Propios y extraños

Ocurre que las películas sobre historias cruzadas están de moda últimamente en el cine patrio. El guionista crea de la nada unos personajes que aparentemente no tienen nada en común y realiza malabarismos para establecer conexiones entre sus problemas, de modo que muchas de las historias lleguen a un mismo puerto. Este es un recurso interesante si el cineasta tiene en cuenta la medida de sus posibilidades. Paul Thomas Anderson sabía que necesitaba al menos 3 horas de metraje para que los espectadores conectaran emocionalmente con los personajes que constituían, cada uno de ellos, las columnas de una consistente estructura, la de la maravillosa "Magnolia".

¿Qué pasa con "Propios y extraños"?

Manolo González no ha medido bien sus posibilidades. Hay voluntad por transmitir ideas, pero son tantas y en tan corto periodo de tiempo que se produce un inevitable colapso. Las historias que conforman el film están además unidas con una masilla muy frágil y el conjunto hace aguas por todos lados. Hay que ser muy osado o tremendamente ingenuo para confiar en que el espectador comparta alegrías y sufrimientos con hasta 40 personajes muy dispares y en un pequeño rato de cine.

Una galeria de seres inconexos, de historias cruzadas de pretendido nexo de unión a través de un programa de radio al que algunos telefonean. El resultado es un desastroso filme coral con situaciones ridículas y un tedioso ritmo, de situaciones que poco tienen que decir y una experiencia, finalmente, desastrosa.

¿Como se lo explicamos a Manolo para que no se enfade y su carrera no acabe en esta película?
Es espantosa, horrible, aberrante. Respecto a los actores espero que todo sea culpa de la dirección de actores, de hecho no es que lo espere, es que estoy segura que es por eso.
El guión... si tenemos en cuenta de que a un personaje le sabe mal gastarse 5€ en hacer puenting y luego se los gasta en una raqueta que acaba rompiendo vemos ya que algo no funciona.
Es una película ingenua, no ha querido contar grandes cosas pero sin haber profundizado en ellas. Parece un ejercicio de escuela, solo superada por El discípulo, otra aberración del festival de Málaga.

El director estuvo repartiendo entradas durante el Festival de Cine de Málaga para que la gente entrara a ver su película, dándose la casualidad de que se las regaló a mi madre y sus amigas. Yo simplemente pretendo ejercer de altavos de mi madre.

Quedó encantada. Quizás sea cierto que iba al cine con pocas pretensiones, y que el cine español normalmente le echa para atrás, pero para ella, la película no estuvo tan mal como ha podio escuchar (tras mi lectura) por aquí, creyendo que el único punto negro de la película es probablemente un mal remate de alguna de las historias, que necesitaba algo más de metraje de cara a redondearla.

El director se la presentó como "una película un poco rara". Sinceramente, películas más "raras" y con mejor crítica le ha tocado sufrir en la butaca.