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Los conspiradores del placer

Animación. Comedia. Fantástico. Drama Una serie de personajes dan rienda suelta a sus inimaginables placeres carnales haciendo referencia a Freud o El marqués de Sade, y haciendo uso de la masturbación, fetichismo, bestialismo, etc. (FILMAFFINITY)
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Críticas 7
Críticas ordenadas por utilidad
14 de noviembre de 2008
32 de 34 usuarios han encontrado esta crítica útil
Utilizamos la palabra "enfermo" con demasiado tranquilidad, especialmente dentro del terreno sexual. Svankmajer, con toda la inteligencia y sabiduría del mundo, viene a relativizar no tanto este concepto como el de "normalidad". Este aparente catálogo de perversiones no es tal, aunque esté lleno de perversiones: es, sencillamente, el más lúcido y convincente canto a la libertad individual que yo haya visto en muchísimo tiempo. Un canto facturado desde una idiosincrasia inconfundible e incorruptible: la de un autor que concibe su arte desde las entrañas (de su propio pensamiento) sin importarle el qué dirán. Al final, por muy perro verde que quieran verle, su cine acaba hablando de todos nosotros.

Los conspiradores del placer es la arriesgada pirueta conceptual que un amante del erotismo como Svankmajer plantea en un intento por desacralizar opiniones, desmenuzar tópicos y humanizar obsesiones y filias varias. Su visión del sexo pasa, con transparencia, de lo incomprensible y bizarre a lo puro y humano. El momento exacto en el que esto sucede se sitúa mediado el metraje, mediante una transferencia de las distintas parafilias sexuales que es la que dota de sentido a toda la película, haciédola grande y necesaria. Es decir, atenta contra la categorización (a menudo cualitativa) del placer reivindicando una idea básica: que todo placer es uno sólo, independientemte del modo en que se produzca. Todos somos iguales al experimentar un orgasmo*.

Los dibujos de los títulos de crédito -matizo: reales, no confeccionados para la ocasión por el director- tienen su razón de ser por esto mismo: es la forma que tiene Svankmajer de tomar a la Historia de aval para defender su tesis, formulada con perspicia y recurriendo a un sentido del humor negrísimo que ya es marca de la casa.

Una película muy saludable.

Lo mejor: la sutileza de su mensaje.
Lo peor: que la gente la confunda con una simple marcianada.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
nachete
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12 de enero de 2010
8 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Me lanzo al abismo, el fin de esta película y rescato a los asesores profesionales que aparecen citados tras la pantalla negra. Leopold Sacher-Masoch, el marqués de Sade, Sigmud Freud, Luis Buñuel, Max Ernst, Bohuslab Brouk. Ellos y el juego, ellos y la inspiración, ellos y la autocomplacencia.

Me desvío por un atajo al inicio, las litografías carnales que argumentan la futura inquietud del cuerpo, la imaginación y el conocimiento.

Queda el sendero, la vida de hombres y mujeres que viven en su intimidad y materialización el placer personal. Personajes enlazados por el absoluto mutismo abren un abanico completo de interrogantes, pues cada uno de ellos esconde pasiones irrevocables y difíciles de comentar con palabras propias, para sentir o gozar en álgidos momentos de expresión.

Los objetos van cobrando vida completa mientras los hombres minimizan su control para dejar paso a sus íntimos e ínfimos deseos, necesidades básicas recompensadas con estrambóticos métodos y utensilios.

