Sangre en el ruedo

Película para olvidar como otras tantas del mismo corte que pulularon por la pantalla patria de los 50 y 60 como extensión del ruedo patrio, cine para entretener con figuras del toreo como el Cordobés y otros tantos acompañados de fabulosos actores que componían una cuadrilla de lujo para el lucimiento de estos.
Los clarines del miedo 1958 también con Paco Rabal haciendo un papel inolvidable, el de torero Aceituno, una de esas excepciones al cine de toreros sin figuras con actores dibujando un panorama distinto cargado de dramatismo de una realidad pálida y dura, con un final austero sin la rimbombancia de las restantes de las series donde el torreo compra el cortijo a su madre. Cine que vale para el toreo o para otra de las disciplinas de la vida.
Pero para olvidar esta cinta como se olvidaron de la figura incipiente torero que aquí aparece. A Teruel ni le convocan ni le evocan. De Madrid, Madrid, pocos toreros en la historia habrán alcanzado el estatus de figura como Teruel. Sus números en Las Ventas cantan: cuatro puertas grandes, 34 tardes, 17 orejas.
Olvidado Teruel porque no olvidar también esta melodramática cinta mediocre donde Rabal que le da cierto atractivo por su profesionalidad y buen hacer pueden ser un revulsivo por si alguien alguna vez se siente motivado a verla de nuevo. Bodalo es un actor como la copa de un pino, pero no lo veo, no acabo de creérmelo a pesar de su voluntad. Lo de Closa es aun peor, con esa pose fantástica que tiene de gran actor, que lo era acapara la pantalla con una magnitud pocas veces vista en nuestro cine. Aquí tienes esos momento y otros no tan lucidos por que quizás su papel se le escurre como el agua.
La olvidare tras estas lineas.

Distraído pero no muy conseguido film del mundo del toreo, que en los años sesenta abordó el cine español con desigual fortuna, pero dentro de unos parámetros de más bien mediocridad.
En este caso sucede lo mismo puesto que al fin y al cabo es un drama (no llega a dramón) por un hecho doloroso y desacertado acaecido quince años atrás, que todavía no ha sido cerrado ocasionando el odio entre antiguos amigos y descendientes... o quizás no, quizás en este último apartado se encuentre la esperanza hacia una ansiada reconciliación.
Lo mejor de la película es el buen elenco interpretativo, con parte de lo mejor del cine español del momento, sobre todo en su aspecto masculino.
Y también la música, bonita, a cargo de Ángel Arteaga, aunque muy repetitiva a lo largo del metraje.
No aburre y tampoco cansa, pero gusta más si eres un buen aficionado al toreo dado que hay escenas bastantes largas en este sentido.
En definitiva, que se puede ver pero no convence al no aportar nada nuevo a lo ya visto hasta entonces.

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