aprovecha que el film se desarrolla en un centro penitenciario para visibilizar la labor de los reclusos, más que un discurso panfletario vacío, da muestras de un humanismo tanto personal como familiar de estas personas. Más allá de lo fácil y evidente que resulta presentar los graves problemas que existen en un espacio de ese tipo, que sí lo hace pero esto era algo totalmente de esperar.

Otro punto en el que se acierta en esta película en las actuaciones, el dúo protagonista se encuentra a la altura, trabajo sólido, incluso el de Natalia Arias ya reconocido -así como el film- en el Festival Internacional de Cine de Santander. Los secundarios en términos generales correctos, más que todo eran personajes del común con papeles que se notan muy naturales, sin mucho esfuerzo.

A pesar de la buena construcción general de la película y de decir que se está ante un trabajo bien logrado, cabe señalar que el guion palidece en varios tramos, si bien el conflicto se arma de forma bastante efectiva (aunque un poco tarde en el relato), alrededor de éste hay cosas que no terminan de presentarse de una forma atractiva, un tanto ingenua lo cual le llega a afectar. El desenlace, si bien predecible -al menos para mí- resulta ser un plus que da para hablar.

Un buen trabajo el de Esteban Ramírez, bastante satisfactorio, felicidades a todo el equipo de trabajo, hay cosas por mejorar pero se nota el esfuerzo, el trabajo serio y pensado.

Terminando de ver la película costarricense “PRESOS” (2015) de Esteban Ramírez con Alejandro Aguilar, Natalia Arias, Rocío Carranza, entre otros. Lo positivo es lo técnico, la producción tiene buenas cámaras y operadores, hay un buen trabajo en la puesta en escena, que muy curiosamente, obtuvo el permiso del Gobierno de La República para rodar en locaciones reales, ojala así fuera para todo realizador nacional, y presumo que es para dar una “percepción” a la muy mala situación penitenciaria que acá se ve de reojo, siendo un filme que se llama “PRESOS” La historia posee muchas lagunas: Hizo falta ahondar en las justificaciones a los problemas existentes, tanto personales como familiares, pues apenas son nombrados, para lograr empatía hacia los protagonistas, tomarles cariño, sentirlos, y hacerlos cercanos; pero tal parece que se quiso rechazar a la protagonista en una historia políticamente incorrecta, que no tiene pies ni cabeza, a pesar que pueda estar basada en un caso real. La edición, los cortes entre escenas, las transiciones son muy bruscas, el avance en la narrativa es demasiado apresurada; el encuadre es muy frontal, y se debió utilizar planos más amplios/generales, no tanto “close up”, primer/primerísimo plano. La dirección de actores es correcta, sin embargo hay alguno que otro fallo en la continuidad. Considero que la historia más interesante, era la del preso y su vida en el penal, y no la historia de amor que al final, no queda en nada… no se sabe cómo terminan, y deja solos a los personajes y sus sentimientos, después de haberlos acompañado por 97 minutos, ese detalle me pareció de muy mal gusto. Pero un dato interesante, es que la obra fue inspirada por un documental realizado por el padre del director, y que debería, como tantos otros filmes nacionales, ser parte de la programación regular de los canales. Al verla en TV, el uso del lenguaje a veces era censurado, por ejemplo los “hijueputas” y a veces no, vamos, este reclamo va para la televisora; pues así se habla en el país. Resumiendo que es gerundio, lamentablemente la doy por NO RECOMENDADA
NO tendrá nota en Lecturas Cinematográficas.
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