Nos encontramos con atrevidos pasajes en un camino de imaginativas y poco convencionales situaciones. De nuevo Svankmajer juega con el protagonismo de los objetos muertos dotándoles de personalidad en una irracional historia con una única base en la que sobra todo contacto dialéctico, vivir para el placer.
mnemea
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13 de julio de 2010
6 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
¿Hay alguna manera de hacer alguna película en la no se diga ni una sola palabra y te tenga todo el rato en tensión?, bueno preguntárselo a Svankmajer.
Este peculiar director checo se convirtió en uno de mis directores favoritos al descubrir esta peculiar pero inteligente película.
Tras haber dirigido otras adaptaciones como Alicia en el país de las maravillas o Fausto u otras historias populares como Otesanek (cuento popular checo) Svankmajer quiere mostrarse y mostrar uno de los temas que tanto le obsesionan, el placer y el erotismo humano.
Tras haber creado su propio lenguaje surrealista, Svankmajer se arriesga con un tema un tanto delicado, el placer humano y sus “perversiones” sexuales.
A medio camino entre el surrealismo y el realismo, Svankmajer narra una historia un tanto surrealista pero con unos personajes y un entorno tan reales como la vida misma.
Una serie de personajes se cruzan en un momento determinado y a partir de ahí darán rienda suelta a su imaginación, Svankmajer nos plantea una pregunta, ¿qué es el placer y hasta donde llega la perversión?
Recuerdo una frase de Woody Allen donde decía que la sexualidad es una abanico de infinitas posibilidades, y a este punto quiero llegar al igual que Svankmajer, la riqueza de posibilidades del placer humano pero estamos reprimidos a causa de factores sociales y sobre todo religiosos de las cosas que son buenas y malas.
Este peculiar director checo nos habla de ello en esta serie de historias a cual más surrealista y extraña pero también se palpa algo de real en ellas.
Esta es la genialidad del cine de Svankmajer, tiene algo extraño que uno no sabe como explicar, tiene algo que al momento te atrapa, un lenguaje especial que te encanta o te horroriza, en mi caso, me fascina.
Es cierto que las personas que conocemos el ambiente y la vida de los países ex-comunistas podemos entender un poco el realismo que muchas veces Svankmajer intenta mostrar, a muchas personas les podrá parecer un tanto decadente pero créanme, él si que muestra la auténtica Praga.
En mi opinión es el mejor largometraje de este director pues calcula los elementos a mostrar sin llegar a ser excesivo, muestra todas sus obsesiones y elementos buen calculados, sin exagerar y sin abusar de ellos.
Sin duda la película que más me fascina de él.
manuel
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15 de octubre de 2008
8 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
Por si no había quedado claro con su fantástica versión de Alicia en el País de las Maravillas o su macabro poema al Marqués de Sade en Silení, Svankmajer se reivindica con esta obra como un creador único, arriesgado y ante todo como uno de los más prestigiosos enfermos mentales del mundillo del cine. Ya desde los títulos de crédito queda claro que no vamos a encontrar algo racional: dibujos emulando cuadros clásicos, como la Gioconda, pero modificados para que representen escenas de sexo de lo más cómicas.

Lo que sigue son varios personajes que se mezclan en una historia fragmentada, tipo Amores Perros, mediante un argumento donde todos acaban coincidiendo en algún punto, si bien ninguno se conoce directamente entre sí. Absurdamente divertida y extrañamente cómica, considerando que es un material extremo y que, de no tratarse de un cineasta reconocido, seguramente le habría valido la entrada en algún hospital psiquiátrico de Checoslovaquia al señor Jan Svankmajer. Curiosa sin duda alguna, aunque no garantizo que vaya a gustarle a cualquiera...
Caith_Sith
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26 de agosto de 2021
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
308/18(20/08/21) Surrealista comedia negrísima creada por el cineasta checo hace un cuarto de siglo (../../ 1996) por Jan Švankmajer, en su tercer largometraje tras de Alicia y Fausto, ambos desplegando su vena artística para la animación bien sea con marionetas o el stop-motion, siendo este que me ocupa el primero en que trabaja con personas reales, aunque en el devenir del mismo introduce técnicas de animación (marionetas aparecen a los 50 minutos, cuando los modelos respectivos del Sr. Pivoine y la Sra. Loubalova cobran vida. Este último toma un látigo a semejanza de su inquilino, ata el facsímil de su casera a una silla mientras se agita con el atuendo de pollo antes de aplastar la cabeza del muñeco con una piedra). Obra embestida de tintes malsanos en el reflejo de las represiones sexuales ocultas que todos (pero todos!) tenemos, en este caso jugando con el exceso que es como mejor llega la realidad. Film que de modo silente (nunca hablan los personajes), la banda sonora se surte ingeniosa y dramáticamente con sonidos ambientales híper-realistas en lo descriptivo, así como introduciendo discordante música operística y sinfónica, que en comunión con las secuencias produce una sensación grimantemente rara. Aquí todo se expresa ágil y fluidamente a través de sus actos, indagando en los fetichismos y debilidades humanas de sus más bajos instintos que nos acercan al cine de Buñuel, al que precisamente da él director las gracias en un sobreimpresionado final (también agradece a Sigmund Freud, Max Ernst y el Marqués de Sade). Un metraje extraño, perturbador, incisivo explorando las sensaciones críptico-eróticas que muchos perciben en donde otros no sienten nada. Ello componiendo un sub mundo de personajes interconectadas por sus pasiones veladas, desarrollándose todo con un sentido del humor seco y adusto, creándote incluso incomodidad al hacer la mueca por lo mórbido de muchas de las escenas, moviéndose entre los masoquista y lo patológico, habiendo cabida para peces, chinchetas, plumas, pelo, uñas, un traje de pollo, bolitas de pan, púas, animatronics mezclados con imágenes de telediario, todo un catálogo inagotable de ‘perversiones’ sexuales, que en realidad creo radiografían nuestra propio aislamiento y escasa capacidad de comunicación entre la multitud (incluso con el claro símil de vivir estas pasiones ocultas en el armario, literalmente), puesto que todos estos actos son en solitario (retrato de seis personas, pero cada una con su búsqueda del ‘placer’ por separado), un conjunto de obsesiones extrañas, pero que no hace más que mostrar lo complejo de la naturaleza humana, sus propia individualidad y diferencia con los demás, la palabra ‘normal’ es algo surrealista.

