Comenzar de nuevo

Los Potter son un matrimonio que deciden poner fin a su relación. Ella, Jessica (Candice Bergen) es la responsable ya que le confiesa a su marido Phil (Burt Reynolds) que le es infiel con su jefe.

A Phil se le cae el mundo encima pero todo fin tiene un nuevo principio. Asistirá a terapias de grupo y conocerá a nuevas mujeres como Marilyn (Jill Clayburgh) cuya relación no podrá detener, por lo que tendrá que enfrentarse a un dilema. Y, especialmente, cuando Jessica vuelva a reaparecer en su vida…

Alan J. Pakula (Todos los Hombres del Presidente; el Informe Pelícano) había acostumbrado al público con sus tensos thrillers políticos pero en la época, segunda mitad de los setenta, en que se estrenaron tan rentables como sinceros melodramas de apunte social que se enmarcaban en el tema de la separación y el divorcio. Ejemplos claros los tenemos en “Kramer contra Kramer” (1979) de Robert Benton o la anterior “Una Mujer Descasada” (An Unmarried Woman, 1978) de Paul Mazursky y que precisamente la malograda Jill Clayburgh (en “Comenzar de Nuevo” tiene una meritoria interpretación secundaria) era el rival femenino de Burt Reynolds; en esa ocasión era ella la que sufria las infidelidades de su marido.

Comedia dramática realizada en una época en el que cine norteamericano empezaba a mirar y a bucear en los problemas de pareja y familiares. Ésta, sin embargo, se ahorra todo el tratamiento crítico para seguir los pasos de un recién separado deprimido que intenta 'empezar de nuevo'.

Como bien se ha dicho, Pakula abandona momentaneamente sus personales 'thrillers' para rodar esta especie de drama con toques de comedia con cierto aire europeo (por algo está el operador de fotografia de Bergman). Pero no lo hace solo, su protagonista también cambia totalmente de registro en una decada los 70's que le son muy afines con otro tipo de cine. Y lo hace rodeado de un estupendo reparto. Tanto Jill Clayburgh (de la que no soy muy devoto) como la estupenda Candice Bergen hacen un brillante trabajo. Lo mismo que el matrimonio en la ficción Durning - Sternhagen.

Hay escenas bastante divertidas dentro de un tono ligero pero algo lento. La depresión del separado es mostrada sinceramente. Las escenas de terapia de grupo para separados son de lo mejor del film. En ellas, se demuestra como BURT REYNOLDS no es ese actor mediocre que tanto público como cierta crítica insisten en señalar. Es cierto que su filmografia no rebosa de titulos realmente mayores pero es alguien capaz de moverse con soltura en variedad de estilos y que ha trabajado a las ordenes de directores, tales como Samuel Fuller, John Boorman, Woody Allen, Robert Aldrich, Blake Edwards.... Solo hay que ver trabajos como "Deliverance", el de esta película o el de "MIs problemas con las mujeres" y sobre todo, el de "Boogie NIghts" para adivinar todas las posibilidades que hay.

Recomendable para ciertos paladares.

El argumento podría ser interesante tanto para un drama como para una comedia. Pero el guionista no ha sabido explotarlo de una manera efectiva.

Las situaciones filmadas no terminan de convencer al espectador. A veces da la impresión de que todos los personajes, tanto ellos como ellas, son un poco tontucios. No sabes si están exagerando o si, por el contrario, les falta vida.

Lo que sí está claro es que todo resulta un tanto soso y algo lento.

Comedia ligera e insulsa alrededor de cómo se deja atrás una relación para comenzar una nueva. Peca de simplona y previsible. Ofrece pocos momentos de verdadera diversión y le falta ritmo, cayendo en la reiteración de ideas.

Dirigida por un director poco habitual en el género de la comedia como es Alan J.Pakula, que se embarca en el proyecto apoyándose en el guión de un especialista en la comedia como es James L. Brooks.

La mezcla de dos especialistas de diferentes géneros da como resultado un producto confuso e irregular, ya que, aunque pueda ofrecer una visión irónica acertada sobre el final y comienzo de relaciones amorosas, no llega a ser redonda.

Ofrece pocas situaciones verdaderamente cómicas. Las reacciones y comportamientos de los personajes principales son difíciles de asimilar, pero son cosas del amor, supongo.

Cuenta en su reparto con el que parecía ser el sex símbolo de la época Burt Reynolds, encarnando el papel de mujeriego reconducido a encontrar el amor, poco creíble y ausente de chispa para la comedia.

Uno de los personajes femeninos se empeña en dar rienda suelta a sus dotes para la canción, dando lugar a situaciones realmente absurdas y carentes de interés, algo que los responsables de la película encuentran divertido, ya que, repiten la fórmula en mas de una ocasión para desgracia del espectador y del propio Reynolds.

Una comedia pobre y pasajera que no cumple con las expectativas depositadas en ella, ya que, llega a convertirse en una densa repetición de ideas y situaciones carentes de chispa.

Hay determinadas cosas que tienen una fecha de caducidad y, en esta ocasión, el humor del que hace gala esta película queda caduco y no aguanta con solvencia el paso del tiempo, queda desfasada.