El Drogas

Es difícil, por no decir imposible, sustraerse de la impronta que ha dejado el “alma mater” de Barricada en la memoria de los que vivimos nuestros mejores años, o peores según se mire, con su música como banda sonora de nuestras“fechorías”. En Euskadi y sobre todo en Navarra eran auténticos ídolos aunque por esas extrañas carambolas del destino yo los vi por primera vez en Madrid, junto a “La Polla Records”y “Hertzainak” en un evento organizado por la radio y colectivo ecologista Onda Verde en el paraninfo de la Universidad Complutense como presentación de lo que se empezó a denominar Rock Radikal Vasco y en el que estábamos “cuatro” gatos. Entre los que nos acercamos algunos éramos de Errenteria, Oiartzun, Markina y gente de Iruña a los que se sumaron el ala más reivindicativa de la universidad, estábamos pocos, pero fue un fiestón y las bandas estaban en su mejor momento.

El documental de Natxo Leuza nos muestra a un calmado y reposado Enrique Villarreal que da un repaso escueto pero honesto al mito que le ha acompañado durante casi toda su vida y que a diferencia de lo que podíamos pensar, no tiene su origen nada que ver con el uso de sustancias estupefacientes, sino con el aspecto físico que tenía desde muy joven y realzado por su melena.

Hay bastante de acto de liberación en el documental, de redención personal y de ajuste de cuentas con la que fue su banda Barricada y de la cual sostiene firmemente que le echaron y desde luego a cualquiera que vea el film no le va a caber ninguna duda de lo que dice, porque si algo transpira “El drogas”en las distancias cortas es una honestidad que cala muy hondo en quien le escucha.

Enrique Villarreal es feliz ahora con su familia, su militancia y apoyo decidido a la recuperación de la memoria histórica, así como con su banda Rhythm & Blues Banden con la que ha recuperado las buenas sensaciones que había perdido ya en Barricada.

Es un documental honesto que se pasa sin darte cuenta y con una banda sonora que habrás cantado hasta desgañitarse si naciste allá por los años sesenta.

Mediante este gran personaje, y cantante, antiguo cantante de Barricada, se va conociendo durante la época de los 60 a los 80 las manifestaciones y protestas que hubo después del franquismo y luego nos situamos en el corazón de este personaje visto por él y grandes personajes de la música nacional como los cantantes de Marea, Berri Txarrak, Fito Y Rosendo.
Nos va mostrando la historia de este personaje y toda la complicidad que tiene y evolución del grupo y sus historias que evolucionan con la historia de sus letras que van unidas a lo que entra en su corazón como la memoria historia que es importante para él.
Se nos hace corto pero esperemos que siga con sus conciertos e historias este mago.

Enrique Villarreal Armendáriz, cuyo apodo da título a esta película, es un artista de quien conocíamos bien poco, pero este documental nos adentra no solamente en su carrera, sino también en su vida personal y lo más interesante, en su forma de ser y de pensar.

De este modo, con su música de fondo en todo momento y con una elocuencia avasalladora, los admiradores del cantante y bajista del grupo Barricada podrán conocer por dentro a su ídolo, y quienes ignorábamos su existencia tendremos la oportunidad de descubrir un músico emblemático y único que marcó una época llena de éxitos, altibajos, amistades rotas y amores físicos, platónicos y artísticos. Todo esto en apenas ochenta minutos en los que el ritmo narrativo y rockero no decae en ningún momento.

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Con Enrique Villaroel "El Drogas" (1959) parece cumplirse aquella máxima de: "los viejos rockeros nunca mueren. Claro que algunos pasaron a categoría de mito entre otras cosas porque murieron jóvenes. "El Drogas" apodo que le viene por sus "pintas" mucho antes de que todo tipo de sustancias estupefacientes pasaran por su vida como la de tantos otros, sigue incansable en la brecha más allá de los casi 30 años que ocupó el puesto de bajista, vocalista y líder de "Barricada", el grupo que formó allá por 1982 y del que acabó expulsado en 2011, según su versión, apenas dos años antes de que el propio grupo se disolviera tras el fallecimiento de su otro líder Javier Hernández "Boni". 
Y a su mayor gloria el pamplonés Natxo Leuza se estrena en el largo documental. La cosa le ha salido prácticamente redonda. Ha sabido salirse de los clichés de cabezas parlantes, ha imprimido ritmo musical al metraje y ha sabido contextualizar la realidad social en la que el Drogas se formó como artista y como persona. Un Drogas que como dice el director se le pilla en un momento de bienestar personal, espiritual y artístico para poder reflexionar sobre su vida pasada sin ira por los momentos malos y poder disfrutar de "las brasas del próximo incendio" palabras del propio Drogas.

El montaje es sobresaliente. El perfil de bonhomía y honestidad de este abuelo poeta y rockero que se niega a jubilarse y filosofa sobre la vida es entrañable, si bien es cierto que Leuza pasa, como se a escrito, de puntillas por sus sombras que como todo hijo de vecino las tendrá.

Servidor fue un poco precoz en esto de la música y mis mitos se encuadran en la edad de oro de los setenta. En los ochenta cambie el foco de la música por las artes escénicas y me perdí entre otros a Barricada. Siempre es un buen momento de aceptar la invitación de este documental para recuperarlos. Larga vida al rock and roll.

