Irresistible

Lo tenía casi todo, una gran actriz, Susan Sarandon, capaz de levantar ella solita la película, una historia que prometía muchas cosas, la actriz revelación de la temporada, Emily Blunt (El Diablo Viste De Prada), el siempre eficaz Sam Neill, una factura alejada de los grandes estudios idónea para jugar con libertad sin tener que caer en tópicos…

… pero a la media hora todo empezó a decaer, pudiendo haber jugado mucho mas con los múltiples temas que la trama iba dejando abiertos, todo comenzó a tomar un rumbo a lo absurdo, en ese momento debió ser cuando el perro de la directora se zampó las últimas páginas del guión y la pobre mujer (primeriza en esto de hacer películas) no supo hacer más que inventarse ese espantoso final.

Lo mejor: La insinuante escena del baile entre Sarandon y Blunt, de haber seguido por ahí todo hubiera sido mejor.

Lo peor: El final.

En esta infame basura nos encontramos con el declive de dos actores antaño interesantes: Susan Sarandon (que va bodrio tras bodrio en los últimos tiempos: "Elizabethtown", "Alfie" o "Bailamos" por citar algunos) y Sam Neill (hundido desde que hiciera la estimable "En la boca del miedo" de John Carpenter) y a eso le añadimos a la chica que hizo una mediocre pero alabadísima interpretación en "El diablo viste de Prada" y ya tenemos el reparto para que la directora nos perpetre su continuas idas de cabeza en forma de desvario ridículo.

Porque ya no solo es que esto sea un telefilm, que por supuesto que lo es, sino porque todo el asunto de los búhos o lo de las avispas por citar algunas cosas, no tiene sentido además de que las sospechas de Sarandon hacía Blunt son cuento menos delirantes y risibles. No nos encontramos en esta película ni un solo minuto digno de elogiar, solo nos encontramos toda una lección de como aburrir al personal. Por lo menos, esta mierda dura poco aún con los siempre interminables anuncios (porque esto solo lo pueden echar un sábado o un domingo por la tele en Lapena3 o Penecinco).

Y es que la directora, que contó con un guión escrito por su perro, no consigue en ningún momento que te creas las obsesiones de una desquiciante Susan Sarandon, ya que su trabajo en la dirección es para ir por detras de ella y acuchillarla en plena calle sin que nadie de la gente que pasea por la calle se preocupará por ella y la dejaran tirada desangrándose.

En fin que hay que huir de ella como de la peste y si os encontraís de casualidad con ella, ni siquiera verla durante 1 minuto pues con 1 minuto de esta bazofia habreís perdido más del 50 % de vuestro cerebro. Más recomendable resultaría tragarse toda la filmografía de Christopher Lambert sin haberte drogado antes.

Como esta película se han hecho a puñados. Desde el principio ya sabes quien es la mala , lo único que te falta saber es por que motivo intenta volver loca a la otra.... si a eso le sumas un pseudosuspense muy trillado te da esta película.

En fín, clichés más que conocidos, argumento requeteconocido, no aporta nada nuevo.
Pese a todo esto està entretenida, sobre todo al final y la salva la gran interpretación de Susan Sarandon.

A ver: Domingo por la tarde, hora de la siesta, despiertas y en la tele, que has dejado encendida, un telefilme de esos completamente previsibles de familias amenazadas por odios, amores y pasados ocultos...
Lo que no sé todavía es como la Sarandon se metió en este sarao, que sin ella, probablemente, habría pasado completamente desapercibido y yo, por ejemplo, no la hubiera visto.

Lo que parecía podía haber sido una buena historia se convierte en un absurdo, aburrido, inverosímil y decepcionante bodrio. Sin alma, no convence en ningún momento y el despiste al que induce el argumento (¿hay argumento?) acaba por sacarte de quicio.

Totalmente prescindible.

Susan Sarandon, como siempre, fantástica, aunque sobradísima en esta cinta que le viene pequeña.