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Born

Drama Basada en hechos reales, la película sigue las peripecias del calderero Bonaventura, de su hermana Marianna y del amante de ésta, el rico droguero Vicenç, que vivieron al comienzo del siglo XVIII en el barrio del Bornet de Barcelona, arrasado después de 1714. Tres personas confrontadas a un tiempo de enormes mutaciones sociales, políticas y también íntimas. Un tiempo que es todavía el nuestro. (FILMAFFINITY)
Críticas 3
Críticas ordenadas por utilidad
21 de noviembre de 2014
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Claudio Zulian expone una hermosa carta de presentación en el terreno ficticio plagada de aciertos y también con sus defectos. Centrándonos primeramente en lo positivo, la buena noticia es que el acabado no deja para nada indiferente, demostrando valentía y amor por el riesgo en un trabajo que se presenta como una competente recreación de un colectivo social de una época pretérita. La mala noticia es que los defectos de Born resultan tan persistentes que se hace difícil obviarlos, acabando por convertirse en una traba para este inmenso poder evocativo que por otra parte tiene la película. Apelando a la metáfora poética de segunda mano, la experiencia que Zulian nos ofrece podría definirse como una suerte de paseo por un hermoso paisaje, pero subidos a un coche a medio terminar y que se cala constantemente, haciendo difícil que uno se relaje y disfrute del paisaje sin pensar en nada más.... aunque, abusando un poco más de esta “inspirada metáfora”, el recuerdo que perdura en la memoria es considerablemente positivo.

El problema principal, digámoslo ya, es la dirección de actores. Salvo casos puntuales como el de Mercè Arágena o Josep Maria Alejandre (ambos excelentes), en lo que a acting se refiere uno tiene la sensación de estar contemplando una extensión de telenovelas como La riera o El cor de la ciutat. Hablo de esta insistencia (por parte de los actores) en sobreactuar, en remarcar lo evidente, en comportarse, en definitiva, como lo haría un actor de teatro cómico antes que como lo haría una persona real. Por poner un ejemplo, se tiene la sensación de que “los malos” actúan respondiendo a su maldad, en lugar de hacerlo en función de sus propios intereses o de su personalidad. En todo momento se tiene la sensación de oír un texto recitado, con el miedo de que el público no perciba su propia fuerza escrita en la cara del actor. Los verdugos se convierten en personajes cuya expresión transmite maldad, las víctimas en seres indefensos que hablan siempre desde una posición exageradamente inferior... Vamos, como si en todo momento tuviéramos delante un letrero en donde se nos indicaran cuales son los roles de cada personaje.

Sin embargo, la película cuenta con diversos elementos que ayudan a hacer más llevadero este descuido. El primero es que estamos ante una historia dotada de un buen guión. Empezando por el detalle, los diálogos (presentados, además, mediante un vocabulario claramente más cercano a la época reflejada que a la actual) son tan acertados como creíbles, y por momentos logran incluso relativizar la ética a la que en principio responden las acciones de cada personaje. Y hablando en términos más generales, la historia que se nos narra cuenta con una estructura eficaz y muy bien planteada. Empezamos por presenciar un interesante análisis de la pobreza, pasando luego por la transición entre ricos y pobres y terminando en una preciosa reconstrucción de la clase alta que existió (suponemos) hace tres siglos. Todo ello rodeado, además, de una hermosa fotografía, absolutamente acorde con una no menos brillante dirección de arte. Todos estos factores contribuyen a ofrecernos un interesante salto temporal de notable resultado, logrando que nos marchemos de la proyección con la sensación de haber viajado en el tiempo, casi inconscientes de que la práctica totalidad de lo observado tiene lugar en espacios cerrados.