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Siempre he sido un fanático seguidor de El Drogas como líder de Barricada. De hecho, tengo todos los discos de Barricada hasta el "Latidos y Mordiscos" de 2006 que como era en directo y ya tenía otros directos no me lo compré (a partir de entonces más directos y recopilatorios se sucedieron sin cesar). Hasta adquirí "La Venganza de la Abuela" que fue un proyecto de El Drogas fuera de Barricada en los años noventa (buen disco por cierto).

Es más, la canción "Mañana será Igual", me inspiró de tal manera que escribí un guion de cine que acababa con la susodicha canción. Escribí el corto y posteriormente hice un curso de cine y mi guion titulado Angustia fue elegido para rodarse.

Mandé emails a Barricada para explicarles que usaba su canción en mi corto de cine y alguien del equipo de Barricada me dio el visto bueno y me contestó en nombre de los líderes del grupo de forma amigable y positiva. No obstante, años después, y cuando ya YouTube era el gigante que es hoy hubo problemas para que la canción se escuchara (puedes descubrir este corto titulado Angustia en mi blog principal Ser un Tusitala y en YouTube y en mi libro: "The Adventures of Halcombe Norilsk and other gripping tales" hablo de esta experiencia asimismo).

De resultas, tenía muchas ganas de ver este documental y saber más sobre mi admirado El Drogas pero este documental me ha decepcionado profundamente.

Tras su marcha de Barricada, El Drogas dejó de ser esa estrella de rock tan poderosa y se transformó en un artista polifacético y se ha convertido en un icono de la izquierda vasca que considera a Navarra como parte indispensable de su proyecto de nación y de la izquierda navarra que ve con simpatía la cultura del País Vasco.

De hecho, al comenzar el documental se habla de que el año en el que El Drogas nació también lo hizo ETA como si fuera un hecho histórico. Del mismo modo, se indica la visita del escritor Ernest Hemingway a Navarra que elevó a Pamplona al estrellato internacional que todavía mantiene por sus encierros y corridas de toros de las que era un apasionado como si esto también tuviera mucha relevancia histórica.

Sin embargo, un artista de la talla creativa y tan alternativo y original como El Drogas no debería hacer referencias a la organización mafiosa terrorista asesina con ambición política ETA ni a la fiesta nacional española por excelencia, las corridas de toros, en las que se tortura y asesina gratuitamente a un animal que desearía estar en el campo pastando. Estas dos referencias le hacen más daño que otra cosa.

Es más, la canción de cierre del documental es la más paupérrima y peor escrita de la brillante historia creativa de El Drogas. Artista que en la actualidad no me convence en absoluto aunque que Barricada se atreviera a tocar y dar conciertos sin él siempre se me antojó una auténtica vergüenza y barbaridad.

Este es el punto clave en mi opinión de este documental. Era una oportunidad de oro para que El Drogas explicara lo que sucedió ya que un grupo de la talla de Barricada con su excelsa historia dejó de contar con su miembro clave pero su explicación empero es simplemente el título de esta crítica: "Me echaron de Barricada"

Me negué a ver a Barricada en directo sin El Drogas (los he visto en directo muchas veces) ni a escucharlos sin su presencia pero sí que seguí con atención las múltiples entrevistas que Barricada dio sin él explicando su versión de lo sucedido.

Recuerdo perfectamente como el gran amigo de El Drogas, Boni, explicaba que tras un año sabático Barricada tenía que volver a tocar pero El Drogas no quería y se obsesionó tanto con el disco "La tierra esta sorda" y cambió tanto que sus canciones ya no representaban a Barricada pero no decían que le habían echado en ningún momento sino que fue algo acordado.

Nunca se aclaró lo sucedido pero se explicaba que El Drogas y Barricada se llevaban tan mal que estaban muy peleados hasta por los derechos de autor etc.

Por eso que El Drogas simplemente diga aquí: "Me echaron de Barricada" es directamente una pena. Y es que por ejemplo siempre se ha dicho que El Drogas no se habla con otro miembro clave de Barricada, Alfredo Piedrafita, al que se ignora e incluso se minusvalora repetidamente en el documental.

Creo sinceramente que los responsables del documental tienen más ganas de presentar a El Drogas como este icono del pueblo pamplonés en el que se ha convertido desde que dejó de pertenecer a Barricada que en explicar el alcance musical que este gran artista representa (la discografía de Barricada esconde joyas musicales del rock de primer nivel)

Además, las intervenciones de otros músicos ajenos a Barricada son tan insustanciales e insignificativas que hubiera sido mejor no haber contado con ellas y que por ejemplo se hable de esta canción que tanto me inspiró "Mañana será Igual" desde una óptica feminista es verdaderamente desternillante y hasta penoso.

Este no es un buen documental. No tiene mucha calidad cinematográfica. Barricada (y más tras la reciente muerte de Boni) merece un documental en profundidad y El Drogas algo mejor.

Si al menos hubiera explicado lo que sucedió con Barricada lo consideraría interesante pero como simplemente indica: "Me echaron de Barricada" mi nota solo puede ser negativa.