El último show (Serie de TV)

He visto apenas el primer capítulo y la verdad me ha llegado. La premisa es muy simple: un vistazo a la persona, al ser humano, al drama personal detrás de quien vive de hacer reír. Un Marianico formidable te atrapa desde el primer momento, y la sencillez de esta historia, repleta de verdad, lo que permite conectar con ella inmediatamente, es la propuesta.

Los escenarios y la fotografía, impecables. El elenco muy bien seleccionado a falta de ver qué pintan ciertos personajes en la trama (repito, solo he cisto el primer capítulo).

En fin, una serie sencilla, sincera y muy emocional desde la primera escena. Sin aspavientos. Hoy en día, entre tanto "quiero y no puedo", se agradece.

La historia es tan vieja como la mismísima profesión del cómico: o la larga (y tragicómica) historia de la profesión de actor. El interminable relato -e infinitas veces repetido- de un gran cómico y actor consumido (a nivel profesional, que no personal) por el incontestable tirón de popularidad cosechado por un personaje de ficción. Marianico el Corto es la creación de Miguel Ángel Tirado. Pero Miguel Ángel Tirado es un actor mayúsculo. Y para demostrarlo únicamente se vale, además de la inmutable mirada del clown triste, y en 8 magníficos episodios, de un inmejorable coro griego compuesto (casi) íntegramente por la mejor selección abarcable de actores y actrices aragoneses -la mayoría zaragozanos- de 3 generaciones: José Lifante -como don Luís Buñuel, un fantasma onírico pariente del Humphrey Bogart/Jerry Lacy de 'Play It Again, Sam' (1972)-, Luisa Gavasa, José Luis Esteban, Itziar Miranda, Laura Boudet, Armando del Río, Laura Gómez-Lacueva, Pablo Lagartos, Ruben Martínez... etc.
Ken Appledorn ('Arde Madrid', 'Refugiados') se consolida -y cada vez lo hace con más fuerza- como otro de los actores de reparto que asoman el hocico con progresiva asiduidad en la ficción nacional, y que son capaces de dotar de naturalidad a cualquier personaje -y eso que el suyo, como el del joven Denis Cicholewski, tiene, por lo menos al principio, bastantes papeletas para caer gordo-.
El humorista Jose María Rubio Barragán aporta la risa agridulce, y el necesario alivio cómico (y esperpéntico) corre a cargo de Álvaro Morte, Santiago Alverú o, en el último capítulo, un aragonés ilustre: Manolo Kabezabolo.
Tanto a Álex Rodrigo -creador de la serie- como Carlos Val alternan equilibradamente un tono híbrido entre el pesimismo cínico y cafre de David Trueba ('¿Qué fue de Jorge Sanz?') y el buenrrollismo edulcorado de Antonio Merceró (padre e hijo).
Produce Aragón TV. Y está disponible en HBO desde el 17 de Abril.

No es fácil encontrar una serie donde se conjugue la nostalgia con el humor de manera notable. "El último show" encuentra en Miguel Ángel Tirado AKA Marianico "El corto", al personaje perfecto, por su forma y fondo, para protagonizar la serie. De entre los ocho capítulos es cierto que puede bajar el nivel en alguno, pero en conjunto se acerca a la intención que tienen los directores de hacernos recordar y reír, sonreír más bien. El primer episodio es un ejercicio de nostalgia que creará adicción incluso en aquellas personas que desconozcan la existencia del gran Marianico. Un constante homenaje a Aragón y a sus gentes, a una España olvidada por la modernidad, pero sobre todo, a una humanidad que parece totalmente perdida en algunos momentos. Ante la vacua modernidad, más Marianicos.

Homenaje a los cómicos televisivos que pulularon por la Tv en la época anterior a internet y que terminaron en muchos casos malviviendo y haciendo sesiones triples en hoteluchos de Benidorm. Una generación de cómicos que sacó muchas risas y buenos ratos a varias generaciones de familias españolas. Desde la nostalgia y la memoria estos trabajos siempre son bien recibidos mientras quedemos interesados en verlos, ya que las nuevas generaciones acostumbradas al tiktok y otras mierdas les sonará rancio, recordar a esta gente nos acerca y nos reconcilia con el mundo. A nivel particular Marianico el corto siempre me pareció un humorista muy malo, con el que solo se reían las abuelas del "no te rías que es peor", pero Miguel Ángel Tirado con una interpretación real y sincera, bajo una dirección notable y un acertado guion nos deja a un Marianico de leyenda, un personaje entrañable que habrá que recordar aunque sea desde la ficción y el drama.

Era una serie con buenas críticas y que esperaba con muchas ganas.
Atendiendo a cómo la vendían esperaba una comedia dramática, y la verdad es que se prestaba a ello, pero no, es un dramón y de los gordos.
Como bien dice la otra crítica, abundan los momentos innecesarios, que a su vez se hacen largos y pesados.

Marianico se limita a ser un alma en pena, y a deambular constantemente con cara de acelga, esperando la muerte, y que hasta los espectadores deseemos que ésta llegue pronto.

Su nieta me pone muy nervioso, no se si es ella o el personaje en sí, además de que su trama en la historia no aporta nada a la serie. Recita sus frases sin más y te entra ganas de poder darle un soplamocos para que espabile porque parece la versión infantil, aún más triste, de Marianico.

El amigo de la nieta.... que decir. No se si el chaval es así o qué le pasa pero tiene toda la serie la misma cara de "no sé que hago aquí" y encima cuesta bastante entender lo que dice.

El novio de la ex y el "hijo" pues más de lo mismo. Más tristes para sumar a la serie y encima los hacen rematadamente tontos por alguna razón que desconozco.

La serie se hace muy plomiza, con muchas escenas que sobran pero que se han metido con calzador y que hacen que el concepto en sí de la serie, que era la película que quería hacer Marianico sea al final lo menos importante y casi de lo que menos se trata, y casi que da igual lo que pase con ella.

No le pongo un 1 porque a nivel técnico la verdad es que no puedo ponerle pegas.