http://cinemaspotting.org/2014/11/21/born-claudio-zulian/
Martí
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7 de enero de 2015
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El año 2014 en Cataluña ha sido un año marcado por la conmemoración de los 300 años de la derrota austracista a manos del ejército borbónico con la que finalizaba la guerra de Sucesión. Aunque esta efeméride ha conseguido atraer el interés del público por la historia del siglo XVIII, lo cierto es que el discurso fomentado por la Generalitat ha estado dirigido a fortalecer la interpretación nacionalista de unos españoles tiránicos que derrotaban a unos catalanes que luchaban por la libertad. La aparición de una película como "Born" me hacía temer una historia más de "buenos y malos". Afortunadamente, me equivocaba.
"Born" tiene muy poco de narración heroica y edificante destinada a fortalecer una conciencia nacional. "Born" es antes que nada un drama social, con un sorprendente estilo "realista" o "documental", protagonizado por unos pocos habitantes de la Barcelona de principios del 1700. No en vano, la película no parte de una novela, sino de un trabajo historiográfico escrito por un historiador importante como Albert García Espuche, en el que trata con una metodología cercana a la "microhistoria" la vida de los habitantes del barrio que da título a la película y que fue destruido en buena parte al construirse encima la fortaleza de la Ciutadella.
La película sigue los conflictos cotidianos de un conjunto de personajes que intentan tirar adelante con su vida. Por ello, antes que un típico drama de época con intrigas cortesanas, se toman como protagonistas a gente trabajadora. Los ritmos de los oficios o las angustias por pagar las rentas ocupan buena parte del metraje. Cabe destacar cómo la película aborda el sometimiento al que estaba sujeta la mujer en la época moderna o la aparición (breve, pero no por ello irrelevante) de esclavos al servicio del comerciante cuya ambición hace de hilo conductor de la historia.
Sin embargo, la estructura de "historias cruzadas" no acaba de estar muy bien trenzada, por lo que da la sensación de un conjunto un poco deslavazado al que quizás faltaría mayor ambición narrativa. Ahora bien, la fotografía es el punto fuerte de la película, pese a la austeridad de la escenografía o la ausencia de paisajes abiertos. Uno asiste a una especie de cruce entre la el pintoresquismo de "Barry Lyndon" de Kubrick y la tensión de la "shaky cam" de los dramas sociales de González Iñárritu o los hermanos Dardenne.
En resumen, "Born" es un esfuerzo loable (diría que hasta necesario) por representar un pasado sin caer en la épica a la que estamos acostumbrados. La película habla de las ansias de ascensión social, del egoísmo, de la pobreza y de la rudeza de unos tiempos que se tienden a romantizar. Quizás, justamente, su problema sea que al arriesgar tanto en lo formal como en el contenido, sea una propuesta forzosamente minoritaria. A pesar de sus defectos, seguramente más achacables a la falta de presupuesto que a falta de imaginación, "Born" es una interesante película que a mi juicio ofrece una lectura en términos de clase y género de un episodio histórico que se ha representando siempre como una gesta o una derrota nacional.
Alfonso_Roque
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17 de mayo de 2015
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Born * * * De las dos producciones catalanas que se han estrenado esta semana, la comedia "Dos a la carta" y el drama histórico "Born", sin duda es mucho más atractiva la segunda. Dirigido por el italiano afincado en Barcelona Claudio Zulian, que se adentró en la capital catalana con el documental "A través del Carmel", nos presenta ahora una obra de cámara ambientada a principios del siglo XVIII en el barrio de Bornet de Barcelona, que sería arrasado tras 1714 en la guerra de Secesión. Los personajes de esta historia están basados en hechos reales gracias a documentos y son el calderero Bonaventura, su hermana Marianna y el amante de ésta, el droguero Vicenç, bien interpretados por los actores Marc Martínez, Vicky Luengo y Josep Julien, respectivamente. Resulta muy interesante el fresco histórico de la época, más aún por su relación con la situación actual, como por ejemplo al inicio del film el desahucio que se produce. Además, esta notable muestra de cine de autor catalán, cuenta con una buena dirección artística y una fotografía cuidada de Jimmy Gimferrer que, salvando las distancias, recuerda a la naturalista de "Barry Lyndon" del maestro Kubrick. Precisamente este director de fotografía es el mismo que el de otro film catalán de época estrenado hace meses "Stella cadente"; que junto con "Born" estamos ante dos títulos a tener en cuenta y con posibilidades de cara a los próximos premios Gaudí de la Academia de cine de Catalunya.

http://josh-cine.blogspot.com.es/
Josh Diaz
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