Unidad 42 (Serie de TV)

Hoy en día, sepultados entre innúmeras plataformas multimedia e infinidad de propuestas de visionado en cada una de ellas, es difícil decidir qué ver a continuación. FilmAffinity nos ofrece un punto de apoyo basado en el criterio de otras personas que ya han visto (o no...) el título en cuestión. Así que ver una ficha con pocas valoraciones y una única crítica (negativa) no invita al optimismo. Si, aún así, vencemos a la pereza y a la opinión mayoritaria y le damos una oportunidad a ciertos productos, más allá del primer o segundo capítulo en el caso de las series, podemos encontrarnos con pequeñas y agradables sorpresas como esta "Unit 42".

Es cierto que no es una serie demasiado dinámica pero tiene la ventaja de solventar el misterio planteado en cada capítulo al final del mismo mientras mantiene una trama de relaciones personales interesante y no exenta de sentido del humor. Los crímenes tienen siempre un trasfondo tecnológico muy actual en cuanto sirve también como denuncia implícita del uso (y posible abuso) y exposición en redes sociales e Internet, tratando de paso aspectos como el terrorismo islámico, la corrupción politica y policial, las relaciones sexuales extremas, las implicaciones éticas y los riesgos en los avances en tecnología médica o la vulnerabilidad técnica producida por la hiper conectividad.

Ah, y además supuso que haya descubierto a la cantante local Lisza, de la que suenan un par de canciones, en los títulos de crédito de sendos capítulos.

En definitiva, una serie que no entusiasma pero tampoco defrauda y que merece ser tenida en cuenta a pesar de sus bajas valoraciones.

... para tomarse en serio esta serie policiaca.

Yo lo siento, pero es que Bélgica es un país con una de las policías mas ineptas de Occidente, donde no reconocerían a un terrorista ni aunque se lo pusieran delante de las narices con un cartelito de “Se busca” y donde (y esto es totalmente cierto) no solo hay zonas de Bruselas donde los polis no se atreven a poner los pies sino que tiene leyes que impiden a la policía entrar en una casa entre la puesta y la salida del sol... y ahora van y se nos ponen en plan estupendos, resolviendo crímenes “tecnológicos” con una unidad policial especial dirigida por el típico y tópico poli con problemas personales y una “hacker” mas lista que el hambre (¿les suena?) con el añadido políticamente correcto de una colaboradora sorda. Pero claro, sin los medios y la soltura de las series estadounidenses y con unos protagonistas sin carisma, unos diálogos soporíferos y una falta de dinamismo y acción absolutas.

No he pasado del segundo episodio. Netflix cada día tiene mas morralla en su catálogo. Le doy un 3 por haberlo intentado pero...