Estamos en Praga: Hay un hombre, Peony (Peter Meissel), que colecciona revistas porno, pollos (le pide a su vecina, la Sra. Loubalova [Gabriela Wilhelmova] le sacrifique un pollo) y paraguas, y con los tres elementos creará un traje de pollo; La señora Loubalova alberga en una ceremonia cuasi rreligiosa llevada a cabo en una cripta a la luz de las velas, primero azota y luego ahoga una efigie que parecee emular a Peony, sumergiendo repetidamente su cabeza en una palangana; Un quiosquero, Kula (Jiri Labus), está enamorado platónicamente de una presentadora de telediario, y para ‘estar’ más cerca de ella crea un aparato mecánico en comunión con la tele para tener sensación de estar abrazado a ella; La presentadora Sra. Beltinska (Anna Wetlinska), está obsesionada con poner sus pies en un barreño con carpas que le acaricien y chupen los dedos de dicha extremidad (incluso mientras está en el telediario); El esposo, el comisario de policía(Pavel Novy) de la presentadora oye música de ópera cada vez que encuentra tapas de cazuelas, cada vez que se roza con dedos de látex, cada vez que le acarician uñas; Y tenemos a la cartera del vecindario (Barbora Hrzanova), obsesionada con hacer bolitas de migas de pan, llegando a ensoñar que se las introduce por la nariz para luego expulsarlas. Esta funcionaria es la que parece marcar el día de ‘Los conspiradores del placer’, le manda una nota al primer tipo poniendo en la misma ‘Domingo’; A pesar de ser personas que viven sus ‘placeres’ solas, parece haber un tipo de hilo que los une invisiblemente, cual logia, ello se desprende de miradas y gestos entre ellos, incluso hay una interconexión diáfana que recuerde (igual hay más), como que las bolitas de pan llegan alimentar a las carpas.

El director nunca trata su film como algo sensual o sexy, lejos de situaciones excitantes, todo nos es reflejado como juegos individuales que solo producen placer a estas personas, pero difícilmente trasladable a otras mentes, explorando en ello nuestro propio sentido de seres únicos (para lo bueno y malo). Un examen con tintes abstractos de la mentalidad convulsa humana, de claras resonancias freudianas (seguro hasta cinta hubiera maravillado al psicoanalista austriaco), enfrentando en su metraje el puritanismo proveniente de nuestra sociedad de cultura judeo-cristiana chocando con las perversiones sexuales que todos atesoramos.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
TOM REGAN
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